- El “nunca jamás” categórico de Pedro Sánchez a la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación quedó ayer matizado por varios ministros que se abrieron a la posibilidad de celebrar un referéndum consultivo, tal y como se regula en el artículo 92 de la Constitución, para que se voten los acuerdos resultantes de la mesa de diálogo. “Todo lo que pueda estar en el marco de la legalidad constitucional forma parte de la política de este país”, se sinceró la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aunque rechazara la opción de pronunciarse en las urnas sobre la independencia ya que su consulta no está amparada por la ley. En concreto, ese artículo de la Carta Magna establece que “las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”, que debe ser convocado por el rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados. El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, limitó el contenido de ese posible referéndum en Catalunya a “únicamente” los “acuerdos políticos” que se alcancen en ese foro bilateral.

Pero a la posición socialista del Ejecutivo, que trata de contentar a sus filas mientras contiene las reacciones del soberanismo, se le echa encima además la postura de su socio, Unidas Podemos, abiertamente favorable a la amnistía y a preguntar a la ciudadanía sobre la autodeterminación. La ministra de Igualdad, Irene Montero, recordó que la formación morada siempre ha defendido ese referéndum aunque evitó meterse esta vez en un charco. “Soy parte del Gobierno y debo mesurar mis declaraciones en la medida que soy parte del socio minoritario de un Gobierno de coalición, pero desde luego nosotros nunca renunciaremos a nuestras propuestas políticas como formación y espacio político”, expresó en RAC1.

Montero entiende en todo caso que “ahora mismo posiblemente el referéndum no cuente con una mayoría tan amplia como podrían contar otras soluciones que podrían salir de la mesa de diálogo”.

A su vez, subrayó que el pacto para crear la mesa incluye que el consenso cuente con la participación de la sociedad catalana; y cuestionada por si debería ser con un referéndum y por cómo se debería preguntar a los ciudadanos, mantuvo que esta decisión “tiene que ser parte del proceso de diálogo” y no se puede definir a priori.

El PP no tardó en valorar estos pronunciamientos como la confirmación de que “las mentiras de Sánchez no duran ni 24 horas”. Así lo señalaron varios miembros de su dirección nacional, entre ellos la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, quien enfatizó: “Sánchez, ni 24 horas en el país de nunca jamás”.

En parecidos términos disertó el vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, tras escuchar a Miquel Iceta, ministro de Política Territorial, avalar “votar en referéndum un acuerdo sobre el autogobierno”. La vicesecretaria de Organización popular, Ana Beltrán, recordó las palabras del republicano Gabriel Rufián restando credibilidad a la afirmación de Sánchez y pidiéndole tiempo para virar su intención.

En particular, Iceta defendió en Catalunya Ràdio acudir a las urnas para posicionarse sobre un “gran acuerdo sobre autogobierno, financiación y participación de las comunidades autónomas en el diseño de las políticas del Estado”. A su parecer, es la propuesta más razonable y más deseable, si bien “en estos procesos hay que ser muy prudente, porque la solución la tenemos que construir entre todos”. “No es tan importante lo que se ponga sobre la mesa sino la voluntad de acercar posiciones y que lleguemos a una solución que pueda satisfacer razonablemente a una mayoría”, que no cree Iceta que se logre de forma inmediata. El ministro destacó que en Catalunya todavía no se han desarrollado todas las competencias previstas ya en el Estatut de 2006 y que existen “unos problemas de financiación que todo el mundo acepta”, asuntos que ve necesario abordar. “No tenemos estructuras de tipo de federal, que es lo que permitiría compaginar el autogobierno con el gobierno compartido, esto que ahora se ha nombrado cogobernanza. Estamos en los inicios de un camino que nos debe llevar a un Estado verdaderamente federal”, verbalizó, abriéndose a que el Govern pueda plantear en la mesa lo que considere, incluido el referéndum de independencia. “La mesa de dialogo se hace para hablar de todo. Ahora, algunos creen que hablar de todo es que se les dará la razón en todo”, zanjó. Ese referéndum en concreto “no se producirá nunca”, predijo Calvo en RNE.

Visión que el propio Sánchez remató en La Sexta aseverando que “hablar de autodeterminación es “un absurdo” porque no existe en ninguna democracia”. El presidente español pidió diferenciar las palabras de los hechos, ya que los dirigentes soberanistas pueden seguir pidiendo la autodeterminación pero “no están cometiendo ninguna ilegalidad por exponer sus ideas”. Para el jefe del Gobierno español, la autodeterminación es matemáticamente imposible, porque necesitaría una reforma que debería ser avalada por dos tercios del Congreso y, además, está convencido de que iría en contra de la convivencia que él pretende restaurar.

Nada dijo de simplemente traspasar la competencia para poder convocar el referéndum, como solicita el Govern. Tampoco de las declaraciones de sus ministros, en cierta forma enmendándole.

“Todo lo que pueda estar en el marco de la legalidad constitucional forma parte de la política”

Vicepresidenta primera del Gobierno

“Siempre hemos defendido el referéndum y no renunciaremos nunca a nuestras propuestas como espacio político”

Ministra de Igualdad

“Lo razonable sería llegar a un gran pacto sobre autogobierno y financiación, y que se vote en referéndum”

Ministro de Política Territorial