- La consejera de Presidencia y portavoz del Govern catalán estudió Farmacia y se movió en este campo hasta que dio el salto a la política municipal de la mano de la antigua Convergència (CDC). Más recientemente pasó a Junts per Catalunya (JxCat) y de ahí al Palau de la Generalitat como portavoz del gobierno de Quim Torra. Es una persona cercana a Carles Puigdemont, al que reclama como sustituto del actual president, si este es inhabilitado por la justicia. Reclama herramientas de Estado para afrontar la pandemia porque, a su juicio, la respuesta a la crisis sería diferente, en un momento en que Catalunya está en el punto de mira por los contagios.

En las últimas semanas en Catalunya se están registrando muchos rebrotes y con muchos contagiados e incluso muertos. ¿Está controlada la situación?

—Está controlada, dentro de lo que cabe el control de esta pandemia que está evolucionando cada día. Creo que lo vamos controlando, hemos aumentado el número de rastreadores y por lo tanto el rastreo de posibles contactos y personas positivas y también hemos incrementado el número de PCRs. Era imprescindible para controlar y poder evitar la transmisión comunitaria y detectar los brotes lo antes posible. A medida que vamos detectando podemos ir tomando medidas oportunas.

¿Ha habido un exceso de relajamiento general?

—Todos tuvimos mucha prisa y muchas presiones para volver lo antes posible a lo que era la vida antes del

¿Barajan volver a los confinamientos domiciliarios?

—En estos momentos no tenemos ningún planteamiento de confinamiento domiciliario. Esto no quiere decir que dentro de unos días las autoridades sanitarias nos recomienden algún tipo de medidas más drásticas. Dependerá de los datos epidemiológicos.

Se han quejado de que no tienen mecanismos legales para tomar algunas medidas, ¿para qué?

—No las tenemos, no las tiene nadie. Después del estado de alarma para poder ciertas medidas debemos solicitar autorización a la justicia y a partir de aquí los criterios ya no son epidemiológicos, son criterios judiciales. Esto deja a los gobiernos autonómicos sin mecanismos legales que nos permiten tomar las decisiones necesarios y oportunas.

¿Han mejorado las relaciones entre el Gobierno español y la Generalitat respecto a las que había durante el estado de alarma?

—Durante el estado de alarma la relación entre las autoridades españolas y catalana han sido de colaboración y fluidas. Es verdad que no compartíamos cómo se tomaban las decisiones por parte del Gobierno español.

¿Fue abusivo el mando único?

—Recentralizó competencias, nos quitó las competencias. Esto no es opinión, es constatar lo que ocurrió.

¿Por qué está atascada la Mesa de diálogo entre el Gobierno español y la Generalitat?

—Se debía celebrar en julio pero por parte del Gobierno español no se nos ha propuesto una fecha para la siguiente reunión. Nos parece que no hay mucha voluntad de recuperar este diálogo y esta negociación por parte del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

¿A qué lo atribuye?

—No puede ponerse como pretexto la pandemia, tal y como se ha dicho en alguna ocasión. Es una cuestión de voluntad, no hay voluntad real de solucionar el conflicto político y abordar la autodeterminación y la amnistía.

¿Le pone plazo a esa reunión?

—No me gusta poner plazos a las cosas. Si hay voluntad de recuperar el diálogo y de resolver el conflicto político, debería haber una propuesta rápida encima de la mesa por parte del Gobierno español.

¿Apoyarán los Presupuestos Generales del Estado de 2021 que necesita Pedro Sánchez para seguir en Moncloa?

—Desde la Generalitat de Catalunya no podemos negociar los presupuestos españoles, son los partidos políticos que sustentan el Govern catalán (JxCat y ERC) los que van a negociar o no la propuesta de presupuestos. En estos momentos no me consta que haya ninguna propuesta o voluntad de negociación por parte de Pedro Sánchez a la formación política en la que yo estoy representada.

Las divergencias entre JxCat y ERC son públicas y recurrentes. ¿Es posible gobernar con este ruido interno?

—Esto forma parte de la cultura de los gobiernos de coalición. Son dos partidos diferentes, con estrategias distintas y a veces con diferentes puntos de vista. Esto es normal dentro de las relaciones en los gobiernos de coalición. Lo extraño es que se ponga el foco solo en el Gobierno de Catalunya y no cuando pasa lo mismo en otros gobiernos de coalición. No hay más que ver lo que está pasando ahora en el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. La marcha fuera de España del rey emérito ha enfrentado a los dos partidos, después de que una parte de ese gobierno haya estado negociando la salida de Juan Carlos con la Casa Real, de espaldas a otra parte del Gobierno.

