donostia - Si no hay sí es no fue el lema elegido por el Ayuntamiento de Donostia para estampar en los 18.000 pañuelos de fiestas que se han repartido este año. Un lema que invitaba a disfrutar de unas fiestas con respeto y sin agresiones y que algunos están empeñados en no asumir. Si después de que el viernes se conociera que una menor había sido víctima de una violación en la donostiarra playa de La Zurriola alguien pensó que la situación no podía ir a peor, se equivocó. La lacra de la violencia sexista no cesa y ayer dejó dos nuevos detenidos por actos contra la libertad de las mujeres, lo que deja un balance negro para la Aste Nagusia: al menos siete agresiones que se han saldado con otros tantos detenidos. Unos datos demoledores que llevaron ayer al Ayuntamiento a tomar la drástica decisión de suspender la diskofesta que se celebra en el Kursaal, donde cada noche se congregan centenares de jóvenes (en su gran mayoría menores de edad) y que ha servido de escenario en varias de las agresiones denunciadas.

Cuando los donostiarras no se habían recuperado todavía de la sacudida que supone que una niña de quince años denuncie haber sido víctima de una violación, dos nuevas detenciones engrosaban la lista de la vergüenza. Apenas habían pasado 24 horas cuando otra mujer, también menor de edad, alertaba a dos agentes de la Guardia Municipal que se encontraban desempeñando tareas de seguridad ciudadana de que un hombre había tratado de forzarla.

Al parecer, según indicaron fuentes policiales, la víctima se encontraba con una amiga disfrutando de la fiesta nocturna en la terraza del Kursaal cuando, minutos antes de las 2.00 horas, un joven le agarró del brazo con intención de llevarle hacia la playa, mientras trataba de besarle en la boca.

Afortunadamente, la joven consiguió zafarse de su agresor y dar la voz de alarma. Además, al igual que la noche anterior, la gran presencia policial en la zona y la rápida actuación de los agentes permitió que el presunto agresor fuera detenido pocos minutos después.

El arrestado fue trasladado a dependencias policiales, donde se descubrió que, al parecer, también está siendo investigado por la Ertzaintza por su implicación en otro caso de agresión sexual, denunciado el día anterior por otra menor de edad y del que hasta ayer no se tuvo conocimiento. El detenido, un joven de 29 años, está a la espera de pasar a disposición judicial.

Sin embargo, esta no fue la única mancha negra en la madrugada de ayer, ya que la Ertzaintza informó de la detención de un varón de 22 años como supuesto autor de abusos sexuales a dos menores, también en la Zurriola. Al parecer, les había realizado distintos tocamientos.

Ante la gravedad de estos hechos y ante los dos nuevos abusos en el mismo lugar, la junta de portavoces del Ayuntamiento de Donostia decidió ayer convocar un minuto de silencio en todos los actos festivos de la tarde y suspender la última diskofesta.

balance negro Así, a falta de una noche para dar por concluida la Aste Nagusia, la capital guipuzcoana concluye sus fiestas con un balance negro de siete agresiones conocidas, entre ellas la violación de la menor.

La primera de ellas tuvo lugar durante la madrugada del domingo, cuando una mujer denunció que un desconocido se había acercado a ella, le había realizado tocamientos en una nalga y había huido del lugar.

Un día después, un hombre de 53 años era detenido al ser sorprendido recogiendo una serie de videocámaras que había instalado previamente en un lugar frecuentado por mujeres para orinar.

Durante la madrugada del jueves, un hombre de 32 años fue detenido después de haber realizado tocamientos a una mujer en un bar, con intención de sustraerle el móvil y con la colaboración de otras dos personas.

A estas denuncias habría que sumar las tres conocidas ayer y, además, Bilgune Feminista informó de otra agresión, aunque esta última no está confirmada.

A todos estos lamentables sucesos se suma la agresión que sufrió un joven de Urnieta la madrugada del domingo en la Parte Vieja y que se saldó con la víctima en coma y el agresor en la prisión de Martutene. La agresión se produjo cuando el joven urnietarra se encontraba conversando con la exnovia del agresor.