La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó este jueves a favor de una iniciativa legislativa que permite activar un procedimiento legal para confiscar armas de fuego a personas que puedan representar un peligro para otros o para ellas mismas.

La medida, que ahora deberá ser votada en el Senado, se aprobó con el apoyo de 224 congresistas -en su inmensa mayoría del Partido Demócrata- y con el voto en contra de 202 parlamentarios -prácticamente todos del Partido Republicano-.

La iniciativa ha sido bautizada como "Ley Federal de Órdenes de Protección contra Riesgos Extremos" y si sale adelante, básicamente extenderá al conjunto del país las llamadas leyes de "alerta de peligro" ("Red Flag") que ya existen en estados como California, Nueva York y Florida.

La votación tuvo lugar después de que a última hora del miércoles la Cámara Baja ya votase a favor de otra iniciativa para reforzar los controles de armas de fuego tras los tiroteos masivos ocurridos durante las pasadas semanas en Uvalde (Texas) y Búfalo (Nueva York).

El proyecto de ley votado ayer contiene las medidas más duras para limitar las armas que ha aprobado la Cámara de Representantes en varias décadas, y no se espera que avance en el Senado.

La iniciativa, bautizada "Protejamos a nuestros niños", propone aumentar de 18 a 21 años la edad mínima a la que se pueden comprar rifles semiautomáticos y prohíbe los cartuchos de gran capacidad para balas, usados tanto en Uvalde como en Búfalo por jóvenes de 18 años.

También propone medidas para regular las armas de fabricación casera, conocidas como armas fantasma por carecer de número de serie. Estas armas, que se pueden fabricar con piezas compradas por separado en Internet, son utilizadas en un número creciente de tiroteos.

En paralelo a estas acciones en la Cámara de Representantes, en el Senado un grupo de demócratas y republicanos está negociando un proyecto de ley más moderado con medidas para aumentar el control de antecedentes y limitar la venta de los componentes de algunas pistolas, una propuesta de mínimos sobre la que esperan llegar a un acuerdo antes de que acabe la semana.