producir peces en tierra sin necesidad de echar mano de harinas de pescado no solo es posible sino saludable, y no hay más que acercarse a Hondarribia para comprobarlo. No se desecha ni una sola gota de agua, ni se provocan vertidos potencialmente agresivos con el medio rural.
Solo se utiliza agua de lluvia para todo el cultivo. “Hemos desarrollado un concepto de cultivo basado en el reaprovechamiento continuo de los recursos orgánicos. Es decir, todo se trabaja biológicamente y se reaprovecha en las diferentes fases de producción”, explica Fernando Sustaeta, gerente de la empresa NerBreen, que ayer participó en las VI Jornadas de Ecología Social y Política.
Las instalaciones situadas en Hondarribia tienen capacidad para producir hasta 70 toneladas de tilapia, un pez fértil donde los haya (con puestas cada quince días), al que se alimenta con proteínas, y se produce con una ingeniería adaptada a la demanda de cualquier época del año. “Estamos trabajando con empresas de catering de diferentes comedores escolares que nos piden la carne fileteada. Desde París nos llegan otra serie de pedidos de la pieza entera. Se trata de una carne sin espinas, rica en omega 3, libre de anisakis y libre de metales pesados”, detalla Sustaeta.
La empresa hace especial hincapié en la importancia de gestionar de manera eficiente y sostenible mediante diferentes herramientas biológicas no solo el pescado, sino hasta doce toneladas de variedades de tomate local de calidad superior, fresa de la variedad Mara de Bois y hasta 10.000 unidades de Escarola Frisse, junto a una extensa gama de hierbas aromáticas. “Ahora mismo estamos produciendo ajos frescos y unas 60.000 lechugas”, indica el gerente desde las instalaciones.