on DeSantis, gobernador republicano de Florida, firmó el martes la Ley de Equidad de los Deportes Femeninos la cual, sin apenas mencionar a la mujer y sus derechos, prohibe a las niñas y mujeres transgénero jugar en equipos deportivos femeninos en escuelas públicas. Esta medida ha generado un nuevo debate en torno a los derechos de las personas trans.

DeSantis orquestó la presentación de dicha ley de forma teatral: eligió firmar el primer día del Mes del Orgullo para asegurarse de que sus seguidores conservadores supieran lo que él representa, y lo hizo en una escuela cristiana de Jacksonville, subrayando el carácter religioso del hecho y la doctrina subyacente ante sus votantes. Lo hizo con un discurso de gran calado: "En Florida, las niñas van a practicar deportes de niñas y los niños van a practicar deportes de varones", proclamó enfáticamente, y rubricó que iba a asegurarse de que ésa, la suya, fuese la única realidad. Explicó que dicha ley está basada en la biología, "no en la ideología".

La medida entrará en vigor el próximo 1 de julio. La nueva ley define el sexo de un atleta en virtud de lo que conste en su partida de nacimiento. La ley no expresa claramente si todas las atletas deben mostrar en adelante sus certificados de nacimiento para entrar a formar parte de equipos deportivos. De hecho, la prohibición se incluyó en el último minuto de la sesión legislativa, prácticamente fuera del orden del día. "Este proyecto de ley trata simplemente de asegurar que las mujeres puedan competir de manera segura, tener oportunidades y poder sobresalir físicamente en un deporte para el que se entrenaron, se prepararon y para el que trabajaron", dijo la senadora estatal Kelli Stargel, dando por sentado que las personas transgénero no son lo que son y afirman ser sino lo que ella ha declarado taxativamente que deben ser, por decreto. "No se trata de discriminar a nadie", añadió, "se trata sólo de que las mujeres tengan la oportunidad de competir en deportes femeninos".

Tras muy amargos debates, la redacción final de la ley eliminó algunos de los elementos más polémicos, incluido el requisito de que las atletas trans de escuelas secundarias y universidades se sometieran a pruebas genéticas o de testosterona. A pesar de lo que dice Stargel, no es una ley que regule nada, tan sólo prohíbe y restringe. La versión anterior del proyecto de ley, que fue aprobada por la cámara legislativa de Florida por 77 votos a favor y 40 en contra el pasado 14 de abril, contenía una cláusula de resolución de disputas que habría permitido a una escuela pública inspeccionar los genitales de cualquier atleta.

La ley podría llegar a tener un impacto financiero importante para el estado de Florida. La Asociación Nacional de Atletas Universitarios (NCAA), que supervisa el deporte universitario en los Estados Unidos, ha advertido que no celebrará competiciones deportivas en estados que discriminan a los atletas. Más concretamente, cuando el proyecto de ley estaba siendo discutido en abril, la NCAA advirtió que organizaría juegos sólo en lugares donde los anfitriones pudieran comprometerse a proporcionar un entorno seguro, saludable y libre de discriminación a los competidores. Y estos eventos deportivos generan millones de dólares en las comunidades donde se desarrollan.

Desde el Partido Demócrata se ha afirmado que la ley es notoriamente discriminatoria y que su inconstitucionalidad será impugnada en los tribunales. "Este es otro ataque impulsado por la aversión del gobernador y los legisladores republicanos, y es insultante que hayan realizado la sesión fotográfica de esta mañana en el primer día del Mes del Orgullo", dijo la senadora estatal Shevrin Jones después de la firma del proyecto de ley. El representante demócrata de Florida, Carlos Smith, secunda estas palabras al afirmar que la ley "alimenta la transfobia y pone en riesgo a los niños vulnerables sin una buena razón".

La nueva norma ha hecho ley un principio ideológico arraigado en el partido conservador: las diferencias biológicas entre hombres y mujeres hacen que sea injusto que los atletas asignados al sexo masculino al nacer compitan en equipos femeninos infantiles, juveniles y adultos.

La ley no prohíbe, por el contrario, a una niña o mujer transgénero participar en equipos masculinos. Como han subrayado los detractores de la norma, no hay ni un solo precedente de tal "competencia desleal" en el estado de Florida y es por eso por lo que la representante republicana Kaylee Tuck ha tenido que mentir al afirmar que "no necesitamos esperar hasta que surja un problema para que actuemos en Florida".

Es obvio que la ley no tiene como objetivo detener la discriminación y el Partido Republicano tampoco se ha distinguido en defensa de los derechos de la mujer. La ley de equidad en los deportes femeninos, un título convenientemente político para una norma legal, es una combinación de políticas anti-trans y una necesidad urgente de réditos electorales.

DeSantis fue criticado en 2019 por omitir en una proclamación pública que muchas de las 49 víctimas de la masacre del club nocturno Pulse 2016 de Orlando provenían de la comunidad LGBTQI+. No es el único líder republicano en busca votos mediante este tipo de acciones contra el colectivo trans. La ley aprobada en Tallahassee es una copia de la de Idaho, la primera de su tipo, promulgada en 2020. En total son nueve los estados rojos que han aprobado proyectos de ley tendentes a restringir la actividad deportiva de las personas transgénero.

En su primer día en el cargo, Biden firmó una orden ejecutiva para prevenir la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. La Cámara de Representantes de los EEUU aprobó en febrero la Ley de Igualdad, la norma legal más abiertamente pro-LGBTQI+ en la historia del país. El martes pasado, Biden instó a los legisladores del senado a ratificar la ley, pero sin el apoyo de los republicanos, es poco probable que el proyecto de ley sea aprobado en la cámara alta.

No ha pasado un año desde que se cerrara el caso Bostock contra el condado de Clayton (590 US de 2020), un litigio histórico sobre derechos civiles. Entonces, el Supremo sostuvo que el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964 protege a los empleados contra la discriminación en virtud de su orientación de género o identidad sexual. Pero, a pesar de este paso adelante, desde el Partido Republicano se siguen impulsando medidas restrictivas. Una nueva ley del estado de Tennessee requiere que las empresas e instalaciones gubernamentales coloquen carteles en los lavabos si permiten que las personas transgénero usen los baños de su elección. Si no cumplen con esta medida los propietarios y funcionarios podrían enfrentarse hasta a seis meses de prisión y una multa de hasta 500 dólares, una pena que no se mencionó en audiencias legislativas y el debate parlamentario.

El Partido Republicano está desesperado por no perder los pocos estados en los que aún gobierna y cree que puede hacerlo a costa de minorías sociales desprotegidas y haciendo mucho ruido, pero por mucho incienso que le echen a la nueva ley, acabará por ser abolida porque, aunque sí que se puede retrasar su llegada, no se puede detener el futuro.