el muchacho apenas rebasa la veintena de edad. Se levanta del banquillo de los acusados, encadenado de pies y manos junto a otros tres arrestados. Por unos instantes mira hacia atrás, donde intercambia una sonrisa nerviosa con un familiar que asiste a la vista oral. Es probable que no vuelvan a verse las caras en meses. El tribunal militar que le juzga lee el escrito de acusación. Lo hace en hebreo, un idioma que no entiende el joven palestino. Para conocer los cargos que se le imputan depende de la versión que le ofrece un traductor del Gobierno Israel, que convierte la sesión en cualquier cosa menos en un juicio justo.

El chico alega que es periodista. El gobierno aborrece todo contrapoder. El juez militar, al que la ley israelí le permite ser por la mañana magistrado y ejercer por la tarde la abogacía, le acusa de pertenecer a Hamás y de haber colgado en su muro de Facebook palabras injuriosas contra el Estado de Israel. Bajo este régimen, un periodista que publica un artículo criticando la ocupación puede ser enviado a prisión, como es el caso. Pasados unos minutos, la visita de la delegación donostiarra incomoda y el juez ordena a sus integrantes abandonar este inhóspito paraje, cárcel y juzgado al mismo tiempo.

Ofer es el único centro penitenciario israelí construido en territorio palestino. Esta prisión, a tres kilómetros de Ramala, que durante años ha estado vetada a la prensa extranjera, ha abierto por fin sus puertas y la delegación vasca tiene ocasión de ver los rostros desencajados de familiares que aguardan en la sala de espera, y que son la viva imagen de la desolación. ¿Quién puede esperar un juicio justo cuando es un militar el que imparte la ley, y lo hace en un idioma que no comprenden los acusados?

Israel usa a los prisioneros como arma política. La cárcel se utiliza para silenciar a quienes amenazan al poder, pero hay quienes tratan de darles voz. Entre check points, muros y alambradas, una constante durante todo el viaje, llegamos a Addameer. Fundada a finales de 1991 en la primera Intifada, fue una de las primeras organizaciones en garantizar una representación legal y gratuita a las personas palestinas arrestadas bajo la ocupación.

El encuentro con Lana Ramadán tiene lugar entre paredes de las que cuelgan retratos de familiares rotos de dolor. "El principal motivo de arresto es tirar piedras frente a soldados armados. Los militares irrumpen en las casas. Los desnudan, les tapan los ojos mientras sus familiares son encerrados en una de las habitaciones. En ocasiones, acaban por destruir la vivienda robando todas sus pertenencias", relata la joven.

Según datos de Addameer, en marzo de 2019 había 5.450 prisioneros políticos. Casi 500 estaban en detención administrativa, es decir, arrestados sin cargos. Solo por una mera sospecha uno puede caer entre rejas. Un total de 205 son menores de edad y hay 48 mujeres. Estas cifras han venido aumentando a partir de 2015, año del levantamiento popular en territorio palestino.

Aunque no exista ninguna acusación formal, los arrestados pueden pasar 75 días sin ver a sus familiares. "Nunca sabemos cuánto tiempo van a estar privados de libertad. La represión es tremenda. Aunque no exista ninguna acusación formal, se pasan días enteros en celdas ubicadas en sótanos, bajo la luz tenue de una bombilla que no se apaga ni de noche ni de día". La portavoz de Addameer explica que más que celdas "son estercoleros". Cada uno de los familiares que acabamos de dejar en Ofer saben que cuando marchen sus familiares, de puertas adentro, continuarán los insultos y amenazas sistemáticas para forzar una declaración.

Suele ser habitual privarles del sueño y atarles de pies y manos, con tal fuerza que se les acaban cayendo las uñas por la falta de circulación sanguínea. Prácticas atroces que se llevan a cabo bajo cualquier pretexto. "Es una forma de dominación bestial ante la cual el pueblo se ve obligado a adoptar formas de resistencia, aunque lejos de radicalizarse", indica.

asaltos de madrugada La represión comienza desde la más tierna infancia. Nura Teha, que trabaja en la comisión en defensa de los menores, informa de que actualmente hay entre 500 y 700 niños apresados en cárceles israelíes. El 66% de los arrestos se producen de madrugada. "Imaginen lo que tiene que ser para un menor que está dormido que aparezcan en su habitación soldados encapuchados. Son niños que quedan traumatizados, que preguntan dónde está su familia. Llegan a ser esposados de pies y manos. Reciben golpes y patadas y les impiden dormir". El promedio es de trece días de aislamiento. Teha asegura que un menor llegó a pasar 45 días incomunicado.

