- Aunque el control de la pandemia provocada por el COVID-19 está en una "situación óptima" en Euskadi, según dijo ayer la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, las aglomeraciones registradas en terrazas y calles de todo Euskadi el pasado lunes, primer día en el que la comunidad disfrutaba de la fase 1 de la desescalada, ha encendido las alarmas en las instituciones.

Murga subrayó tras la reunión del Consejo de Gobierno que si los tres territorios vascos han llegado a esta situación es por el confinamiento de los dos últimos meses, y recordó que hace 30 días se registraban 300 contagios diarios, frente a los 11 del domingo. Por ello, vistas las imágenes que dejó la apertura de los establecimientos hosteleros, Murga trató de enfriar el optimismo generalizado y advirtió de que "hay que poner en contexto esta mejoría, que se ha producido gracias al esfuerzo y la disciplina de todos". Es necesario, dijo, dar pasos en la desescalada "de forma progresiva y responsable" porque no podemos estar "en un confinamiento permanente", pero recordó que "este virus necesita a las personas" para reproducirse y "se transmite por proximidad", por lo que todavía a día de hoy es necesario "evitar nuevos contactos".

Murga aseguró que muchas personas salieron el lunes a las terrazas por "empatía" con el castigado sector hostelero vasco y que mantuvieron la distancia de seguridad, pero apeló una vez más a la responsabilidad de todos. "Cada uno tiene que saber cómo le tienen que decir las cosas", enfatizó.

Por ello, tras advertir de que la vacuna contra el COVID-19 "tardará muchos meses" en llegar y de que en países como Corea del Sur, ejemplo de gestión de la pandemia, se están produciendo repuntes de la enfermedad, dijo estar segura de que "todo el mundo está haciendo una reflexión sobre lo que el lunes, que servirá para que no vuelva a ocurrir".

También el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, se pronunció sobre los incumplimientos de las medidas de seguridad frente al patógeno registradas el lunes, y aclaró que el Gobierno Vasco no puede hacer más al respecto que hacer cumplir con mayor celo, Ertzaintza mediante, la norma dictada por el Gobierno central.

También se refirieron Murga y Erkoreka a la controversia suscitada por los diferentes criterios en torno a la posibilidad de que los grupos de diez personas se puedan reunir en espacios cerrados, como ocurre de forma generalizada en todos los territorios en fase 1, o no, el caso vasco. Según Erkoreka, dado que la orden ministerial que acotaba dicha fase se refiere al derecho a la circulación y no a la concentración, el artículo 7 solo puede afectar a lo que ocurre en la calle. En todo caso, el portavoz dijo que, ante la confusión que generan las variadas y cambiantes instrucciones administrativas, la principal norma que se debe tener en cuenta es la de "evitar la expansión del virus".

En esa línea, Murga argumentó que si se recibe en un domicilio a grupos de diez personas, en unos pocos días "podemos contactar con cientos de personas, y no podemos permitirnos ese lujo". Admitió que al aire libre sí se permiten esos contactos, pero con un riesgo menor que en un espacio cerrado. "¿En qué casas hay espacio para que diez personas mantengan una distancia de dos metros?", se preguntó. Además, dijo entender que se critique esta restricción, pero afirmó que es su fin es mantener la situación alcanzada gracias al esfuerzo de sanitarios, mayores y la ciudadanía en general. En cuanto a la posibilidad de visitar a las personas mayores, que en muchos casos llevan dos meses solas en casa, advirtió de que "si empezamos a ir toda la familia de diez en diez les vamos a poner en grave riesgo".