- Silencio sepulcral. Falta poco más de una semana para que el jueves 3 de septiembre expire el plazo para proponer a los senadores de designación autonómica, los tres asientos que nombra el Parlamento Vasco y que se suman a los representantes escogidos en las elecciones generales. Por ahora, este asunto transcurre en el más absoluto hermetismo por parte de los partidos. En el caso del PNV y del PSE, están enfrascados en la negociación de su acuerdo de gobierno y sus esfuerzos están centrados en ese cometido pero, además, ese diálogo puede condicionar el reparto de los senadores.

En un cálculo puramente aritmético y de fuerza electoral, al PNV le corresponderían dos aunque, en la negociación de 2016, comenzó presentando dos nombres y, a medida que avanzaron las conversaciones con el PSE, optó por ceder uno al socialista Tontxu Rodríguez como señal de sintonía. Desde la ejecutiva del PSE no confirman ni desmienten sus aspiraciones, aunque extraoficialmente se pone en valor que, si en 2016 se aseguraron un puesto teniendo un escaño menos, sin ser la llave de la mayoría absoluta para el PNV y siendo la cuarta fuerza, ahora sería incluso más lógico por haber reforzado su posición, por garantizar la mayoría absoluta a Urkullu y haber adelantado en la tercera plaza a Elkarrekin Podemos.

Las ejecutivas de PNV y PSE guardan silencio, y ni siquiera se han hecho oficiales los nombres de los aspirantes, en cierto modo porque aún queda margen. El PNV se centró en 2016 en la reelección de Jokin Bildarratz, el portavoz jeltzale en el Senado, y cedió un puesto al PSE. El restante se lo quedó EH Bildu. El reparto a tres es una fórmula que se ha consolidado en las últimas legislaturas (también en 2012) y parece el camino más probable también en esta ocasión, aunque el escaño socialista pasaría necesariamente por una cesión del PNV.

Los jeltzales son la fuerza claramente mayoritaria con 31 parlamentarios, seguidos por los 21 que tiene EH Bildu, y los diez del PSE. El Parlamento Vasco proclama como senadores a aquellos que logren la mayoría de los votos emitidos, si suponen la cuarta parte de los 75 escaños del Parlamento. Si después de la primera votación quedasen senadores por nombrar, se procedería a una segunda votación. El PNV y EH Bildu tienen asegurado un senador cada uno en la primera votación e, incluso, los jeltzales podrían optar a otro más en la segunda tanda, o cedérselo al PSE.