Una decena de palestinos han resultado heridos en nuevos enfrentamientos ocurridos este domingo con la Policía israelí en Jersusalén, tras los fuertes disturbios de los últimos días que han dejado ya más de 200 manifestantes palestinos heridos.

Las últimas escaramuzas han tenido lugar esta madrugada, cuando los fieles musulmanes abandonaron el recinto de la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén después de las oraciones de toda la noche en Laylat al Qadr, la noche más sagrada del Islam. Los palestinos resultaron heridos en una de las entradas al Monte del Templo (o Explanada de las Mezquitas, para los musulmanes), según han informado fuentes de la cadena pública israelí Kan.

Los enfrentamientos estallaron el viernes después de que la Policía israelí irrumpiera en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, donde cientos de palestinos se negaban a abandonar el lugar tras los rezos nocturnos en protesta por los planes de para el desalojo por la fuerza de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este.

Estos nuevos altercados se producen a pocas horas del inicio esta noche de la festividad israelí que conmemora el 54 aniversario de la unificación de la ciudad.

El evento principal del lunes, la llamada Marcha de la Bandera, generalmente atrae a decenas de miles de personas la Ciudad Vieja de Jerusalén, incluido un gran contingente de nacionalistas religiosos judíos. Antes, no obstante, se esperan concentraciones de multitudes en varios puntos de la ciudad.

El sábado, el ministro de Defensa, Benny Gantz, realizó una evaluación de la situación de seguridad con altos funcionarios del Ejército, la Policía y el servicio de seguridad Shin Bet, para concretar refuerzo del número de tropas como parte de los preparativos para una posible escalada.

"No se puede permitir que los extremistas de ambos lados provoquen una escalada de la situación", ha indicado Gantz en un comunicado recogido por 'Times of Israel'. "Israel seguirá actuando para preservar la libertad de culto en el Monte del Templo y, al mismo tiempo, no permitirá que el terror destruya el orden público".