- El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazó ayer las acusaciones vertidas ayer por su exasesor, Dominic Cummings, que dijo que su mala gestión de la pandemia causó “muertes innecesarias” en el Reino Unido. El líder conservador sostuvo que su Gobierno y él hicieron desde el principio “todo lo posible”, con la determinación de “salvar vidas” y evitar que colapsara el sistema público de salud.

Preguntado si, tal como alegó Cummings, no está “capacitado” para gobernar, Johnson contestó: “algunos de los comentarios que he escuchado no guardan relación con la realidad”.

Momentos antes, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, aseguró, en una comparecencia urgente en la Cámara de los Comunes, que “no son ciertas” las “graves” alegaciones que hizo contra él el mismo asesor, que le acusó de haber mentido a sus colegas de gabinete en numerosas ocasiones el año pasado. “He sido directo con la gente en público y en privado a lo largo” de esta crisis, declaró, para añadir que la actitud del Ejecutivo “ha sido franca, transparente y explicativa” sobre lo que sabía y lo que no del covid.

El titular de Sanidad británico hizo esta declaración después de que el Partido Laborista, en la oposición, pidiera ayer su dimisión por haber presuntamente engañado sobre decisiones clave de su ministerio. La número dos de la formación, Angela Rayner, dijo a la cadena pública BBC que existen indicios de que Hancock “ha engañado y mentido intencionadamente”. “Ningún ministro que mienta a los ciudadanos, especialmente con las consecuencias que hemos tenido, debe permanecer en su puesto”, afirmó.

Cummings, que renunció como asesor el pasado noviembre, manifestó ante dos comisiones parlamentarias que Hancock hubiera tenido que ser cesado “al menos 15 o 20 veces” por sus constantes mentiras al Ejecutivo.