¿Consensuará el president Quim Torra la fecha de las elecciones catalanas con sus socios de ERC?

—Esto lo decidirá el president Torra. Es su competencia decidir cuándo se deben celebrar las elecciones y con quién quiere compartir la reflexión sobre cuál es el mejor momento para convocarlas.

¿Torra anunciará la fecha antes de su juicio en el Tribunal Supremo el próximo 17 de septiembre?

—En estos momentos solo lo sabe él y todavía no lo ha compartido.

Todo apunta a que el president Torra será inhabilitado.

—Veremos lo que pasa. No tenemos muchas esperanzas con la Justicia española. Ya hemos visto lo que ha pasado con los presos y las presas del procés. Es probable que haya una sentencia condenatoria y que se inhabilite al president de la Generalitat por defender la libertad de expresión. Sería gravísimo y como sociedad deberemos de plantear si aceptamos o debemos aceptar una resolución así.

¿Qué respuesta institucional darían ante una inhabilitación?

—Esto lo vamos a decidir en las próximas semanas.

Si finalmente el president Torra es inhabilitado, ¿quién liderará las listas de JxCat a las elecciones? ¿Carles Puigdemont?

—Tengo claro que quien debe liderar una candidatura de JxCat es el president Puigdemont y a partir de aquí estoy convencida de que en JxCat hay un equipo importante de personas y muchas de ellas podrían, si fuera necesario, presidir la Generalitat.

¿Es viable y eficaz un president que no puede gobernar desde su país y ha de hacerlo desde la distancia?

—El president Puigdemont debía haber sido investido president en enero de 2018 y a partir de aquí veremos cómo evolucionan los acontecimientos. Si es posible o no. En este caso deberemos ser capaces todos de entenderlo y explicarlo. En ningún momento debemos tirar la toalla para que Puigdemont pueda ser restituido en sus derechos políticos y por lo tanto pueda ser investido president.

¿Hay un plan B?

—Habrá un plan B y si hace falta un plan C.

El propio Puigdemont dijo que en su momento valoraría volver a Catalunya si fuera elegido.

—Por eso digo que no descarto en ningún momento que Puigdemont pueda ser investido president.

O sea que esa posibilidad sigue abierta, pese a los riesgos que comporta para su situación penal.

—El president Puigdemont puede circular por toda Europa en libertad, salvo por el Estado español. Esto nos debería hacer reflexionar sobre cómo juega la justicia española, a diferencia de los sistemas judiciales europeos.

¿Cómo valora la decisión del Tribunal Supremo de retirar el tercer grado a los presos del procés?

—Me parece una vulneración de sus derechos. Con esta decisión el sistema judicial español se aleja cada vez más de sistemas propios de democracias liberales.

El último sondeo del CEO, el CIS catalán, deja a JxCat casi igualado con ERC. ¿Volverán a ser la fuerza más votada?

—Desde JxCat vamos a presentar un proyecto electoral atractivo. Estamos trabajando para construir la república catalana, conjuntamente con todas las políticas necesarias para el progreso económico y social de nuestro país. Confío que la gente de Catalunya vuelva a darnos su confianza.

El espacio exconvergente está en un proceso refundacional. Por un lado está PDeCAT y por otro JxCat. ¿El PDeCAT se integrará en Junts evitando así la división?

Muchísimas personas que estamos militando en el PDeCAT nos hemos afiliado en Junts porque este espacio debe evolucionar hacia Junts. Es la evolución natural de algo que viene pasando desde diciembre de 2017, cuando nos presentamos a las elecciones catalanas con las siglas de JxCat. A partir de ahí hemos hecho todo el trayecto electoral con las elecciones generales, las europeas, las municipales. Por lo tanto, la gente reconoce una marca política que debería derivar en un partido político. Eso es lo que estamos haciendo.

¿Hay sitio en un mismo espacio político para tres marcas: PDeCAT, JxCat y el Partido Nacionalista Catalán?

—No comparto que estemos en el mismo espacio JxCat y el PNC, en absoluto. Me parece una opción electoral de unas personas que abandonaron una formación política para crear su formación política. Creo que personas del PDeCAT estamos trabajando para que todo evolucione hacia Junts per Catalunya. La mayoría de las bases del PDeCAT están para evolucionar hacia esta nueva formación política y a partir de aquí quien decidirá qué acabará pasando con el PDeCAT le corresponde al PDeCAT.

¿ERC ha abandonado la unilateralidad?

