- Los cazadores de Gipuzkoa solo saldrán, por expreso encargo firmado por Diputación, a realizar batidas de jabalíes o corzos, sobre todo de la primera especie, cuando se acerquen a núcleos habitados o explotaciones agrícolas y causan daños en las mismas.

José Ángel Zaldua es presidente de la Federación de Caza de Gipuzkoa y explica qué es lo que los cazadores pueden hacer desde el lunes, día 18. “Pescadores y cazadores tenemos permiso para pescar y cazar. ¿Qué es lo que sucede?, que la pesca está en el momento álgido y la caza está en época de veda, no se puede cazar”, apunta.

¿Cuál es la diferencia entre la semana pasada y esta? Lo especifica Zaldua. Desde que se decretó el estado de alarma si se daban daños en la agricultura causados por jabalíes o corzos los cazadores no podían “actuar de ninguna forma, porque estaban expresamente prohibidas las actividades de caza y pesca”.

“Ahora si se dan daños y los guardas forestales y Diputación lo comprueban y entienden que hay que dar una batida o lo que considere la institución, nos daría una autorización especial para que pudiéramos actuar de la forma que Diputación estipule. Pero, repito, solo con esta autorización especial. Sin esta, no podemos hacer nada”, incide.

Durante el tiempo que ha durado el confinamiento no han podido comprobar sobre el terreno cuál es la situación de los montes de Gipuzkoa en lo que respecta a las especies anteriormente citadas. Pero, señala Zaldua, sí han llegado imágenes de corzos y jabalíes “aquí mismo, acercándose a las calles de los pueblos”.

Los baserritarras, añade, también han presentado algunos partes indicando que los jabalíes les han causado destrozos en huertas y pastizales. “Lo que ocurre es que no podíamos actuar de ninguna forma, porque estaba expresamente prohibido”, subraya.

Al inicio de la pandemia, la federación había acordado con Diputación dar fin a la temporada de caza, que se hallaba en su plenitud, pero apuntando que en el caso de que fuera necesario por daños realizar alguna batida o alguna intervención especial, se llevaría a cabo con la oportuna autorización. Dicho acuerdo quedó de inmediato en agua de borrajas. Solo dos días después el Gobierno del Estado prohibió la caza de forma expresa con la declaración del estado de alarma.

Con anterioridad a la irrupción del COVID-19, y tras la huelga de cazadores, se amplió el cupo para cazar jabalíes al observarse una proliferación de ejemplares de esta especie. “Sin acabar la temporada de caza, por la interrupción obligada por la pandemia, se habían superado los cupos”, concreta Zaldua.

“Hay mucho jabalí en los montes y se habían cazado solo en Gipuzkoa más de 2.000, a los que habría que sumar los de Bizkaia y Álava. Hay que pensar lo que suponen 2.000 jabalíes más de los que ya hay, que hay muchos, en una provincia tan pequeña y poblada como Gipuzkoa”, destaca el presidente de la Federación de Caza.

“Recordemos que los jabatos que vemos en las imágenes en un año están criando”, añade.

En la actualidad los cazadores están en sus casas y solo la cuadrilla que la federación determine, previa solicitud suscrita por Diputación, saldría al campo cuando jabalíes o corzos causen daños en los sembrados.

Con respecto al protocolo de protección a aplicarse en estos casos Zaldua señala que es el mismo que debe de utilizarse en otras situaciones. “Cuando nos reunamos llevaremos guantes y mascarillas y respetaremos la distancia de dos metros. Una vez en el monte, de un puesto a otro ni nos vemos, están muy alejados”, recuerda. Las medidas deberán de tomarse en las reuniones previas y posteriores a la batida.

“Al llegar a casa cada cazador tendrá que desinfectar su escopeta y el material que haya utilizado. Además, ahora un cazador no puede prestar utensilios a otro, cada uno tiene que llevar los suyos”, explica Zaldua.

A los cazadores solo les queda esperar a que el 31 de agosto finalice la veda y el 1 de septiembre entre en vigor “la media veda”, aunque todavía no se ha podido mantener la reunión para aprobar la Orden de Veda que especifique “que es lo que se podrá cazar hasta 11 de octubre”.

A partir de esa fecha se levanta la veda para “todas las especies cinegéticas recogidas en la Orden”, porque las que no son especies cinegéticas o están especialmente protegidas “no se pueden cazar nunca”.

Los cazadores no se podrán prestar los utensilios que utilizan y tendrán que desinfectar su equipo cuando lleguen a casa