in la mirada indiscreta de los visitantes y con la única molestia de los 5.000 vecinos de pecera, Txuri y Conchita se han mostrado esta semana más cariñosos de lo habitual. Son dos tiburones toro del Aquarium de Donostia y, el pasado domingo, fueron sorprendidos por el buzo Eneko Urdangarin disfrutando de un momento de intimidad que no se caracterizó precisamente por su romanticismo.

Conchita tuvo que soportar durante su encuentro que Txuri le mordiera su aleta pectoral para inmovilizarla y comenzar una cópula tan agresiva como extenuante. Según recuerdan desde el Aquarium donostiarra, en época de apareamiento, los ejemplares machos suelen presentar niveles de testosterona más elevados que los de un elefante.

Ahora solo cabe esperar entre ocho y diez meses para ver si el entretenido rato de los dos escualos da como resultado un baby shark. La gestación de esta especie es, al igual que su apareamiento, bastante violenta, y se conocen casos de canibalismo dentro del propio útero, donde las crías pueden acabar por comerse unas a otras.

Además, no suelen darse nacimientos en cautividad, aunque quién sabe si esta situación de excepcionalidad produce un nacimiento excepcional.