Estos chicos, que pueden ser encarcelados a partir de los doce años, se ven obligados a firmar documentos en hebreo, ajenos a lo que conlleva ello. El 99% de los menores acaban declarándose culpables. La ley israelí contempla penas de hasta diez años de prisión por tirar una piedra a una persona, incluso 20 cuando se lanza a un vehículo. Si pagas dinero, se reduce la condena.

Son niños que nacen en un contexto hostil. Para comprobarlo, la delegación donostiarra se desplaza a Burin, aldea palestina de 3.500 habitantes al sur de la ciudad cisjordana de Nablus, donde las fuerzas sionistas han cortado y quemado más de 2.500 olivos y lanzado piedras contra las casas de los palestinos.

Desde una azotea se aprecian a lo alto tres asentamientos judíos ilegales que el régimen israelí tiene planeado expandir, como el de Yitzhar. La aldea es objetivo sionista desde tres frentes: norte, sur y este.

Los colonos trabajan por lo general en la capital del Estado pero regresan a estas viviendas dormitorio, en las que no pagan impuestos, y cuyo único fin es ir comiendo terreno a una población sitiada. "Vivimos con mucha tensión, bajo una permanente amenaza", explica el alcalde de la aldea.

La mayoría de los ataques llevados a cabo por los colonos israelíes contra los palestinos y sus propiedades gozan de total impunidad, y los culpables rara vez se enfrentan a las consecuencias de sus acciones. "Nos gustaría mandar un mensaje de gratitud al pueblo vasco, pero también pedimos apoyo. Somos un objetivo constante, muchas veces luchando cuerpo a cuerpo frente a colonos y militares". Frente al hombre se ve la casa de una familia palestina que ha sido objetivo constante de las fuerzas militares. El padre del clan, lamentan los vecinos, murió a los dos días de ser violentamente agredido por los colonos.

A pesar del hostigamiento, en la aldea siguen fortaleciendo el trabajo de labranza y el amor por una tierra sembrada de esperanza. Tras las palabras del alcalde, se incorpora la joven Yasmeen Al Najjar, que exhibe una tierna sonrisa. Su pierna fue amputada por encima de la rodilla cuando un camión del ejército la golpeó mientras jugaba junto a su casa de Boreen, en Cisjordania. Tan solo tenía 3 años. "Con el tiempo fui capaz de escalar el monte Kilimanjaro con mi pierna ortopédica. Quería inspirar a otros jóvenes árabes para que, pase lo que pase, adviertan que pueden hacer lo que quieran en su vida", dice la joven Yasmeen, que se ha convertido en un ejemplo a seguir.

Un informe revela que Israel ha emitido más de 1.150 órdenes de confiscación de tierras palestinas en la ocupada Cisjordania tras la Guerra de los Seis Días de 1967. Las colonias israelíes en los territorios palestinos ocupados desde aquel año son consideradas ilegales por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la gran mayoría de la comunidad internacional, por violar la Convención de Ginebra al construir viviendas en terrenos que no les pertenecen. A pesar de tanta reprobación, no hay más que visitar el terreno para comprobar que continúa el macabro plan para borrar la historia de un pueblo que solo quiere vivir en paz.

Origen. Es uno de los conflictos más complejos del escenario internacional y principal clave de inestabilidad en Oriente Medio.

Zona geográfica. Palestina se limita a Cisjordania y la Franja de Gaza, que cubren una superficie total de 6.020 km cuadrados. Los recursos naturales son limitados.

Historia. En 1947, las Naciones Unidas votan la partición de Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío con una zona internacional en torno a Jerusalén. Israel proclama su "independencia" uniteralmente el 14 de mayo de 1948. Los países árabes la rechazan y entran en guerra. El Estado judío provoca la salida de parte de la población palestina que quedaba en su territorio y amplía la ocupación.

Alianza. El Estado judío se alinea con las potencias europeas frente al nacionalismo árabe, y se gana su apoyo político y económico. A raíz del genocidio nazi, afirma su razón de ser al declarar Israel como único refugio seguro para todos los judíos. Israel ocupa un 77% del territorio de Palestina.

Ocupación de 1967. Tras la Guerra de los Seis Días, Cisjordania y la Franja de Gaza han estado bajo ocupación militar israelí. Este régimen supone un estado de excepción permanente. Tras los acuerdos de Oslo (1993), Yaser Arafat establece allí la Autoridad Palestina, que no reconoce Hamas.