—Es importante y ahora más necesario que nunca que las fuerzas independentistas conjuntamente con las entidades sociales deberíamos recuperar la unidad estratégica. Es muy importante que seamos capaces de determinar el mínimo común denominador que compartimos del proyecto de construcción de la república catalana. Debemos trabajar esta unidad estratégica, debemos reunirnos para reflexionar y ver si somos capaces de recuperar esta necesaria unidad estratégica que quizás en estos momento la hemos abandonado.

¿Lo reclama porque no se está dando esa unidad?

—Lo reclamo porque no se está dando, porque lo considero necesario y porque, al margen de los intereses electorales, debemos ofrecer a la sociedad catalana una mínima unidad estratégica.

El president Torra ha vuelto a proponer un referéndum. ¿Unilateral o pactado?

—La posibilidad de hacer un referéndum pactado es muy difícil, pero no seremos nosotros los que dejemos de intentarlo. Parte del conflicto político pasa por poder ejercer el derecho a la autodeterminación y esto se ejerce a través de un referéndum pactado. Esto es lo que se debería trabajar en la mesa de negociación y lo que se debería estar acordando, pero no veo voluntad en el Gobierno español.

El lehendakari Urkullu acudió a la Conferencia de presidentes autonómicos tras lograr a última hora un acuerdo sobre la senda de déficit. Su presencia provocó que Torra fuera el único presidente en no acudir. ¿Les molestó el cambio de Urkullu?

—Me parece muy bien que el lehendakari Urkullu utilizara el poder que tiene. Estas son las ventajas de poder recaudar los impuestos y negociar bilateralmente con el Estado. Los vascos lo tienen, nosotros desgraciadamente no lo tenemos y no deja ser una fortaleza que le permitió a Urkullu negociar y finalmente participar de este encuentro entre presidentes. En cualquier caso, celebro que el president Torra no asistiera a esta Conferencia porque fue una foto en el que se estaba blanqueando a la monarquía, mientras el rey emérito estaba negociando su huida.

¿Hay comunidades autónomas de primera y de segunda en el Estado español?

—Por supuesto. En el momento en el que se les permite un déficit diferente a unas comunidades que a otras están generando comunidades de primera y de segunda. No podemos permitirlo.

¿Euskadi está entre las comunidades de primera?

—El hecho de poder recaudar sus impuestos y negociar bilateralmente con el Estado la colaboración económica es un hecho diferencial importante, sin duda. Desde Catalunya estamos denunciando que hay un déficit fiscal estructural de más de 16.000 millones de euros.

¿Qué respuesta ha tenido la reclamado la Generalitat de un mayor margen de déficit?

—Todas las Conferencias de presidentes autonómicos que se han realizado durante la crisis sanitaria hemos solicitado la flexibilización del objetivo de déficit entendiendo que era necesario teniendo en cuenta los gastos sanitarios que hemos tenido. Esto va a afectar a las arcas de la Generalitat y del resto de autonomías. No puede ser que el Estado se quede con el 10% del objetivo de déficit y no lo comparta con las comunidades autónomas.

¿Es una huida la salida de Juan Carlos I?

—Está huyendo de la Justicia. Se le está investigando y ha decidido huir. Ha negociado con el Gobierno español y con la Casa Real y no lo han anunciado hasta que el rey emérito ha salido fuera del Estado.

¿Es una cuestión solo de Juan Carlos I o afecta a la institución de la monarquía?

Los probables hechos que se le imputan a Juan Carlos I se produjeron mientras ejercía de rey y por tanto todo esto afecta a la monarquía.

¿Debería el Gobierno español pedir que regresara en vez de avalar su salida?

Lo primero que debería hacer el Gobierno español es amnistiar a todos los condenados por injurias a la Corona. No se debería haber permitido jamás que el rey abandonara el Estado. Tendrán que explicar por qué han negociado la salida.

"Si Torra es inhabilitado quien debe liderar la candidatura es Puigdemont. No descarto que pueda ser investido president"

"JxCat y ERC debemos volver a la unidad estratégica que, en estos momentos, quizás hemos abandonado"

"El hecho de que Euskadi pueda recaudar impuestos y negociar bilateralmente es un hecho diferencial importante"

"Durante el mando único, el presidente Sánchez recentralizó, nos quitó las competencias"

"Si Sánchez tiene voluntad de volver a la mesa de diálogo, debe poner una propuesta rápida encima de la mesa"

"A Juan Carlos I se le está investigando judicialmente y ha decidido huir. Y lo hizo mientras ejercía como rey"