n tigre malasio de cuatro años llamado Nadia, del zoo del Bronx de Nueva York, ha dado positivo al COVID-19. El felino habría sido contagiado por su cuidador asintomático. Otros seis ejemplares de tigres y leones han padecido tos seca, pero se han recuperado con los cuidados de los veterinarios del zoo, que han comunicado la novedad a la comunidad científica. Se trata de una antropozoonosis. También en Bélgica se ha notificado que un gato infectado por su dueña positiva y, en Hong Kong, esta vez se trata de un perro, contagiado también por su propietaria positiva, el animal, que no ha presentado síntomas, ha dado "débilmente" positivo en las secreciones nasales y orales. En opinión de la profesora de Virología de la Escuela Veterinaria de Alfort, Sophie Le Poder, se trata de una infección pasiva, es decir, el animal habría respirado los virus de su dueña, pero no se han multiplicado en el sistema respiratorio del animal. Estos casos excepcionales, en absoluto confirman que los animales puedan contagiar el SARS Cov-2. Recordemos el caso de Excalibur, sospechoso de contagiar el ébola y el bochornoso espectáculo que ofrecieron las autoridades sanitarias del momento, para luego comprobar que no podía contagiar el virus.

La transmisión directa de un virus de animal a persona, salvo en el caso de la rabia -de ahí la necesidad de la vacunación obligatoria- es muy rara. Se dio también en el MERS, pasando del dromedario a la persona, en las gripes, y de los cerdos o los pájaros al humano. Generalmente, necesita un intermediario que hace transformarse (mutarse) al virus (murciélago-pangolín-humano). Mientras tanto, lavarse las manos con frecuencia, seguir el asesoramiento científico-sanitario de unos especialistas, entre los que la duda y la incertidumbre se desenvuelven con mucha soltura, y acordarse de comprar producto local. Ahora toca cordero.