donostia - No han cumplido la mayoría de edad ni ejercen el derecho universal para elegir cargos públicos, pero su voz resuena cada vez con más firmeza, y sienten que a pesar de su mocedad se puede empezar a intervenir en la vida municipal como sujetos activos, con opiniones que son tenidas en cuenta. Estos escolares se han reunido con técnicos y responsables del Consistorio de Pasaia, a los que han trasladado sus propuestas para mejorar parques, puntos de conexión de wifi, fuentes de los diferentes distritos y zonas inseguras.

No es casual que este municipio haya sido el primero de Gipuzkoa en obtener el reconocimiento de Unicef de Ciudad Amiga de la Infancia. El proyecto se ha ido desprendiendo de su sesgo técnico para tomar vida propia, alumbrando una estrategia que implica a todo el pueblo. “Nos hemos dado cuenta de que nuestras ideas son tan respetables como las del resto. Algunas veces tendremos razón. Otras la tendrán los adultos, pero da igual de quién sea la idea, lo que importa es trabajar de la mano”. Así lo expresaron ayer alumnos de Karmengo Ama Herri Ikastetxea, la Ikastola Pasaia-Lezo Lizeoa y La Anunciata Ikastetxea. También se sumaron alumnos del centro de Formación Profesional Básica, todos ellos adscritos a un proyecto que les otorga un lugar en la estructura municipal.

Los escolares participaron en la feria de recursos pedagógicos en Derechos Humanos, encuentro organizado en Tabakalera por el centro Eskura, que nació de la mano del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia. Si la idea de las jornadas era poner a disposición de la ciudadanía herramientas que suman para que la sociedad avance, el modelo de Pasaia es un buen ejemplo, al convertir a menores y adolescentes en “ciudadanos”.

Tras una larga década de trabajo en la que se esbozó un primer plan para prevenir situaciones de desprotección, el compromiso fue avanzando y a él se sumaron agentes sociales. Y lo que era un trabajo en favor de los menores pero sin contar con ellos, se ha convertido con el tiempo en un compromiso firme del Ayuntamiento de convertirlos en sujetos políticos activos.

Los estudiantes lo dijeron ayer bien claro. “Durante este proceso hemos aprendido cómo actuar o a quién acudir cuando surge algún problema. Como ciudadanos podemos responder de diferentes maneras ante un contratiempo: criticar y no hacer nada, o afrontar el problema y hacer ante él propuestas para presentarlas ante el Ayuntamiento de modo que se tengan en cuenta”.

Se ha tejido una red social para ello. Se han creado foros en los centros educativos y en los distritos de Pasaia. Para garantizar sus derechos se ha creado una mesa interdepartamental que se reúne quincenalmente y que depende de Alcaldía. En ella participan distintas áreas: el Departamento de Euskera, Juventud, Acción Social, Deportes, Política Municipal, Área de Igualdad, de Migración y Diversidad y de la Infancia y la Adolescencia.

Un proyecto al que se suman otros foros, desde asociaciones culturales y deportivas a servicios municipales y educativos. Edurne Urkiola, directora de Pasaia-Lezo Ikastola, expresó ayer su satisfacción. “Nos da una tremenda alegría porque convierte a los menores y adolescentes en ciudadanos activos dentro del municipio. Ése es uno de los principales objetivos de cualquier centro escolar: un proceso de aprendizaje para todos. Entre todos estamos haciendo el camino, un camino que debe continuar”. La docente Munia Larburu también habló de la implicación de La Anunciata Ikastetxea a la hora de dar protagonismo y herramientas a los menores. “Comenzamos a trabajar con dos grupos pero finalmente hemos incluido a todos los alumnos”, dijo, convencida de que el reto que se avecina es continuar el camino emprendido por la senda abierta después de tanto esfuerzo.