- Pablo Casado encara la convención del PP con el reto de rearmar a la derecha y superar, orillando a Vox, una fractura que hasta el momento lastraba sus intereses electorales. El objetivo es también pescar más allá de este espacio para poder poner rumbo a La Moncloa en 2023.

Los populares han armado una macroconvención itinerante. Siete días, y seis localizaciones: las capitales de las cinco autonomías en las que gobiernan -Santiago, Valladolid, Madrid, Sevilla y Cartagena- y un cierre de dos días en Valencia, una plaza simbólica en la que buscan sentar las bases para recuperar el poder perdido.

Debate ideológico para abanderar la “batalla de las ideas”, exdirigentes de C’s y Vox y un poder de convocatoria que supere al resto son los ingredientes con los que buscan lanzar un mensaje: el PP que gana elecciones está de vuelta y se reúne en torno a una figura, la de Pablo Casado.

En esa línea, los populares quieren llevar a la plaza de toros valenciana a 8.000 personas, o las que permita el aforo por covid. El partido al completo y todos sus presidentes autonómicos, también la madrileña Isabel Díaz Ayuso, se volcará en dar una imagen de fuerza.

El PP llegaba a esta cita con viento de cola. Casado vivía su momento más dulce desde que asumió el liderazgo tras la moción de censura contra Mariano Rajoy. Desde mayo encabezaban los sondeos, en una suma que para gobernar incluye a Vox con los que, según algunas de estas encuestas, podría sumar mayoría absoluta. Sin embargo, las semanas previas a la convención han estado marcadas por la batalla abierta en Madrid, que empaña una cita que Casado quería inundar de triunfalismo.

El paso adelante de Díaz Ayuso para presidir el PP madrileño no gustó en Génova y el choque se avivó cuando Casado introdujo en la terna al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

Con el enfado ya extramuros, alusiones incluso a la corrupción y desconcierto entre los dirigentes, el subidón experimentado por el PP tras las elecciones madrileñas ha empezado a dar signos de agotamiento.

En cualquier caso, en Génova siguen sosteniendo que, a excepción de la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), todas las encuestas, externas e “internas”, les mantienen como ganadores, con Ciudadanos en desaparición y Vox estancado.

En la conferencia, el PP quiere mostrarse además como un partido sin rencor con quienes se fueron decepcionados con la política de Mariano Rajoy. Pero en su cónclave sólo han logrado la asistencia de dos exdirigentes de ambos partidos, Juan Carlos Girauta y Alejo Vidal-Quadras. No estará, pese a los rumores, Albert Rivera, exlíder de los naranjas.

En Génova consideran que el mensaje se entiende igual: con el PP se retratan personas que en algún momento no han votado al PP. Liberales, democratacristianos y conservadores, las tres corrientes del centroderecha, tienen en el PP su casa, recalcan desde la Ejecutiva de Pablo Casado.

El objetivo es emular lo logrado por Ayuso en la Comunidad de Madrid y ampliar la base electoral para llegar a Moncloa en dos años. Por su parte, la presidenta madrileña no estará presente el miércoles en la cita en su comunidad autónoma por encontrarse en Nueva York, pero sí llegará a tiempo para el cierre en Valencia del fin de semana.

“La convención será un trampolín de futuro y el preludio de grandes cambios”

Presidente del PP de Valencia