- Las escaramuzas en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia, que se prolongan desde hace cuatro días, han agravado las históricas tensiones entre ambos países, que protagonizaron a fines de los pasados años ochenta la primera guerra entre dos repúblicas soviéticas.

Tras un día de calma relativa, las hostilidades se reanudaron la madrugada de ayer, jueves, y las partes se acusaron mutuamente de reiniciar los ataques. “La mañana del 16 de julio, unidades de las fuerzas armadas de Armenia nuevamente intentaron atacar nuestras posiciones en el sector fronterizo de Tovuz”, denunció el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán.

Según Bakú, la artillería armenia atacó cuatro aldeas en la región de Tovuz, sin que se produjeran víctimas entre sus habitantes. “Nuestras unidades controlan la situación operativa”, aseguró Defensa.

A su vez, Armenia denunció un intento de incursión de un centenar de militares azerbaiyanos, que se replegaron tras “sufrir bajas”.

“Las fuerzas armadas azerbaiyanas intentaron apoderarse de una de nuestras posiciones”, declaró el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, a los miembros de su Gabinete.

Según el jefe del Gobierno armenio, “la situación se encuentra bajo control” y “no se han producido bajas ni entre los militares ni entre la población civil”.

Los choques fronterizos tienen lugar en un sector fronterizo situado a unos 280 kilómetros al norte de Nagorno Karabaj, territorio azerbaiyano actualmente ocupado por los armenios, donde a finales de la pasada de década de 1980 estalló el conflicto entre Azerbaiyán y Armenia, a la sazón repúblicas de la ya desaparecida Unión Soviética.

“Las autoridades de Armenia deben entrar en razón y aprender a hacer su aporte al arreglo de las diferencias en el Cáucaso Sur, y no crear nuevos focos de tensión”, declaró ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, aliado tradicional de Azerbaiyán.