- El rector del Seminario de la Diócesis de Donostia, Pablo Ormazabal Albistur, se encuentra en la cuerda floja después de que haya trascendido que está entre los firmantes de un manifiesto contra el papa Francisco. Ormazabal (Beasain, 1973) dirige el seminario, es decir, es el responsable de la formación de los futuros sacerdotes, un cargo de la máxima confianza del obispo José Ignacio Munilla.

Sin embargo, su continuidad está en entredicho tras conocerse que hace seis meses suscribió el manifiesto Contra recentia sacrilega, en el que un grupo de clérigos, entre ellos el sector más ultra de la jerarquía, acusa al papa Francisco de cometer “actos sacrílegos y supersticiosos” durante el Sínodo de la Amazonia que se celebró en octubre de 2019 en Roma.

En el escrito, que se hizo público el 13 de noviembre de 2019, los firmantes piden al papa que “se arrepienta públicamente y sin ambigüedades de esos pecados objetivamente graves, y de todas las ofensas públicas contra Dios y la verdadera religión, y que haga acto de reparación por tales ofensas”. Entre esos supuestos sacrilegios cita la adoración a la diosa indígena Pachamama o la profanación de la tumba de San Pedro.

La presencia de Pablo Ormazabal entre los firmantes ha causado un profundo malestar en un amplio espectro de la Iglesia guipuzcoana, que considera inconcebible que un alto cargo de la Diócesis se manifieste en semejantes términos contra la máxima autoridad eclesiástica.

Fuentes del entorno de Ormazabal aseguran que está sentenciado, si bien Munilla, su principal valedor, tendrá la última palabra.

Aunque pertenece y fue ordenado en la Diócesis de Alcalá, Ormazabal realiza su labor pastoral en Donostia por expreso deseo de Munilla, que lo incorporó a su equipo. El sacerdote se ordenó en Alcalá en 1997, en una diócesis que gobierna Juan Antonio Reig Pla, otro obispo, como Munilla, que ha protagonizado varias polémicas por sus retrógradas posturas sobre el divorcio y la homosexualidad.

Ormazabal nunca ha disimulado su perfil conservador. Desde su cuenta en Twitter se ha destacado por ensalzar las campañas de los sectores más tradicionalistas y también de los más críticos con el mandato del papa Francisco. Curiosamente, esta semana, tras salir a la luz pública su respaldo al manifiesto, Ormazabal desactivó su cuenta en la mencionada red social.

El modo de proceder del rector del seminario no tendría nada de particular si no fuera porque sectores de la Iglesia guipuzcoana consideran que con la firma del manifiesto Contra recentia sacrilega ha traspasado un línea roja que podría costarle el puesto y que podría acarrearle también otras consecuencias. Y es que su posicionamiento junto a los sectores más conservadores de la Iglesia y las acusaciones que han vertido contra el papa podrían estar consideradas como un delito en el Código de Derecho Canónico.