- Tras las escenas de tensión entre el PNV y Podemos, ha llegado el momento de devolver las aguas a su cauce y rebajar la crispación para explorar las opciones de entendimiento en la negociación de los presupuestos vascos para 2021. La consigna por parte de los jeltzales es no arrojar más gasolina al fuego, y mantener viva su apuesta por el diálogo a pesar de su malestar por las críticas de Elkarrekin Podemos-IU, que ha abogado por desalojar al PNV del Gobierno Vasco, lo ha considerado un partido "casposo", y había planteado un diálogo directo sobre las cuentas con los socialistas. El encontronazo no abortará las intenciones del PNV de explorar un entendimiento. Desde el Gobierno Vasco de coalición entre PNV y PSE tienen garantizada la aprobación del proyecto con su mayoría absoluta, pero se proponen exprimir todas las coincidencias que detectó el lehendakari Urkullu en su reunión con la portavoz de la coalición de izquierdas, Miren Gorrotxategi, para dar continuidad a la senda de acuerdos que se abrió con la anterior dirección de Podemos sobre las cuentas de este año.

Fuentes de Podemos consultadas por este diario aclaran asimismo que no pretendían aislar al PNV de la negociación cuando plantearon un diálogo con el PSE. Son conscientes del peso de los jeltzales y se sentarán a hablar también con el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu. Su apuesta por dialogar con los socialistas había levantado ampollas en el PNV, que consideraba una ingenuidad pretender arañar enmiendas de espaldas al partido que es mayoritario en el Gobierno y que gestiona la cartera de Hacienda. Ninguna decisión podría tomarse saltándose el filtro del principal partido del Gobierno. El PSE también había aclarado que cualquier negociación debería desarrollarse en el seno del Ejecutivo. Además, esa estrategia recordaba a la desarrollada con mucha controversia por Pablo Iglesias en el Estado, donde la polémica enmienda acordada con ERC y EH Bildu de espaldas al presidente Sánchez ha derramado ríos de tinta. Desde Podemos aclaran a este periódico que las interpretaciones son legítimas, pero que su propósito no es "buscar tensión" en el pacto PNV-PSE.

La puerta al diálogo está abierta, renunciando a cualquier veto previo. Podemos no va a tensar la cuerda por ese flanco y el marco general de la negociación queda claramente identificado para todos. Desde la cúpula del partido morado que dirige Pilar Garrido aclaran que son conscientes de que el Gobierno vasco lo forman PNV y PSE, y matizan que no pretendían excluir a los jeltzales o no sentarse con ellos, sino que planteaban apretar por el flanco de los socialistas para incorporar algunas actuaciones de los presupuestos estatales, como medida de presión, pero sin limitar el diálogo en exclusiva al socialismo. Desde Podemos lo reducen a un malentendido.

"Si queremos introducir propuestas inspiradas en los presupuestos del Estado, es más fácil empujar a través del PSE, pero no vamos a limitarlo a los socialistas. En ningún momento planteamos excluir al PNV. Sabemos la fuerza que tiene el PNV y cuál es la del PSE en el Gobierno vasco. Sería ilógico aislarlo y, además, la cartera de Hacienda la tiene el PNV. Sabemos que tenemos que hablar con Pedro Azpiazu. Nos tendremos que sentar con el Gobierno PNV-PSE", puntualizan desde Podemos.

La propuesta de Podemos molestaba a los jeltzales y se prestaba a todo tipo de interpretaciones, porque llegaba justo después de que el partido morado apostara por desalojar al PNV siguiendo la estela del pacto de izquierdas en Irun. Durante el fin de semana, se había producido una escalada de declaraciones en contra del PNV y, en el Estado, Iglesias espolea el mensaje de que Podemos debe ser el pegamento de la izquierda.

Con este punto previo aclarado, ya existe vía libre para entrar en los contenidos, aunque desde Podemos dejan ver a este periódico que queda mucho terreno que desbrozar y no son tan optimistas como el lehendakari, que aboga con claridad por reeditar el acuerdo de 2020. El proyecto presupuestario se aprobará en Consejo de Gobierno el próximo día 15 y, a partir de ese momento, el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, emprenderá una ronda de contactos con la oposición para buscar respaldos.

El Gobierno Vasco quiere repetir el acuerdo con Podemos que ya firmó para las Cuentas autonómicas de este año a cambio de un incremento del 4% en la Renta de Garantía de Ingresos y mejoras en las partidas de las haurreskolak. Tras su reunión con Miren Gorrotxategi, el lehendakari había detectado varias coincidencias entre su propuesta y el programa de gobierno, pero Podemos lo matiza y asegura que "hay muchas más diferencias que semejanzas; y las que eran semejanzas eran muy genéricas, con una apuesta por la sanidad y la educación que se debe concretar".

