- El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, volvió a reclamar ayer el triunfo del Ejército federal contra las fuerzas de las autoridades rebeldes de Tigray, pero no parece que hayan cesado las hostilidades en esa región fronteriza con Eritrea y Sudán.

En una intervención ante la Cámara Baja del Parlamento en Adís Abeba, Abiy afirmó que el Ejército federal ha salido “victorioso” y comparó el conflicto con la Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865). “A lo que nos enfrentamos es similar a lo que Estados Unidos se enfrentó en la guerra civil estadounidense”, indicó el mandatario, en referencia a la ruptura del “orden constitucional”, que atribuye al Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobierna la región. Abiy compareció ante el Parlamento tras declarar el sábado que el Gobierno federal tiene “el control total de la ciudad de Mekele”, capital de Tigray y sede del FPLT.

Esa operación marcó la finalización de la ofensiva que el mandatario ordenó la semana pasada contra el FPLT en represalia a un ataque de fuerzas tigriñas a una base militar etíope en Tigray, si bien la tensión entre el Gobierno central y las autoridades regionales rebeldes se vivía desde hacía meses.

Según el primer ministro, los líderes del FPTL escaparon de la capital y se han refugiado en una área radicada entre las localidades de Abiy Addi y Hagere Selam, a unos 60 kilómetros del noroeste de Mekele. “Es mejor para ellos ahora que se rindan porque los estamos vigilando y somos conscientes de sus movimientos”, aseveró. Tras la toma de Mekele, la televisión regional Tigray TV informó de que fuerzas tigriñas derribaron un avión militar etíope y que el piloto fue capturado tras lanzarse en paracaídas, en un aparente mensaje de que las hostilidades no han acabado. El portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios para África del Este, Saviano Abreu, declaró que siguen “profundamente preocupados por la difícil situación de los civiles en la ciudad, que alberga a casi 500.000 personas. Cientos de personas han muerto en el conflicto y unos 44.000 etíopes han huido de la violencia al vecino Sudán.