El ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, ha considerado este jueves que las actuales restricciones para evitar la circulación de la covid no son suficientes para frenar la llegada de las nuevas variantes del virus, que se contagia más fácil, por lo que dejó abierta la puerta a un endurecimiento en los próximos días.

Tres son las principales medidas que baraja el Gobierno francés: añadir al toque de queda actual (18:00 horas) un confinamiento los fines de semana; un confinamiento blando similar al de noviembre o uno similar al de marzo de 2020, que supuso el cierre de los centros educativos.

"La creciente circulación de estas variantes nos hace temer una ola más fuerte en las próximas semanas. Más fuerte que las anteriores porque son más contagiosas, como se está viendo en Inglaterra, España o Portugal", ha señalado Véran en rueda de prensa.

En ese contexto, el ministro ha indicado que el toque de queda a las 18.00 horas impuesto en la actualidad en todo el país "es útil pero quizá no suficiente".

Ha señalado que Francia no afronta en este momento una nueva ola, porque la progresión de contagios no es exponencial, pero ha recalcado que su nivel es "elevado" y "creciente" y que el toque de queda actual no está logrando un descenso suficiente de los contagios.

A ello se suma la llegada de las nuevas variantes, que están presentes en el país con unos 2.000 casos diarios y que presumiblemente crecerán por su mayor contagiosidad.

Frente a esa amenaza, ha sostenido Véran, "el toque de queda no es suficiente" y puede contribuir a saturar aun más los hospitales del país, que en la actualidad tienen un 60% de las camas de cuidados intensivos ocupadas por pacientes de covid.

El ministro considera que las nuevas variantes son "una epidemia dentro de la epidemia" que "puede ser muy fuerte y rápida si no se hace nada".

El primer ministro, Jean Castex, recibirá este jueves por la tarde a los líderes de los diferentes partidos, además de sindicatos y patronales, para debatir sobre las nuevas medidas que pueden ser adoptadas a partir de la próxima semana.

Según diversos medios, el Gobierno baraja tres posibilidades: mantener el actual toque de queda pero imponer un confinamiento los fines de semana y prohibir los desplazamientos entre regiones; decretar un confinamiento blando, como el de noviembre pasado; o apostar por un confinamiento duro, que incluya el cierre de escuelas, como ya hizo en marzo de 2020.