El Gobierno Vasco ha defendido todo este tiempo que no existe una comunidad autónoma con tanta cobertura social, y cree que es posible llegar a un acuerdo compartiendo la filosofía. El consejero Azpiazu va a presentar unas cuentas que tienen intención de poner fácil a la oposición que se acerque a negociar: en virtud de la capacidad de endeudamiento que tendrá el Gobierno Vasco, los presupuestos van a superar por primera vez los 12.000 millones de euros, se descarta optar por la vía de la austeridad, y se abrirá el grifo para reforzar las políticas públicas y la inversión en I+D+i (en ese punto, con un incremento superior al 6% para la digitalización).

Elkarrekin Podemos-IU hace valer su documento Duintasunez para levantar un escudo social con 19 medidas. Respalda las medidas restrictivas para frenar el coronavirus, pero pide a cambio que se alivie su impacto económico entre los más afectados. Miren Gorrotxategi salió de la reunión con el lehendakari con una disposición al diálogo, presentándose como una "oposición propositiva", aunque en los días posteriores se han producido algunas tensiones. Podemos quiere que se atiendan sus propuestas sobre el pacto de los cuidados, donde cree que todo se deja en manos de las familias, con un coste cero para las arcas públicas, y que las paganas volverán a ser las mujeres.

Ya en la noche del martes, el PNV había apostado por rebajar la tensión. La presidenta de la ejecutiva vizcaina, Itxaso Atutxa, aseguraba en Radio Euskadi que las declaraciones que han molestado a los jeltzales "no tienen nada que ver con la posibilidad de seguir negociando". "Nuestra voluntad no va a cambiar por estas últimas declaraciones", dijo, aludiendo al momento en que Elkarrekin Podemos-IU llamó "casposo" al PNV o consideró que "lo democrático" sería un gobierno de izquierdas, dando a entender que el actual no lo es tanto y que no tiene una mayoría social detrás. Atutxa quiso ver la botella medio llena y dijo que Podemos muestra "actitud de acuerdo" en el Parlamento Vasco.

Citó como ejemplo las enmiendas que se han pactado en el Ayuntamiento de Bilbao con los partidos de la oposición, como Podemos, con quien no ha habido acuerdo sobre los presupuestos pero sí se han podido pactar nueve enmiendas por valor de 275.000 euros para un plan de pobreza, la lucha por la igualdad o actuaciones relacionadas con los jóvenes extranjeros no acompañados. "La mano tendida a Elkarrekin Podemos va a seguir existiendo. Yo espero que haya una vía, por lo menos, de trabajo con Elkarrekin Podemos, que ya antes demostraron con un acuerdo de Presupuestos importantísimo", dijo.

Por pura matemática, el Gobierno Vasco no necesita el apoyo de otro partido al margen del PNV y el PSE porque desborda la mayoría absoluta. Sin embargo, mantener la senda de entendimiento con Podemos lo ayudaría a desactivar las críticas de aplicar el rodillo, y también lo ayudaría a hacer visible que el PNV no es incompatible con los partidos de izquierda, como ya se ha visto en los acuerdos presupuestarios en el Estado o en Nafarroa (además de la propia CAV, con el pacto con los socialistas). Consolidar la alianza con Podemos es relevante políticamente ahora que se especula con una alianza PSE-Podemos-EH Bildu dentro de cuatro años para desalojarlo. A Podemos, por su parte, le permite no ser fagocitada por EH Bildu o dejarle todo el protagonismo de la legislatura en la oposición.

Plazos. El proyecto se presentará en Consejo de Gobierno el próximo día 15. El Ejecutivo vasco quiere buscar apoyos más allá de su mayoría absoluta y fija la fecha de la votación final el 11 de febrero.

El vicepresidente segundo del Gobierno español, Pablo Iglesias, puso en valor ayer que los grupos que han pactado su voto a favor de los presupuestos estatales "comprenden mucho mejor el espíritu social de la Constitución" que la "bancada de la derecha", que concibe la norma como un "instrumento para golpear al adversario". Citó expresamente en esa mayoría al PNV, y dijo que se abre una oportunidad de que, junto a esas fuerzas, se consolide la mayoría "progresista"."Quiero decir aquí que los grupos que conforman esta mayoría plural que va a hacer realidad estos presupuestos, ERC, PNV, Bildu, Más País, Compromís y Teruel Existe, comprenden mucho mejor el espíritu social de la Constitución y se toman más en serio el cumplimiento efectivo que consagra que los diputados del PP y Vox", dijo.

"Espero que haya una vía de trabajo con Elkarrekin Podemos; la mano tendida sigue"

Presidenta del BBB del PNV