Conservadores y socialdemócratas alemanes aparecen este domingo empatados en un sondeo a cinco semanas de las elecciones que muestra además que hasta cuatro coaliciones distintas podrían sumar mayoría, aunque todas serían complejos tripartitos.

La encuesta de Insa para el diario "Bild" sitúa en cabeza y a la par al bloque de la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU), de un lado, y del otro al Partido Socialdemócrata (SPD), con sendos 22 %.

Se trata del mínimo histórico de los conservadores, que pierden tres puntos porcentuales con respecto a la semana pasada y mantienen su tendencia a la baja por sus tropiezos en Afganistán y las inundaciones de julio, con más de 180 muertos, además de la escasa popularidad de su candidato, Armin Laschet.

También es la primera vez desde abril de 2017 que los socialdemócratas -que escalan dos puntos desde la semana pasada- igualan a la CDU/CSU, al beneficiarse, principalmente, de los fallos de los otros dos grandes partidos y de la creciente percepción de solidez de su candidato, el actual ministro de Finanzas, Olaf Scholz.

En tercera posición acabarían Los Verdes, que se han desinflado en las últimas semanas -tras haber llegado a liderar las encuestas-, ceden esta semana un punto más, y se sitúan en el 17 %, aún cerca de los dos primeros.

"No está claro quién sacará la cabeza por delante de los tres partidos democráticos", afirmó la candidata ecologista, Annalena Baerbock, en una entrevista en la televisión pública "ARD".

El resto de partidos que accederían al Bundestag (cámara baja) al superar el mínimo del 5 % son el Partido Liberal (FDP), que lograría el 13 % de los sufragios, seguido por el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con el 12 %, y La Izquierda, con el 7 %.

COALICIONES DIFÍCILES

Con estas cifras, las coaliciones aritméticamente posibles para sumar mayoría en el parlamento alemán ascienden a cuatro, todas ellas tripartitos complejos por las diferencias programáticas.

Conservadores y socialdemócratas podrían sumar a los verdes o a los liberales, pero también sería posible una alianza de conservadores, verdes y liberales.

También sumaría algo hasta inviable durante los 16 años de la era Merkel: un Ejecutivo alemán sin los conservadores, con un tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales.

Ante este panorama, los partidos están evitando avanzar sus alianzas preferidas.

Laschet aseguró este sábado en un acto de partido que estaba abierto a pactar con los partidos del "centro democrático", algo que incluye a socialdemócratas, liberales y verdes, y que sólo excluye a AfD y La Izquierda.

"Lucho como candidata verde para que nosotros lideremos el gobierno", aseguró por su parte Baerbock al ser interrogada sobre posibles coaliciones, una cuestión que, a su juicio, debe resolverse después de los comicios.

"Quién pacta con quién se resolverá tras las elecciones, en base a los votos y al programa", aseguró Baerbock al ser preguntada explícitamente si rechazaba aliarse con los conservadores.

La situación es especialmente incierta y fluida por la marcha de la canciller Angela Merkel -la política mejor valorada en el país-, el avance de la cuarta ola de la pandemia, la crisis de Afganistán y las debilidades de los candidatos.

CANDIDATOS DÉBILES

Pese a que en Alemania no se vota directamente al canciller, la figura de los candidatos tiene un peso creciente. Así, en el caso de los conservadores y los verdes esto se ha convertido en un lastre, mientras que está beneficiando a los socialdemócratas.

Laschet, no especialmente magnético, se ha visto perjudicado por una carcajada fuera de lugar mientras visitaba los lugares devastados por las inundaciones; Baerbock ha perdido popularidad por los plagios hallados en su libro, las imprecisiones de su currículo y unos ingresos que comunicó a destiempo.

Scholz, sin grandes fallos propios, se ha visto favorecido por la debilidad de sus contrincantes, aunque le falta carisma para llegar al ciudadano en campaña.

Según una encuesta de Forsa, el 26 % de los alemanes considera que Scholz es el candidato más sólido, mientras que Laschet y Baerbock sólo consiguen el respaldo del 12 y el 16 %, respectivamente.