- Los más pequeños ya pueden jugar en la calle, aunque no puedan compartir sus juegos con sus amigos y lo tengan que hacer cerca de casa. En su hogar o fuera de él, preocupa su salud por el confinamiento y los riesgos que corren ante el COVID-19, sobre los que Irene Ozcoidi, pediatra de Atención Primaria, habla con NOTICIAS DE GIPUZKOA.

¿Es importante mantener la rutina con los niños y niñas?

-Los niños no van al colegio ni a sus actividades extraescolares, pero están recibiendo clases online y manteniendo contacto con sus profesores y sus compañeros por medio de distintas plataformas. Es importante que realicen estas actividades y los deberes. Para ello deben mantener los horarios para levantarse a las mañanas, realizar su aseo personal y desayunar a la hora que tengan estipulada, conectarse a sus clases virtuales y hacer sus deberes como si asistieran al colegio.

Madres y padres tienen que vigilar esos horarios

-Es un esfuerzo extra para los padres, pero es muy recomendable que, dentro de lo posible, sigan el ritmo marcado por los colegios en cuanto a clases y deberes se refiere. El mayor problema que hemos visto es que hay padres que trabajan fuera de casa o teletrabajan y tienen mayores dificultades para ayudar a sus hijos en estas tareas. También se ponen de manifiesto las desigualdades entre niños cuyos padres, o no tienen sistemas para realizar estas actividades o no tienen conocimientos para ello.

¿Las consecuencias del confinamiento serán también desiguales?

-La situación de confinamiento va a afectar de manera más importante a la salud y al bienestar de los grupos más desfavorecidos socialmente.

¿Es importante reservar tiempo para el juego y otras actividades?

-También es importante que mantengan el horario de comidas, sus ratos de juegos y limitar el tiempo que los niños pasan delante de las pantallas fuera del trabajo escolar. En estos momentos se puede ser más flexible, pero siempre que respeten el tiempo dedicado a sus deberes y no se pasen de unos límites. Son importantes los horarios de comidas y sueño, con hora de levantarse y de irse a la cama en función de las distintas edades y con pautas diferentes para los días de labor y los festivos y fines de semana.

También se pueden obtener enseñanzas positivas

-Claro, según la edad, puede ser una oportunidad muy interesante para que los padres estén más con sus hijos, les conozcan mejor y jueguen con ellos con nuevas actividades lúdicas para las que habitualmente no hay tiempo, además de animarles a participar en las tareas domésticas, siempre en función de la edad. De hecho, los padres nos refieren que hay niños que están felices en casa en esta situación por estar todo el día con sus padres y hermanos y sin las prisas con las que se vive en circunstancias normales. Aprovecho para comentar que en la página web de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria ( www.aepap.org ) hay un apartado para familias (Familia y salud) donde se pueden consultar documentos escritos y audiovisuales que pueden ser de utilidad, así como recursos de interés para el entretenimiento durante el confinamiento

¿Y la actividad física?

-Es recomendable que algunas de las actividades que se realicen sean con práctica de actividad física en la medida de lo posible y según las circunstancias personales de los niños y de las viviendas. Es este uno de los motivos por los que se ha empezado a permitir la salida de los niños a la calle de manera limitada, como una extensión de la vivienda para realizar actividad física y juegos al aire libre, ya que la mayoría de las casas no tienen un espacio suficiente para ello.

¿Cómo hay que cuidar su alimentación?

-Lo ideal es mantener una dieta saludable y equilibrada en cualquier circunstancia. Hay que basarse en la dieta mediterránea, intentando una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres y respetando las proporciones de los diferentes alimentos en cada comida. Tenemos la orientación del plato saludable para cada comida en el que el 50% debe corresponder a verduras, frutas y hortalizas; el 25% a los hidratos de carbono (pasta, arroz, patata, pan...) y el 25% restante a la proteína (aquí están incluidas las legumbres además del pescado, la carne y los huevos). Si respetamos estas medidas, además de beber agua (no zumos, refrescos ni otras bebidas , con excepción de la leche en el desayuno o algún postre) y mantenemos las 4-5 comidas al día sin picar entre horas, estaremos haciendo las cosas bien y será beneficioso para los niños, creando hábitos saludables tan importantes ahora como cuando se normalice la situación. Es un buen momento para practicar un desayuno saludable en el que haya fruta, lácteo e hidratos de carbono como el pan, evitando los procesados y añadiendo algo de proteína si se quiere.

