- Usted también asesora jurídicamente a Josu Urrutikoetxea. ¿Están siendo más garantistas los tribunales franceses que los españoles?

—En cierta medida. Lo que pasa es que en el caso de Josu Urrutikoetxea hay un fenómeno que cuesta comprender, y es que en Francia se le está enjuiciando en dos procedimientos que tienen que ver con los dos periodos de negociación en los que a él se le pide que participe en una negociación que termina en un acuerdo de disolución de ETA, del fin de la lucha armada. Normalmente, en los países civilizados, eso conlleva reconocimiento público a las personas que participaron. Y aquí lo que se pretende es el linchamiento de esta persona, un linchamiento inventándose historias. Hemos tenido hace nada en Francia una vista de extradición que fue denegada por una cosa tan aberrante como un delito de lesa humanidad imputado a Josu Urrutikoetxea y a más personas del entorno de ETA. Cualquier jurista mínimamente serio sabe que es imposible la comisión de un delito de lesa humanidad por parte de lo que fue ETA. ¿Quién lleva ese procedimiento? La misma jueza que me persigue a mí. Y no debe estar muy contenta con lo que conseguimos en Francia.

¿Por qué es imposible imputar la lesa humanidad a miembros de ETA?

—Porque solo lo pueden cometer entidades que tengan, entre otros requisitos, un control efectivo del territorio. Son crímenes que solo pueden cometer los organismos o grupos paraestatales o estatales. Ahora bien, como dijimos nosotros en Francia, si ETA pudo cometer un delito de lesa humanidad, entonces a ETA no se le aplicarían las normas de la Audiencia Nacional, sino la Convención de Ginebra para los conflictos armados.

¿Ve algún resquicio que permita evitar la extradición?

—Hay que entender cuál es el papel que ha jugado Urrutikoetxea en la finalización del conflicto vasco. Eso es una vía de evitar las extradiciones. En España lo que quieren es encarcelarle y tirar la llave, hasta que llegue Estrasburgo y le reconozca que se han vulnerado sus derechos. ¿Por qué? Porque juegan con los tiempos y las vidas ajenas.

¿Otro caso que acabará en el TEDH?

—Yo confío en que no, en que se resuelva antes.