Liceo Francés y Claret Ikastola, dos caras de una moneda
Cuando la caída de la natalidad está afectando a los centros escolares, con la clausura de algunos y el cierre de aulas, es una buena noticia saber que hay un grupo de personas trabajando para poner en marcha uno nuevo.
mientras un proyecto educativo quiere abrirse camino otro se despide, cierra las puertas. Las ilusiones de quienes trabajan para poner en marcha un nuevo propósito nada tiene que ver con la tristeza que manifiestan quienes se despiden. Podríamos estar haciendo referencia a cualquier sector, pero en este caso el proyecto que pugna por nacer y el que dice adiós son dos centros escolares: el Liceo Vasco-Francés y Claret Ikastola.
Ilusión no les falta a Ainhoa Aizpuru y Paula Canal, dos mujeres que defienden la puesta en marcha de un Liceo que proponga “programas que integren el francés como lengua vehicular”, una oferta inexistente en la actualidad en Gipuzkoa.
Hace tres o cuatro años desde la asociación Echanges Pays Basque, erradicada en Iparralde y que cuenta en sus filas con miembros de Hegoalde, se comenzó a trabajar sobre la necesidad de abrir las puertas de un centro de estas características en Donostia.
Para conocer cuál era el grado de demanda existente en la zona, explica Aizpuru, los impulsores del proyecto organizaron una reunión con padres y madres con interés en el tema, convocados “boca a boca y por las redes”. Quien lo desee puede conocer más detalles en la web liceovascofrances.com.
El proyecto ha ido evolucionando desde aquel inicio, dando mayor importancia al euskera. Por eso en la actualidad se habla de un Liceo Vasco-Francés de la Eurorregión, un proyecto en el que los niños y niñas aprenderían los tres idiomas oficiales de ese ámbito geográfico: francés, euskera y castellano.
“El objetivo es que lleguen a los 18 años conociendo los tres idiomas pero también la cultura de los dos lados de la muga”, explica Aizpuru. De este modo aumentan sus opciones para elegir dónde quieren seguir estudiando y también las oportunidades de encontrar trabajo en una zona en la que el conocimiento de los tres idiomas es de gran importancia. “Es algo contrastado, no conocer el francés es una barrera para encontrar trabajo en este ámbito”, añade.
Gracias a unas ayudas concedidas por la Eurorregión pudieron realizar un estudio de viabilidad, que evidenció realidades paralelas: que Donostia está envejeciendo y que hay centros escolares que cierran sus puertas o corren el riesgo de hacerlo, pero que existe demanda para “un colegio donde se aprenda en francés”.
Este mismo estudio demostraba que “la gente espera un proyecto que vaya más allá de un centro escolar, que sea también una casa de la cultura francesa”, que ofrezca actividades extraescolares y otras propuestas que “se echan en falta”.
Pero eso llegará después de que se consiga poner en marcha el centro escolar, que es “la prioridad”. “Como visión a futuro nos gustaría que fuera algo más”, explica Paula Canal.
“Es un proyecto muy diferente del Liceo Francés que funcionó en Donostia, porque el de antes era un centro privado, privado. Todo venía de Francia, hasta el equipo directivo y los diplomas. Este lo vemos como un centro concertado que responda a todo lo que exige el Gobierno Vasco, con el euskera como idioma fundamental y con cuotas como la media del resto de centros concertados, no con cuotas altas no accesibles”, añade Aizpuru.
“Ahora no hay ningún centro del que los niños puedan salir hablando bien los tres idiomas”, apostilla Canal.
En la actualidad, el grupo promotor está “dimensionando la demanda” porque está siendo más alta que lo inicialmente previsto y en las reuniones quedan personas fuera.
El proyecto, que pretenden materializar para el curso 2020-2021, comenzaría con las aulas de dos y tres años, que seguirían en el centro hasta completar el Bachiller. Pero la demanda existente les está haciendo replantearse incorporar el aula de 4 años e incluso “valorar” la posibilidad de sumar alguna más.
Con la puesta en marcha del centro se pretende, asimismo, poner fin a “un agravio comparativo” si se toman en cuenta “las oportunidades de escolarización con opciones francesas que existen en otras regiones fronterizas”.
de toda gipuzkoa “Nos gustaría que vinieran niños y niñas de distintas zonas de Gipuzkoa. Si ahora hay autobuses que van a llevar escolares a Hendaia o San Juan de Luz también podemos hacer una ruta aquí, aunque no se llegue a los municipios más alejados”, explican.
Para ubicarlo, tras analizar distintas posibilidades, la “más viable” es situarlo en El Carmelo, en Amara. Aunque este centro siga funcionando, las instalaciones cuentan con áreas en desuso. “Tienen toda un ala que no utilizan y estamos en conversaciones para ubicarnos allí. Pero sería un proyecto diferente”, añade Canal.
Precisamente El Carmelo ha sido vendido a la empresa Scientia School y su futuro no se muestra muy claro.
un adiós muy triste Mientras este proyecto va tomando cuerpo y sigue sumando apoyos hay otro, el de Claret, que se está despidiendo, dejando atrás muchos recuerdos, la lógica tristeza y preocupación, la que los y las docentes del centro sienten por su futuro más inmediato. Un siglo de vida en la ciudad, más de 90 en el emplazamiento que todavía ocupa en Gros, son muchos. Pero ha llegado el triste momento del adiós, según notificó en su momento la dirección al cuerpo docente, por el descenso de las matriculaciones que ha sido cada vez mayor hasta hacer inviable el proyecto.
El profesorado de Claret Ikastola ha protagonizado distintas concentraciones de protesta ante el centro -que dejará de funcionar el próximo curso- porque todavía desconocen cuál será su futuro laboral.
Son cerca de 28 los profesores y profesoras que esperan la presentación de un ERE. Muchos de ellos, la mayoría, llevan en el centro 25 años.
Claret nació como Colegio Corazón de María en 1927 en el barrio de Gros y pocos años antes de cumplir un siglo se cierra, con toda la carga simbólica que conlleva la clausura de un centro educativo.
Los representantes de la ikastola, a la que tantas horas y esfuerzo han dedicado, reclamaban en la última concentración que desde la dirección se mantenga una actitud coherente con “los valores claretianos y la misión compartida de la que nos han hablado estos años”, compromiso que el profesorado ha mantenido ante el alumnado y la comunidad escolar.
En el triste momento del adiós, cuando recuerdos y preocupación se dan la mano, lamentan “falta de información” sobre su futuro. En una anterior comparecencia criticaron “la postura cerrada de la comunidad claretiana” y su “poca voluntad para evitar los despidos y negociar una salida digna”, hecho que calificaron de “doloroso” por la implicación de todo el cuerpo docente con la ikastola.
El descenso de matriculaciones de nuevos alumnos es una evidencia. Para el curso entrante la bajada que se espera en las aulas de dos años es del 10%. Según indican las prematriculaciones, los centros que se integran en la red concertada perderán el 14% del alumnado y un 3,8% los de la red pública.
Con estas cifras sobre la mesa cabe felicitar a quienes con entusiasmo y convicción en su proyecto quieren poner en marcha un nuevo centro con una visión territorial más amplia y con nuevas ideas.
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