- Dentro del despiste generalizado que ha provocado el confuso camino hacia la “nueva normalidad”, hoy por hoy, el dato más claro y positivo en Gipuzkoa, y por extensión en toda Euskadi, es el creciente número de personas que le está diciendo adiós a la enfermedad. Solo en las últimas horas se han curado 500 ciudadanos vascos. Siete de cada diez infectados han librado con éxito su particular batalla, y asciende ya a 10.474 el número de recuperados de COVID-19 desde que se declaró la pandemia.

El enigma que todavía nadie ha sabido descifrar es cuánto durará su inmunidad. Aunque no se conocen casos en Euskadi, sí se ha constatado que hay pacientes que vuelven a mostrar síntomas de coronavirus cuando, aparentemente, habían dejado atrás ya el contagio vírico. La hipótesis que maneja el Gobierno Vasco es que, probablemente, no hayan superado totalmente la enfermedad, por lo que la patología acaba manifestándose de nuevo, siquiera levemente.

Lo que la estadística refleja con mucha más nitidez es la senda de recuperación que sigue Gipuzkoa en las últimas semanas, aunque nuevamente haya que hablar de pérdida de vidas humanas. El territorio sumó otros cuatro fallecidos, por lo que el número de personas que tristemente se han quedado por el camino sin poder superar la enfermedad asciende a 251, según los datos del Departamento de Salud.

Es la cara más amarga de una epidemia que, cada día que pasa, va abriendo poco a poco la ventana, dejando atisbar luz al final de este largo túnel que se prolonga ya desde hace mes y medio. Así lo demuestra, por ejemplo, el progresivo descenso del número de hospitalizaciones. Los últimos datos indican que hay 153 pacientes ingresados en el territorio, prácticamente la mitad de los atendidos durante el pico de la pandemia. A modo de ejemplo, en la UCI del Hospital Universitario Donostia, que atiende a enfermos provenientes de toda Gipuzkoa, hay 16 ingresados -después de otras tres altas-, cuando hace tan solo unas semanas llegaron a estar ocupadas las 45 camas de esta unidad.

En el conjunto de la CAV, también bajan las personas hospitalizadas (de 728 a 686), y aunque hay que lamentar 19 fallecidos más, se trata del quinto día en el que las víctimas mortales se sitúan por debajo de la veintena. En total la pandemia suma 1.274 decesos.

Ante el levantamiento progresivo de las medidas de contención, la consejera vasca de Salud, Nekane Murga, indicó ayer que la clave para los próximos días, más allá del reiterado llamamiento a cuidar la higiene y las distancias, va a ser “identificar rápidamente los nuevos casos y sus contactos”. A este respecto, la cifra de contagiados en Euskadi asciende a 15.138 diagnósticos de COVID-19, tras los 55 nuevos positivos en pruebas PCR.

Estos test, que detectan si una persona tiene material genético del virus y revelan las infecciones recientes, son el “parámetro universal” que se va a emplear para vigilar la evolución de la pandemia.

Según precisó Murga, esos 55 contagios son por tanto los nuevos casos detectados el martes, aunque también se registraron 483 test rápidos que dieron positivo. Mediante esta última prueba se miden los anticuerpos generados por una persona. Es decir, el resultado puede indicar una infección pasada, por lo que las autoridades sanitarias no lo cuentan como un nuevo contagio.

De hecho, desde el domingo el Ministerio de Sanidad solo incluye en su estadística los casos detectados mediante PCR a la hora de informar del número de personas contagiadas por coronavirus.

El martes se practicaron en Euskadi 10.662 test, el mayor número de pruebas de detección hasta la fecha. Desde el inicio de la pandemia se han realizado un total de 131.673 analíticas: 90.749 PCR y 40.924 test rápidos.

Las autoridades sanitarias admiten que de momento no se sabe cuánto durará la inmunidad de los pacientes que han superado el brote

Las pruebas más fiables son las que detectan si una persona tiene material genético del virus y revelan las infecciones recientes