La Sociedad de Ciencias Aranzadi y la UPV/EHU han presentado las conclusiones del informe que han elaborado para esclarecer la muerte de Txabi Etxebarrieta en 1968. Del análisis de la documentación, los investigadores concluyen que "existen altas probabilidades de una vulneración directa de su derecho a la vida", es decir, que lo mataron estando indefenso.

En la persona de Txabi Etxebarrieta concurre una doble circunstancia histórica. Fue el activista responsable del primer asesinato de ETA, el guardia civil José María Pardines, y el primer miembro de la organización muerto, en este caso, por agentes de la Guardia Civil. Ambas muertes sucedieron el mismo día, el 7 de junio, fecha de la que hoy se cumplen 54 años.

El rescate de este episodio clave en la historia reciente de Euskal Herria tiene su origen en la investigación que Aranzadi lleva a cabo en diversas localidades sobre la identificación de víctimas de violencia de motivación política. Y, por otra lado, es una respuesta a la solicitud de los familiares del fallecido con el fin de esclarecer los hechos que acabaron con la vida de Etxebarrieta. "En 2018 la familia se puso en contacto con nosotros", ha explicado Javier Buces, historiador de Aranzadi y que ha presentado el informe y sus conclusiones junto a Eneko Etxebarria, doctor de Derecho Procesal de la UPV/EHU en una rueda de prensa que ha tenido lugar en la Facultad de Derecho de la universidad pública vasca.

"Hemos intentado hacer un trabajo con metodología histórica. Hemos tenido acceso a documentación de archivos militares, que más de 50 años después siguen siendo difíciles de consultar, a las declaraciones de los guardias civiles, a la instrucción del juez militar y a la autopsia practicada a Txabi Etxebarrieta", ha indicado Javier Buces.

Las tres "conclusiones principales" a las que han llegado una vez analizados estos documentos son que "las declaraciones de los guardias civiles que participaron en la muerte de Etxebarrieta son contradictorias", que "es la propia Guardia Civil la que llevó la instrucción", concretamente "un comandante", y que la autopsia certifica que el miembro de ETA "recibió un tiro en la espalda cuando estaba boca abajo en el suelo o cayendo".

TESTIMONIOS

El informe recopila también "testimonios de las personas que estaban presentes, Iñaki Sarasketa y Eduardo Osa, que "denunciaron haber sufrido torturas por parte de la Guardia Civil", y de "los familiares que fueron a recoger el cuerpo de Txabi Etxebarrieta, que vieron discutir a un médico, que podría ser el forense, con la Guardia Civil". Esto podría tener que ver, según Javier Buces, "con lo escueto del informe forense en comparación con el informe del guardia civil que lo hizo la misma persona".

Además, Aranzadi habló en 2019 con otro testigo, una persona que "presenció a 200 metros de distancia el suceso, y que afirma que Etxebarrieta fue tiroteado en situación de indefensión y que no hizo ningún disparo". En cualquier caso, reconoce Buces que "es probable que esa persona, desde donde estaba, no pudiera ver toda la escena".

Esta versión del asesinato "en situación de indefensión" es la principal conclusión a la que llega este informe una vez analizado todo este material. "Existen altas probabilidades de que lo que sucedió hace 54 años, en ese cruce de caminos de Benta Haundi, fuera una ejecución extrajudicial", ha indicado Eneko Etxeberria, doctor de Derecho Procesal de la UPV/EHU. "La versión oficial dice que hubo un enfrentamiento armado", ha dicho el abogado, "pero tenemos una versión alternativa, y es que Etxebarrieta estaba indefenso".

De todas maneras, aclara Etxeberria, que "a pesar de que pudo haber un enfrentamiento armado, no hay una explicación coherente a ese disparo en la espalda". Además, ha asegurado que "no hubo investigación adecuada, no fue por cauces ordinarios porque el instructor fue un comandante de la Guardia Civil. No hubo investigación alternativa a la versión oficial y no se hizo caso en la autopsia al disparo en la espalda que recibió Txabi cuando estaba en el suelo o cayéndose".

La presentación de estas conclusiones se ha producido justo en el día en el que ocurrieron los luctuosos hechos. El 7 de junio de 1968, Txabi Etxebarrieta, que tenía 23 años, murió por los disparos de la Guardia Civil en un control en el barrio tolosarra de Olarrain. Horas antes, Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa, otrro miembro de ETA, se habían saltado un control a la altura de Aduna matando al agente Pardines, que tenía 25 años. Eduardo Osa, también presente en el momento del asesinato de Etxeberrieta, les estaba ayudando a huir.

REACTIVAR UNA INVESTIGACIÓN OFICIAL

Ante estas conclusiones, los autores del informe recomiendan que se contemple la opción de reactivar una investigación oficial sobre estos hechos y que se tenga en cuenta la posibilidad de que se trate de un delito de "lesa humanidad". También recomiendan enviar el estudio a la comisión de valoración del Gobierno Vasco para que determine si fue víctima de la violencia policial.