- Alemania aumentó ayer la presión contra Rusia en relación con el caso del envenenamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni y amenazó por primera vez con interrumpir el controvertido gasoducto Nord Stream 2 que llevará directamente gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico.

Mientras tanto, Rusia afirmó ayer domingo de que la investigación sobre el supuesto envenenamiento del líder opositor ruso, Alexéi Navalni con el agente tóxico Novichok no avanza por culpa de la parte alemana que no responde a la solicitud de las autoridades de Moscú para aclarar el caso.

Según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, la respectiva petición de la Fiscalía General rusa “fue cursada el 27 de agosto”.

“¿Dónde está la urgencia con la que insisten (los funcionarios alemanes)?”, escribió Zajárova en su cuenta de Facebook.

Alemania pidió a Moscú que contribuya a esclarecer “el grave crimen” cometido contra el opositor ruso, que permanece en coma desde hace más de dos semanas.

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, avisó el pasado sábado de que tomará medidas si Rusia no da explicaciones acerca del supuesto envenenamiento del dirigente opositor ruso Alexei Navalni.

“Los ultimátums no ayudan a avanzar, pero si en los próximos días Rusia no da explicaciones tendremos que examinar medidas con nuestros socios”, afirmó Maas en una entrevista al diario Bild am Sonntag.

Maas exigió de nuevo al Gobierno ruso colaborar en el esclarecimiento del caso Navalni y agregó que, “si no tuviera nada que ver con el atentado, es en su propio interés demostrarlo con hechos”, mientras si esta colaboración no va más allá de “cortinas de humo”, habrá que partir de la base de que Rusia “tiene algo que ocultar”.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores alemán afirmó que espera que la actuación de Moscú con el caso Navalni no haga a Berlín cambiar de postura con el proyecto del gasoducto Nord Stream 2. “En ese proyecto participan más de 100 compañías de doce países europeos y casi la mitad son empresas alemanas”, subrayó.

A su vez, según la portavoz de la Cancillería rusa, al no contestar a la solicitud de Rusia, Berlín “ralentiza la investigación” por la que tanto aboga.

El senador ruso Oleg Morozov afirmó que las acusaciones contra Rusia en el caso Navalni son una muestra de “chantaje político”. “Es un burdo chantaje político. Nos invitan a justificarnos sin presentar ninguna prueba que corrobore la acusación. Y encima amenazan con sanciones”, dijo Morozov en declaraciones a la agencia RIA Novosti.

El diputado Leonid Slutski también rechazó ayer domingo las acusaciones “sin fundamento” contra Moscú en el caso Navalni, y aseguró que Rusia “más que ningún otro país” está interesada en esclarecer las circunstancias de lo ocurrido con el político opositor.

Navalni, conocido por sus denuncias de corrupción entre las elites rusas, recibe tratamiento desde el pasado día 22 en la clínica berlinesa de la Charité, adonde fue trasladado desde un hospital en la ciudad siberiana de Omsk, en el que había sido ingresado tras sufrir un colapso durante un vuelo.

El pasado miércoles, el Gobierno alemán confirmó que el opositor ruso había sido envenenado con el agente tóxico Novichok, conclusión que fue rechazada por los médicos rusos que trataron a Navalni durante su estancia en el hospital de Omsk.