Todo en su justa medida

-Hay que tener en cuenta la actividad física, que es menor en este momento, por lo que debemos ajustar las cantidades para prevenir un sobrepeso por exceso de comida. Sobre todo, en niños muy deportistas y que ahora están más sedentarios. No forzar a comer, ya que normalmente el apetito se regula en los niños según su necesidad y, por supuesto, procurar no comer dulces, golosinas y alimentos no saludables de manera habitual.

¿Cuáles han sido las patologías más frecuentes en el confinamiento?

-Al estar los niños confinados en casa no presentan el índice de contagios habituales, por lo que se están viendo pocos procesos agudos febriles o de otro tipo. En general, hemos visto cuadros catarrales leves, principalmente con tos, pero la mayoría afebriles o con febrícula (temperatura inferior a 38°C), y con muy buen estado general y que han evolucionado bien espontáneamente. También algunos dolores abdominales y diarreas que han evolucionado bien de forma espontánea. Algunos niños más pequeños con fiebre más elevada pero que se han resuelto en pocos días.

¿Hay alguna patología excepcional vinculada al COVID?

-Como ya es sabido se han visto muchas consultas por diversas manifestaciones cutáneas, algunas muy características de virus conocidos y otras más inespecíficas y que en el momento actual se desconoce si tienen alguna relación con el COVID-19. Hay algún estudio en marcha para poder clarificarlo.

¿Por lo demás?

- Las revisiones de salud se han seguido haciendo a los niños menores de 15 meses, en los que se considera esencial seguir con su calendario vacunal. Por otro lado, aunque los niños están en casa, también sufren caídas y traumatismos y hay que tener especial cuidado con las posibles intoxicaciones y accidentes domésticos. No me consta que haya habido más casos porque los padres ya lo tienen muy interiorizado, pero hay que tenerlo en cuenta.

¿Se ha apreciado una disminución del número de consultas?

- Claramente, las consultas han disminuido mucho. En el momento actual estamos trabajando principalmente con consultas telefónicas, tanto si consultan por motivos que puedan estar relacionadas con el COVID como si son de otro tipo. Tras hablar con los padres y valorar lo que nos dicen les damos las recomendaciones que tiene que seguir de tratamiento y/o de aislamiento y hacemos seguimiento telefónico muy estrecho.

¿Y las excepciones?

- Si por cualquier motivo consideramos que un niño tiene que ser visto en consulta, le damos una cita presencial, organizándola para que no se junte con más niños y para verle con todas las medidas de seguridad tanto para ellos como para el personal sanitario. Pero, repito, hemos tenido que ver a pocos niños, al menos en Gipuzkoa. En los hospitales también ha disminuido en gran medida la asistencia de los niños a los servicios de urgencias.

¿Qué recomendaciones han realizado frente a la salida a la calle?

