- Después de un día entero de escrutinio que acerca cada vez más a Biden a la Casa Blanca, el duelo entre él y Donald Trump sigue abierto. En las últimas horas, dos de los tres estados que dieron la victoria a Trump en 2016 se han confirmado del lado demócrata: Michigan y Wisconsin. El tercero, Pensilvania, podría ser el decisivo hoy mismo para acercar a Biden al poder. En todos ellos el Partido Republicano ya ha presentado recursos para proceder al recuento, aunque solo la Justicia de Pensilvania lo ha aceptado, aunque todo apunta a que el fallo no influirá en el resultado.

Además, sigue el recuento en Alaska, donde solo se han escrutado la mitad de las papeletas. Pero se da por hecho que sus tres votos electorales irán a parar al lado republicano, como suele ocurrir tradicionalmente, por lo que no hay muchas miradas puestas en este territorio.

También merece especial atención Arizona, donde el Partido Demócrata prácticamente se adjudica los 11 votos electorales, y otros tres territorios que siguen sin estar del todo cerrados: Georgia, Carolina del Norte y Nevada, donde en última instancia podría decantarse todo. Si se confirma el triunfo de Biden en Arizona y suma algún otro más, será presidente. Por ahora, cuenta con 264 votos electorales, frente a los 2014 de Trump.

De todos modos, el presidente anunció ayer que su equipo impugnará por “fraude” el recuento en todos los estados que en las últimas horas se han decantado del lado de su rival demócrata, Joe Biden, y ha solicitado que se tengan en cuenta las papeletas que puedan llegar al término de la jornada electoral.

“¡Detened el recuento!”, exigió Trump en un mensaje en mayúsculas en el que ha vuelto a reclamar lo que ya pidió en su discurso de la noche electoral, cuando se autoproclamó vencedor de las elecciones y alertó de un posible fraude a favor de su rival. Trump subrayó en en Twitter que “no se contará ningún voto que llegue después del día de las elecciones”, un mensaje que la propia red social ha catalogado de engañoso, mediante una advertencia a todos los usuarios que buscaran su tuit.

Las posibilidades de reelección de Trump descansan sobre una estrategia contradictoria y a largo plazo: un intento de detener el recuento de votos en los estados en los que cree estar a la cabeza, mientras exige que el recuento continúe en los territorios en los que pierde contra Biden.

“Impugnaremos por fraude los estados reivindicados por Biden recientemente”, anunció el mandatario, que dijo haber recibido “muchas pruebas” y llamó a “comprobar los medios”, en aparente alusión a informaciones no reveladas. Trump, por ejemplo, considera que tiene una “gran victoria legal” en Pensilvania, uno de los estados pendientes.

La demanda inútil de Trump

Con el 88% del escrutinio, Trump aventaja en 1,9 puntos a Biden en Pensilvania, aunque el resultado podría dar un vuelco al avanzar el recuento de votos por correo. Hasta ahora se anticipa un dominio abrumador demócrata en estos votos, con 78% a 21%, que sería suficiente para neutralizar la ventaja que en estos momentos tiene el presidente.

Precisamente en Pensilvania Trump ganó ayer la primera de las demandas que interpuso para desafiar el escrutinio en varios estados clave, con una decisión judicial que permite a los observadores de su equipo supervisar más de cerca el recuento de votos. El fallo judicial tiene, sin embargo, un impacto limitado, ya que no detiene el escrutinio ni invalida ninguna parte del cómputo que se ha hecho hasta ahora en ese estado bisagra.

No en vano, ningún tribunal ha encontrado irregularidades en el proceso de recuento de votos en Filadelfia, donde los republicanos habían solicitado una revisión exhaustiva. Y cabe señalar que los votos que pueden decidir de qué lado se inclina la balanza en Pensilvania, un estado claro, están precisamente en esta ciudad. El equipo de Trump también pidió un recuento oficial en Wisconsin, donde Biden ha ganado por más de 20.000 votos. Además, presentó sendas demandas para que se detuviera el recuento en Míchigan, alegando que los trabajadores electorales no dieron a su campaña el acceso adecuado para observar el recuento.

Un ‘sorpasso’ casi imposible

La campaña de Trump envió a un equipo a Arizona, estado que algunas proyecciones otorgan a Biden, para asegurar que se cuenten cientos de miles de votos por correo. A pesar de que el mandatario afirmó repetidamente que el sistema de papeletas postales está plagado de fraudes, su director de campaña, Bill Stepien, señaló que el equipo de Trump cree que esos votos le favorecerán hasta en un 70% y harán que el estado vuelva al lado republicano.

Con casi medio millón de votos aún por contar en el estado de Arizona, el presidente confía en dar el sorpasso y superar al candidato demócrata Joe Biden, al que medios de comunicación como la agencia Associated Press y la cadena de televisión Fox News dieron como vencedor la noche electoral, a pesar de que este último medio es de corte conservador.

Pero la película electoral de suspense continúa en las pantallas de Estados Unidos. Arizona, un feudo conservador inexpugnable desde que en 1996 el demócrata Bill Clinton (presidente de EEUU entre 1993-2001) ganase, puede cambiar de signo en las próximas horas. La tarea es difícil, pero no imposible: Trump debe recibir el apoyo de algo más del 57 % de los votos restantes en todo el estado. Hay esperanza en la Casa Blanca.

Una distancia de 0,2% a falta del 1% de escrutinio

En Georgia otro tribunal desestimó este jueves la demanda que había presentado unas horas antes la campaña del presidente estadounidense, Donald Trump, para desafiar el recuento en ese estado clave, tradicionalmente republicano pero donde las cosas están muy ajustadas.

La demanda buscaba localizar e invalidar cualquier posible papeleta emitida después de las 19.00 horas local del pasado martes, la hora límite para votar en ese estado, en la ciudad de Savannah. Pero el magistrado James Bass consideró que no había suficientes pruebas de que se hubieran contado sufragios registrados después de esa hora.

De entre todos los estados en los que los recuentos no se han cerrado, Georgia es en el que más apretada está la situación, a falta de tan solo 50.000 papeletas por escrutar, es decir, el 1% del total. Hasta ahora, Trump ha obtenido el 49,5% de apoyos, por el 49,3% de Biden.

Biden también se acerca

Fue otro de los Estados donde Trump ganó sin dificultad en 2016. En estas elecciones se planteaba como un Estado bisagra. La noche electoral arrojó una marcada tendencia a favor del candidato republicano, pero el vicepresidente de Obama ha ganado terreno y se acerca a poco más de un punto, con el 96% del escrutinio. Las encuestas preveían aquí un resultado ajustado, casi una moneda al aire, y las predicciones se han cumplido: Trump tiene 2.732.120 papeletas (50%) y Biden, 2.655.383 (48,6%). El modelo de The New York Times da un 86% de probabilidades de victoria a Trump, pero aún más de 120.000 votos por correo tardarán en procesarse, probablemente hasta el 12 de noviembre, según las autoridades.

El escenario donde se decidiría todo

Si las previsiones sobre Pensilvania, Carolina del Norte y Alaska se mantiene y Trump gana en esos tres estados, las elecciones se decidirán en Nevada, donde el recuento de los seis últimos votos electorales podría alargarse hasta el fin de semana. En ese escenario, Trump ya habría remontado y estaría por delante de Biden, con 268 representantes frente a 264. Lo más probable es que los 63.000 votos por correo del condado de Clark, en el que está ubicada la ciudad de Las Vegas, decidan todo en última instancia, presumiblemete a favor de Biden.