La pugna entre el PNV y EH Bildu el 28-M por la mayoría de las Juntas Generales se va a dirimir por un suspiro. Así lo ratifica el EITB Focus que el ente público ha dado a conocer a primera hora de este sábado, una de las últimas encuestas publicadas antes de que entre en vigor la prohibición de publicar sondeos, y otorga a los jeltzales 21-22 escaños (36,9% de los votos) y a la coalición soberanista, 19-20 asientos (35,3%), con el PSE, Elkarrekin Gipuzkoa y el PP repartiéndose los otros 10 representantes.

Ambas formaciones abertzales consolidarían su posición respecto a las forales de 2019. en el caso de la plancha que encabeza la diputada y portavoz foral, Eider Mendoza, entre 1 y 2 asientos; en el caso de EH Bildu, entre 2 y 3, lo que arroja la opción de que ambas siglas empaten a 21 o el PNV venza por la mínima una pelea que en cuanto a porcentaje de voto marca una distancia menor (1,6 puntos) que el margen de error del trabajo sociológico de Gizaker para EITB (1,91%).

Partido a partido, las dos formaciones abertzales son las que pican al alza: el PNV, un punto más que en 2019 (de 35,9% a 36,9%), y EH Bildu, algo más de tres puntos, de 31,9% a 35,3%. Con una participación máxima estimada del 64%, el PSE y Elkarrekin Gipuzkoa son las formaciones que se dejarían hasta dos escaños cada una, cayendo los primeros de 9 a 7 asientos (de 17,3% a 14,9%) y los morados, de 4 a 2. en el caso de la plataforma de Miren Echeveste (del 9% al 7%), perdería la opción de conformar grupo juntero propio y quedaría encuadrado en el Grupo Mixto junto al PP, que repetiría su escaño por Donostialdea, con un total de votos del 4,4%, un 0,4% menos que hace cuatro años.

El trabajo de campo ha pulsado la opinión de 2.623 guipuzcoanos y guipuzcoanas, con encuestas realizadas en Gipuzkoa entre el 26 de abril y el 12 de mayo. Los datos son previos al comienzo oficial de la campaña, los debates entre candidatas y las polémicas electorales, entre las que destaca la de los condenados por pertenencia a ETA en las listas de EH Bildu y que siete de ellos, condenados por delitos de sangre, han terminado renunciando esta misma semana.

Por circunscripciones

Gipuzkoa se divide en cuatro circunscripciones (Bidasoa-Oiartzun, Donostialdea, Deba-Urola y Oria) y uno de los escenarios de la gran batalla se sitúa en torno a la capital. Se trata de las urnas donde socialistas y morados se dejarían cada uno al menos un escaño, que podrían ir a parar al PNV y la lista que lidera Maddalen Iriarte. Al PNV le puede valer un crecimiento de apenas cuatro décimas para pasar de sus seis asientos de hoy hasta siete, mientras que EH Bildu se juega en un crecimiento de tres puntos (hasta 28,7%) entre uno y dos asientos más (5-6). A medio camino se halla el PSE, con una caída de dos puntos (20,4%-18,4%) y un escaño (de 4 a 3). La noticia en el vagón de cola es que el ligerísimo crecimiento del PP de Mikel Lezama (una décima) le daría para empatar con Elkarrekin Gipuzkoa por la cuarta plaza en el 8% de los votos, en buena medida por culpa de la caída de los morados desde 10,2%.

En Bidasoa-Oiartzun la lucha es más cerrada si cabe y ambas siglas abertzales están separadas por menos de un punto. Con ventaja del PNV (32,9%, dos puntos y medio más que en 2019), ambos obtendrían cuatro escaños, los mismos que hace cuatro años para el PNV, uno más para EH Bildu, que saltaría del 26,2% de los sufragios a 32,7%. La caída notable sería del PSE, de 23,5% a 18,8% (de 3 a 2 junteros), mientras Elkarrekin Gipuzkoa mantendría su escaño pese a la pérdida de votos (12,9% a 10%) y el PP se quedaría fuera.

Como ocurrió en 2019, la victoria de EH Bildu a votos en la circunscripción del Oria no cambiaría el reparto de escaños: empate a 4 asientos pese a la ventaja de la coalición (que se amplía desde medio punto a casi cinco), seguidos del PSE (a la baja, del 12,8% al 10,1%; el mismo asiento que hace cuatro años), y los extraparlamentarios en esta circunscripción Elkarrekin Gipuzkoa y PP.

Una de las claves menos esperadas de la noche con la vista puesta en la foto final puede llegar desde Deba-Urola, donde el PNV obtiene una de las mejorías más destacadas en comparación con el 2019. Mientras EH Bildu crece un punto (38,7%-39,7%) que no le daría para romper la barrera de seis escaños actual, el crecimiento del PNV del 40,3% al 41,9% le abriría la puerta a lograr un séptimo asiento. Un asiento adicional que en función de lo que suceda en el resto del escenario foral puede resultar clave.

Dominio del PNV

En el resto del territorios la partida está más clara: el PNV encabezado por Elixabete Etxanobe en Bizkaia se sigue jugando la mayoría absoluta y como hace cuatro años, le baila el escaño número 26, el definitivo para gobernar en solitario. Con el 44,3% de los votos (0,8 puntos más que en 2019), bate con claridad a una EH Bildu al alza (de 10 a 11-12 escaños; de 19,9% a 21,8% de los votos); un PSE que cae menos que en Gipuzkoa (16,6% a 15,9%, mismos 8 asientos); Elkarrekin Podemos (de 6 a 4, de 10,6% a 8,4%) y el PP (solo dos escaños, repite el 6,7% de los sufragios).

Araba también concede ventaja al PNV de su actual diputado general, Ramiro González, que mantiene escaños o crece en uno (17-18) gracias a un ligero crecimiento en votos (29,7%-30,8%); seguido de EH Bildu (de 12 a 13 apoderados; 21,1% a 24,4%), el PSE (10 a 9 asientos; 19% a 16,6%), el PP (mismos ocho representantes pese a crecer en votos, 15,1% a 15,4%) y Elkarrekin Podemos (de 4 a 3-4 asientos, de 10% a 8,8%). Vox, que es en Araba donde más opciones tiene para conseguir representante, se quedaría fuera.