- El vicecanciller y ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, calificó ayer de “preocupantes” las noticias sobre la repentina enfermedad del líder opositor ruso Alexéi Navalni. En declaraciones al portal web Neue Westfälische dejó claro que los “demócratas” no van a “aceptar que la vida de opositores sea puesta en peligro”.

Scholz añadió que está satisfecho con que Navalni haya podido ser trasladado a Alemania para que lo traten los médicos del hospital universitario Charité de Berlín. También el alcalde en funciones de la capital alemana, Michael Müller, ha deseado una pronta recuperación de Navalni y que se pueda determinar pronto la causa de su grave estado de salud.

Desde el sábado, Navalni, uno de los políticos más duros y críticos con Vladímir Putin, está siendo tratado en Berlín por un posible envenenamiento que le ha provocado el coma y la necesidad de estar conectado a un respirador para seguir viviendo.

El sábado, un avión especial lo trasladó a Berlín desde la ciudad siberiana de Omsk, a 4.000 kilómetros de distancia. El hospital Charité tiene experiencia en casos similares.

El equipo de Navalni cree que fue envenenado con un té que pidió en la cafetería del aeropuerto de Tomsk, ciudad siberiana desde la que iba a volar hasta Moscú. El avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Omsk a causa del repentino deterioro físico del político.

Los médicos rusos que atendieron al opositor en primera instancia no confirmaron la teoría del envenenamiento y aludieron a un trastorno metabólico, sin especificar su causa. Sin embargo, la portavoz de Navalni, Kira Yarmysh, culpa a los servicios secretos del Gobierno que previamente mantuvieron bajo “estrecha vigilancia” al opositor.