Una escala del primer ministro portugués, António Costa, en Budapest para ver la final de la Europa League está suscitando polémica en Portugal, con críticas de todo el espectro político por haber utilizado un avión de la Fuerza Aérea.

El pasado 31 de mayo, el socialista Costa, de camino a una cumbre europea en Moldavia, hizo escala en la capital húngara, donde presenció la final de la Liga Europa, disputada entre el Sevilla y la Roma.

El viaje fue divulgado esta semana por el diario digital portugués Observador, que también aseguró que no figuraba en la agenda oficial y que el primer ministro utilizó un avión Falcon 50 de la Fuerza Aérea del país.

El uso de recursos del Estado para asistir a un partido de fútbol provocó las protestas de partidos de derecha e izquierda, y estos últimos también criticaron a António Costa por asistir al duelo junto a su homólogo húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán.

El sábado por la noche, al margen de la marcha del Orgullo LGBTI+ en Lisboa, la coordinadora del marxista Bloque de Izquierda, Mariana Mortágua, calificó el episodio de "lamentable".

"Me parece lamentable que el primer ministro decidiera interrumpir un viaje oficial para ir a ver el fútbol" y "utilizara los recursos de un viaje oficial de Estado para hacer esta parada", manifestó la dirigente de izquierdas.

Además, "es aún más lamentable que viera este partido de fútbol junto a un líder autoritario de extrema derecha de un país como Hungría", añadió.

Por su parte, el líder del Partido Comunista Portugués (PCP), Paulo Raimundo, argumentó que la escala del jefe del Gobierno "no es normal" y debe "ser aclarada", mientras que André Ventura, del ultraderechista Chega, subrayó que "el primer ministro no es dueño del equipo del Estado".

Y el máximo responsable del Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha y principal de la oposición), Luís Montenegro, se negó a hacer comentarios hasta conocer más detalles.

"Abrazo de suerte" para Mourinho

Pese a no estar en la agenda, el primer ministro informó al presidente del país, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien reveló que Costa quería ir a dar un abrazo a José Mourinho, entrenador de la Roma, que acabó perdiendo aquella final.

"El primer ministro iba a una reunión internacional y entendió que debía darle un abrazo a José Mourinho. Me dijo: 'Mira, es un portugués el que está involucrado, voy a darle un abrazo, puede que le traiga suerte'. Y casi le dio suerte", declaró Rebelo de Sousa a la emisora estatal RTP.

Una parada de António Costa de "hora y media o dos horas para dar apoyo a un portugués y ver un partido de fútbol, francamente no veo que políticamente haya ningún problema específico", añadió el jefe de Estado.

Sobre la convivencia con Orbán, Rebelo de Sousa restó importancia a la controversia y recordó que Hungría, al igual que Portugal, es un Estado perteneciente a la Unión Europea.

"Podemos estar de acuerdo o no con él (Orbán) en migración, en política económica y social y en muchas cosas, pero forma parte del grupo de países que son nuestros aliados naturales en la UE", subrayó.