Primer día de abril y los donostiarras han acudido en masa a las diferentes gasolineras para aprovecharse de la entrada en vigor de la Ley por la cual las estaciones de servicio empiezan a aplicar una rebaja de 20 céntimos en el litro de combustible. La situada en Urbil, por ejemplo, no daba abasto desde primera hora de la mañana. Eso sí, los conductores, aunque ven con buenos ojos esta rebaja, consideran que los precios siguen siendo prohibitivos.

Es el caso, por ejemplo, de Gorka Gómez, de Asteasu. "Ya era hora de que hubiera una buena noticia, aunque todavía la gasolina está un poco cara. Por lo menos, son 20 céntimos menos", agradece. "Entiendo que para los transportistas la situación es peor, porque viven de ello, pero también para el ciudadano. Cogemos el coche por obligación, no por gusto, para ir a trabajar, para hacer compras, y para hacer prácticamente todo", sostiene. "Una parte importante del sueldo se va en combustible", confiesa este ciudadano de a pie que antes llenaba el tanque de su vehículo por 60 euros y ahora paga más de 100. "Es mucha la diferencia y si a eso le añades la subida generalizada de precios, se te va el dinero en cuatro días", lamenta Gorka Gómez, que no ve el futuro con optimismo: "No creo que vaya a mejorar la situación. Mucho tiene que cambiar la situación en general. Antes de la guerra, los precios ya estaban muy altos. Mucho tiende que cambiar", estima.

Garazi Aizpurua, por su parte, se expresa casi en los mismos términos que Gorka. "Algo es algo, pero todavía bien no lo veo. Hay mucho que hacer todavía", advierte. "Entiendo que haya problemas, pero lo que no puede ser es que tengamos que pagarlo todos los ciudadanos", critica. "Tendrán que llegar a un acuerdo o hacer alguna cosa, pero la situación es insostenible", considera Garazi. "Es una pasada, yo me dejo aquí el sueldo básicamente y eso es algo que no puede ser". Al tiempo que pide una solución, también ve clave tener "paciencia", porque "el tiempo no para, tenemos que ir a trabajar y tenemos que seguir haciendo cosas" concluye esa ciudadana que agradece que su coche tenga un depósito pequeño. "Antes lo llenaba con 40 euros, pero ahora, cerca de 70".

Para Ander Kalonje, era "necesaria" esta ayuda. "Es una pasada lo que cobra el Estado. Nos han impulsado a utilizar el coche, porque el servicio público está mal y muy caro. Nos han subido los precios. Me parece que es un abuso por parte del gobierno", considera. Entiende que este descuento "viene bien, pero no es suficiente" porque la "situación no es sencilla", se sincera. "Nos están machando. Bienvenido sea la ayuda, pero no es suficiente", reitera.

Juan Pavón es de la misma opinión. "Una ayuda a todo el mundo le viene bien, pero no creo que vaya a solucionar muchas cosas. Estamos viviendo una situación muy complicada", contempla. "Estamos sufriendo mucho, sobre todo los camioneros y la gente que utiliza el coche para trabajar. Yo voy a trabajar con él, aunque no trabajo con él, y bueno, no es como esa gente que depende de un vehículo. Así que esta pequeña ayuda a todo el mundo le va a venir bien, no solo a los camioneros", analiza un conductor que también ha sufrido un serio incremento a la hora de llenar el depósito de su utilitario: "Antes, con 50 euros lo llenaba, pero hace dos semanas lo llene´con 73 euro. La diferencia es brutal". Preguntado por el futuro, echa mano del sentido del humor y se acuerda del dirigente ruso: "A ver qué hace Putin", pregunta.

El caso de Gustavo Sánchez es el de muchos transportistas, que está sufriendo por una realidad que les está ahogando. Por eso agradece esta ayuda. "Nos viene bien", reconoce. "Yo que tengo una furgoneta de reparto y he nota mucho el incremento en el precio de la gasolina. Ando todo el día con la furgoneta. Antes llenaba con 100 euros y cunado subió, con menos de 150 euros no lo hacía. Es mucho dinero. Yo hago siempre el mismo trayecto, nos pagan lo mismo y hacemos mucho gasto", asegura. El fin de mes es duro. "Facturo lo mismo, pero gastamos mucho más y no nos llega para nada. A ver si es verdad que nos ayudan. Debería bajar más, porque si no...", advierte Gustavo, crítico con la situación que se está viviendo: "La ayuda no es suficiente. Los 20 céntimos se notan, pero debería bajar más, para que podamos trabajar, porque si paramos, se colapsa todo y eso es un perjuicio para nosotros. Estamos viviendo una situación complicada. A ver si mejora", desea.