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alerta mundial por el coronavirus

"Se vinieron arriba"

"Se vinieron arriba"

estas alturas nadie cuestiona que la crisis del coronavirus ha obligado a profesionales de diversos ámbitos a emplearse a fondo para combatir los efectos de la pandemia y minimizar su expansión.

El personal médico, de enfermería, de las residencias, de los cuerpos de bomberos y policiales... muchas y muchos profesionales están dando lo mejor de sí al servicio de una población que, cada tarde a las 20.00 horas, sale a los balcones para agradecer su impagable labor con aplausos.

Del mismo modo, el propio personal de los servicios asistenciales ha ideado diferentes formas para devolver esos aplausos de agradecimiento a quienes cumplen cada día con el obligado confinamiento.

Y esta extraordinaria situación está dejando para el recuerdo y la memoria colectiva numerosas imágenes curiosas: agentes de la Policía Municipal de Donostia felicitando por megafonía el cumpleaños a menores o vecinos centenarios, médicos y enfermeras bailando en el Hospital de Mendaro para celebrar un día sin ingresos por COVID-19; agentes de la Policía Municipal de Elgoibar improvisando una coreografía o tocando la alboka y el tamboril en plena calle...

Por normal general, todos esos gestos están siendo muy bien acogidos por la gran mayoría de la ciudadanía, que no duda en inmortalizar con sus teléfonos unos comportamientos que los propios protagonistas ni se imaginarían en una situación normal.

Pero también hay quien critica esos simpáticos gestos por considerar que no son apropiados cuando son realizados por profesionales durante su tiempo de trabajo. Y eso es algo que se pudo constatar el pasado fin de semana en Eibar, después de que cuatro agentes de la Policía Municipal (tres mujeres y un hombre) se animaran a bailar unas canciones de reggaeton mientras realizaban su ya habitual ronda de las 20.00 horas para recibir (y devolver) los aplausos de las personas que esperan su llegada (a veces junto a sanitarios o bomberos) desde los balcones.

La mayoría de eibarreses vieron con buenos ojos la improvisada actuación del cuarteto de agentes; pero también fueron varios los ciudadanos que dejaron de manifiesto su malestar a través de las redes sociales.

El alcalde de Eibar, Miguel De los Toyos, reconoció ayer a este periódico que estaba "alucionado" con el revuelo que se había generado a raíz del baile del sábado.

Según explica, "fue algo espontáneo, que salió de los propios agentes que estaban realizando la ronda que llevan a cabo cada tarde para amenizar con música el confinamiento y dar las gracias a quienes se quedan en casa".

En un momento, prosigue De los Toyos, "se bajaron del coche para devolver los aplausos y, al ver que en unos balcones la gente se puso a bailar, se animaron a hacer lo mismo. Les despidieron con aplausos, se vinieron arriba y decidieron repetir en otros puntos de la ciudad".

De hecho, los agentes "terminaron la ronda contentos, aunque tras ver la repercusión de su baile empezaron a ponerse algo nerviosos". Por ello "ayer nos reunimos y para evitar polémicas decidimos hacer la ronda sin bailes y solo con música, como hasta ahora".

Respecto a las críticas de quienes creen que actuaciones como la del sábado no están dentro de las funciones de los policías, el alcalde se mostró tajante: "Tampoco es su tarea felicitar a menores o centenarios por su cumpleaños, ir a recoger telas y llevarlas a una casa para hacer mascarillas o dejar un megáfono a un vecino para que le pida matrimonio a su novia. Son acciones extraordinarias que se están haciendo en una situación extraordinaria. Y creo que eso es de agradecer. Y fácil de entender".

"Para evitar polémicas hemos decidido hacer las rondas de la tarde solo con música, sin bailes"

Alcalde de Eibar