- Las salidas a la calle de la población infantil se deben realizar de manera que, cumpliendo con las medidas de seguridad, se obtenga un beneficio en la salud, bienestar y desarrollo de los niños. Estas salidas son voluntarias. No hay que forzar a los niños a salir si no quieren. Se han establecido unas normas que pueden variar en niños con circunstancias especiales. Estas condiciones son las que tenemos a día de hoy, pero irán cambiando en los próximos días en función de las fases de desescalada en que nos encontremos, pudiendo modificarse las horas en que pueden salir para no juntarse con otros grupos de personas o las personas que les podrán acompañar. Por supuesto, los niños que presenten fiebre o síntomas o se les indique aislamiento o cuarentena por cualquier causa no pueden salir hasta que se lo señale su pediatra. Aparte de estas normas, lo más importante es que cumplan las medidas de prevención necesarias para evitar contagios: mantener la medida de distanciamiento con otras personas de dos metros como mínimo, si no es seguro el poder mantener esta distancia es recomendable el uso de mascarilla en mayores de 3 años, lavarse las manos (hay que supervisar y enseñar cómo, con agua y jabón o solución hidroalcohólica) antes de salir y al volver a casa y enseñarles a que tosan o estornuden en el antebrazo tapándose la nariz y la boca. Además, no es aconsejable el uso de guantes, lo importante es el lavado de manos y hay que explicarles que no tienen que tocarse los ojos, la nariz y la boca en la medida de lo posible y según su edad. Es recomendable que al llegar a casa se quiten calzado y ropa de la calle, dejando fuera los juguetes que han llevado, lavarse bien las manos y después ponerse ropa de casa. Si tocan superficies comunes antes de lavarse, limpiar con solución de agua con lejía u otras soluciones desinfectantes, y hacerlo también con los juguetes utilizados. Pueden correr, jugar y hacer actividades como andar en patinete o bicicleta manteniendo la distancia entre otros niños o adultos. Tienen que saber que no pueden jugar en grupo con otros niños y que tampoco pueden quedar con amigos ni otros familiares con los que no están conviviendo, ni en la calle ni acudiendo a domicilios.

Muy complicado para ellos, ¿no?

- Es importante educarles en estas normas de manera que lo entiendan en función de la edad y de las circunstancias personales de cada uno, haciéndoles partícipes de su cumplimiento. Hay que evitar transmitir miedo y hay que lograr que estas salidas sean algo agradable para ellos, no forzándoles a salir si no quieren. Lo cierto es que los niños muchas veces nos sorprenden. Si se les explican bien las cosas, las entienden y la mayoría respetan muy bien las normas y las cumplen incluso mejor que los adultos, teniendo en cuenta que los niños pequeños, por su condición, lo normal es que quieran acercarse a otros niños para jugar.

El COVID parece que pasa casi de puntillas por los más pequeños pero, ¿se han atendido muchos casos? ¿Con qué sintomatología?

- Tras estos meses de pandemia parece claro que las infecciones por COVID-19 son menos frecuentes en la población infantil que en los adultos y que cursan de forma más leve. Aproximadamente suponen un 1% del total de infecciones diagnosticadas en los diferentes estudios realizados. Se desconoce todavía por qué esta infección es menos frecuente y más benigna en las primeras décadas de la vida. La incidencia y severidad, como sabemos, va aumentando conforme avanzamos en la edad de las personas. Se sabe que un porcentaje de niños infectados presentan pocos síntomas o no los presentan y la falta de estudios de cribado microbiológico y de serologías hace que se dificulte conocer el número de pacientes asintomáticos. Esto puede tener una repercusión epidemiológica importante, porque los niños pueden ser una fuente de contagio oculta en la comunidad.

¿Y los casos?

- En concreto, en Gipuzkoa me consta que no ha habido ingresos con síntomas de COVID-19 y los test que se han realizado a los niños que han ingresado por cualquier causa han sido negativos, excepto en un caso. En otras provincias del País Vasco y en otras comunidades autónomas han tenido algunos ingresos, pero aislados y con necesidad muy escasa de ingreso en UCI.

¿Y las diferencias con los adultos?

- La presentación clínica difiere de la del adulto, habiendo casos puntuales con la forma de presentación típica con fiebre, dificultad respiratoria y cuadros de neumonía. En general, son cuadros leves en los que los síntomas más frecuentes descritos son fiebre (en general baja, más elevada en lactantes) y tos presente en la mitad de los casos. Otros síntomas son rinorrea y dolor de garganta (30-40%) y, con menos frecuencia todavía, síntomas digestivos, principalmente diarrea asociada en ocasiones a vómitos y dolor abdominal.

¿Hay diferencias entre edades?

- Síntomas más importantes y por los que se debe consultar serían la fiebre en menores de 12 meses, teniendo que descartar también otras causas; dificultad respiratoria moderada o grave, mal estado general, decaimiento importante y vómitos con intolerancia a la alimentación y a la ingesta de líquidos.

¿Estaríamos hablando del shock pediátrico?

