- Estamos ante una campaña electoral anómala. ¿Cómo la está viviendo?

-Se lleva de la mejor manera que se puede, tomando todas las medidas que hay que tomar, siendo muy prudentes, muy responsables. Nuestras campañas son de entrar mucho en contacto con la gente y se echa de menos. Da una sensación de cierta frialdad y de desconexión entre los partidos y la ciudadanía. De lo que no tengo ninguna duda es que las elecciones se tenían que celebrar, eso sí, tomando todas las medidas de seguridad. Para afrontar los tiempos que vienen es necesario tener estabilidad institucional y un gobierno que tome las riendas de todo esto.

La pandemia ha reducido la agenda de temas durante esta campaña. ¿Cuáles cree que han quedado enterrados y que deberían abordarse de forma prioritaria la próxima legislatura?

-Creo que lo que hemos tenido, al menos nosotros, ha sido capacidad para reflexionar durante la pandemia y cambiar de arriba abajo nuestro programa electoral para hacer frente a esta situación.

En este escenario en el que el coronavirus y sus consecuencias lo copan todo, ¿cuáles deben ser las prioridades del próximo Gobierno?

-Principalmente la salud. Es muchísimo más fácil resucitar una economía que una persona. A partir de ahí hay que darle un impulso a la economía para afrontar la crisis derivada de toda esta situación que hemos vivido. El impulso económico tiene que estar siempre dirigido al fortalecimiento de los servicios públicos y a no dejar absolutamente a nadie atrás.

Si los socialistas estuvieran en el Gobierno, ¿cuál sería la primera medida que aprobarían?

-Lo más prioritario es preparar los próximos presupuestos, que es la herramienta por la cual se desarrollan todas las políticas. Tendremos que reflexionar y repensar cuál es la orientación que les damos, porque va a haber proyectos que vamos a tener que abordar de otra manera. Indudablemente, hay que plantear ya unos presupuestos que sean la herramienta para desarrollar esas políticas.

¿Cuál es su agenda para Gipuzkoa?

-Desarrollar políticas que hagan posible que nadie se quede atrás y para eso hay que impulsar el empleo. Tenemos que conseguir un empleo digno, tenemos que arropar a los trabajadores que han estado en un ERTE para que el sueldo que tengan sea un sueldo digno. Hay que apoyar a los autónomos, porque hay miles de negocios en Euskadi y en Gipuzkoa que dependen de muchos autónomos que han visto mermados sus ingresos y han visto en peligro sus negocios. También las pymes y, sobre todo, tenemos que impulsar la economía de nuestro territorio enfocando el tejido productivo a la digitalización, los nuevos tiempos y las nuevas maneras de producir. La conciliación también va a tener un hueco muy importante porque se ha visto que es muy necesario, y sobre todo políticas enfocadas a la sanidad, la investigación, el desarrollo, la innovación, la digitalización...

El COVID ha puesto en jaque el sistema sanitario. ¿Cómo valora la respuesta que la sanidad vasca ha dado a esta epidemia?

-Ha sido buena, pero esta situación ha puesto de manifiesto que tenemos que fortalecer nuestros servicios públicos y principalmente nuestros servicios sanitarios. Ahora mismo hay parte de la plantilla de Osakidetza que no es fija y nosotros vemos necesario hacer fijo, por lo menos al 50% de la plantilla que hoy en día no lo es. Sin duda alguna necesitamos que el sistema sanitario de este país esté en la punta de lanza de las políticas del próximo gobierno y evidentemente tendremos que fortalecer Osakidetza, su plantilla, la formación y sobre todo revisar las infraestructuras y los protocolos para hacer frente de una manera más efectiva a imprevistos como estos.

Uno de los momentos más simbólicos de estos meses ha sido el aplauso sanitario de las 20.00 horas. ¿En qué debe traducirse la próxima legislatura?

-El mejor reconocimiento tiene que ser la inversión. No se pueden fortalecer las políticas públicas si no existe mayor inversión. Invertir en sanidad es invertir en salud. Tenemos que incrementar la inversión no solo para tener una plantilla acorde con lo que pueda venir, sino que sobre todo tenemos que tener una plantilla estable, bien formada, con infraestructuras e instrumentos en cuanto a material sanitario que ante una situación de emergencia pueda tener una respuesta inmediata.

Las encuestas dan por hecho un gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. ¿Cuál es su vaticinio?

-Suelo ser muy respetuoso porque el comportamiento electoral no lo dictan las encuestas; prefiero esperar a que la ciudadanía se pronuncie. A partir de ahí, explorar qué es lo mejor para el país. Yo creo que la coalición ha funcionado bien, con lealtad entre ambos partidos. Creo que uno de los valores de este Gobierno es que está compuesto por dos partidos con tradiciones políticas muy diferentes y eso atiende a la pluralidad política de este país. Se han buscado nexos en común fuertes para que las políticas que impulsáramos respondieran a las necesidades de los ciudadanos, con sus aciertos y sus errores.

Podemos insiste en un tripartito progresista.

-Creo que en estos momentos el país necesita mucha unidad y los socialistas no vamos a entrar en los gobiernos por cálculo político sino por responsabilidad. Si entendemos que hay mimbres para cerrar un gobierno que coincida en prioridades y objetivos, los socialistas estarán ahí y si no estaremos para trabajar igualmente desde la unidad y la responsabilidad para salir de esta situación. Nuestra obsesión no es entrar en los gobiernos como tienen otros partidos que lo único que están agitando esta campaña es su participación en un gobierno tripartito. Yo prefiero mostrar durante estos días cuáles son las propuestas de los socialistas y que decida la ciudadanía. Nosotros estaremos en la responsabilidad, la estabilidad y la proactividad para poder salir de esta situación.

¿Cree que la gestión de la pandemia por parte del Ejecutivo de Sánchez va a tener repercusión en los resultados electorales?

-Creo que la ciudadanía ha terminado teniendo empatía, no afinidad, con el Gobierno de Madrid. Creo que el Gobierno ha demostrado estar muy a la altura de las circunstancias. Única y exclusivamente le ha movido un interés: salir de esta crisis y responder a las necesidades ciudadanas ante una situación extrema.

¿Teme que lo ocurrido en Zaldibar les pase factura?

-La responsabilidad es de la empresa, lógicamente. Los tribunales tendrán que decidir cuál es esa responsabilidad penal. De momento, el Gobierno Vasco está actuando de forma subsidiaria. Hasta la fecha se les han girado el coste de los trabajos realizados por un valor aproximado de cuatro millones de euros. Esto nos tiene que llevar a una reflexión: la pasada legislatura se impulsó la ley de cambio climático, pero esto tiene que venir acompañado por una ley de gestión de residuos. Lo que no podemos hacer es generar residuos y gestionarlo enviándolos a otros sitios.

La de usted fue una de las voces más críticas en torno a la figura de Felipe González. ¿Se reafirma en su opinión o le han reprendido en su partido?

-Siempre digo que tengo la fortuna de militar en un partido muy plural en el que se respetan todas las opiniones y la mía ha sido respetada, compartida por algunos y criticada por otros, pero yo dije lo que pienso. No ha habido ningún problema al respecto ni lo va a haber en un futuro. Me reafirmo absolutamente.

"El impulso económico tiene que estar dirigido al fortalecimiento de los servicios públicos y al no dejar absolutamente a nadie atrás"

"Nuestra obsesión no es entrar en gobiernos como otros, que lo único que están agitando es su participación en un gobierno tripartito"