- En los últimos 15 días se han reportado cuadros graves en niños en diferentes países (Reino Unido, Italia, Francia y Bélgica y también algún caso en España) caracterizados por un cuadro de dolor abdominal acompañado de vómitos y diarrea, con o sin fiebre, que pueden evolucionar a un cuadro de shock séptico y que comparten algunos síntomas con la enfermedad de Kawasaki, en la que se produce una inflamación de los vasos sanguíneos. Se ha observado en algunos niños con PCR positiva o serología positiva para el COVID-19, motivo por el que se ha relacionado con el virus.

¿Puede tener distintos orígenes?

- Es un cuadro clínico muy infrecuente que se puede desencadenar por distintas infecciones y que tiene un tratamiento establecido independientemente de cuál sea la etiología que lo desencadene. En este momento está en investigación y se desconoce si tiene relación con la infección por COVID-19. Lo importante es tener en cuenta tanto esta situación como otras que pueden ser de gravedad y por las que los niños deben de ser dirigidos o acudir a los centros de salud o a los servicios de urgencias de los hospitales, tanto por sospechas de infección por COVID como por otras causas. Se han reportado casos de demora en las consultas a urgencias por patologías no COVID y que pueden tener gravedad y hay que saber que los hospitales son entornos seguros para los niños en la situación actual. Seguimos insistiendo en que en la gran mayoría de los casos el COVID-19 cursa de forma leve o asintomática en los niños.

En primavera, época de alergias y otras enfermedades estacionales, ¿puede haber confusión de síntomas con el COVID?

- Los síntomas de alergia son muy específicos con picor de ojos, estornudos y congestión nasal. Los padres y las madres los saben reconocer y además son niños ya atópicos y que han tenido procesos alérgicos en otros momentos. Lo mismo ocurre con los niños asmáticos, que tiene síntomas concretos que los padres ya saben reconocer. Es verdad que cualquier infección viral puede desencadenar un cuadro de asma, así que a estos niños habrá que valorarlos como siempre, pero tomando medidas de precaución y de seguridad principalmente para que no contagien.

¿No hay coincidencias?

- Otros procesos catarrales estacionales, si pueden ser por este u otros virus y como los niños pueden ser asintomáticos o presentar cuadros leves, pueden pasar desapercibidos. Por eso, ante cualquier cuadro catarral o febril, aunque sea leve, tendremos que tomar las medidas adecuadas. En el momento en que nos encontramos y debido a que los niños pueden ser asintomáticos, cualquier proceso e incluso los niños sanos pueden ser potencialmente contagiantes. Sí puede ser más complicada la situación en otoño por la circulación de los virus estacionales habituales que se pueden solapar con casos de COVID-19.

¿En el servicio pediátrico las jornadas están siendo más tranquilas que lo habitual o también convulsas?

- Por el lado de las consultas están siendo relajadas porque hay pocas presenciales, pero tenemos muchas consultas telefónicas que también nos llevan mucho tiempo. Cuando tenemos que ver a los niños con algunos síntomas, tenemos que organizar horarios, dónde vemos a esos niños, ponernos el EPI correspondiente y limpiar todo después, lo que lleva mucho tiempo, algo que ahora no nos está suponiendo un gran problema aunque habrá que ver cuando empiecen a aumentar las consultas. Por otro lado, se ha trabajado con mucha tensión (ahora está más organizado) para estructurar los circuitos y hemos tenido y tenemos mucho trabajo de estudio, protocolos, vídeoconferencias y de necesidad estar al día con todos los cambios y novedades que van conociéndose cada día. En este momento en que está empezando el desconfinamiento, hay que organizar cómo van a ser las consultas y cómo va a ir variando la actividad asistencial.

"Hay niños que están felices en casa porque pueden estar todo el día con sus padres y sus hermanos sin las prisas con las que vivimos"

"Las salidas a la calle tienen que conllevar un beneficio en la salud y el bienestar de los niños y no hay que forzarlos a salir si no quieren"

"Los niños muchas veces nos sorprenden y, si se les explican bien las cosas, cumplen las normas incluso mejor que los adultos"

"En Gipuzkoa no se ha dado ningún ingreso en niños a consecuencia del COVID-19 y solo ha habido un test positivo"

"Los hospitales son entornos seguros y hay que acudir a urgencias tanto por sospechas de COVID

como por otras causas"