durante años, el paso de Iparralde a Gipuzkoa ha sido fuente de riqueza para estancos y quioscos. Muchísimos compradores llegados desde diversos puntos del territorio galo acudían a Behobia para ahorrarse una gran cantidad de dinero en tabaco y alcohol. Sin embargo, a partir de la crisis económica la situación dio un vuelco: los peajes eran cada vez más elevados y los municipios franceses comenzaron a contar con establecimientos similares a los irundarras de los que antes carecían. Ahora, los estanqueros guipuzcoanos esperan que la política de Emmanuel Macron de incrementar los precios de las cajetillas de cigarrillos hasta los diez euros con el fin de eliminar el tabaquismo vuelva a atraer a los clientes del Estado francés.
La Estrategia Nacional de la Sanidad Pública (2018-2022) del Gobierno francés dará un nuevo golpe al tabaco el próximo jueves. Con la llegada de marzo, el precio de las cajetillas de tabaco ascenderá entre los 0,7 céntimos y el euro. Se trata de una nueva subida, que ya se inició en noviembre del pasado año con un aumento de 0,35 euros y que continuará en los próximos años. En abril y noviembre de 2019 y en abril de 2020 el tabaco volverá a subir 50 céntimos cada vez y, finalmente, en noviembre de 2020, aumentará 0,40 euros más, hasta alcanzar una cifra aproximada de diez euros por cada cajetilla.
Ante un panorama así, los estanqueros de Behobia, en Irun, se frotan las manos. “Hace unos años, no paraban de venir franceses a comprar tabaco. Y hasta belgas e italianos. Incluso ingleses que venían de paso se llevaban cajones enteros con 50 cartones de Marlboro”, afirma Ruth Díaz, trabajadora de un quiosco del municipio guipuzcoano y dueña de un comercio en la zona hasta 2010, que funcionaba gracias a la venta a los franceses.
“Por el momento, no estamos notando más movimiento. Casi todos los que se acercan, viven por aquí cerca, cuando antes les merecía la pena venir desde Burdeos”, comenta, por su parte, la encargada de otro de los estancos de la zona, que prefiere no decir su nombre ni el del negocio. “Ahora con quince euros de peaje de ida y otros quince de vuelta, como es lógico, ya no les compensa”, añade.
Además, los controles de la Gendarmería son hoy en día más exhaustivos. Los franceses solo pueden viajar con cuatro cartones de tabaco, 40 cajas de cigarrillos, por lo que muchos no se arriesgan como antes. Las vacaciones siguen marcando la excepción. “En agosto y en puentes sí que aumentan las ventas. Aprovechan que pasan por aquí e intentan llevarse varios cartones”, cuenta la encargada.
Estos últimos tiempos ha habido más cambios. “La apertura del polígono de Lanbarren también ha afectado. Los transportistas que venían aquí ahora van allí y compran el tabaco en Oiartzun”, apunta una clienta. Díaz lo corrobora y añade que los nuevos establecimientos abiertos en Iparralde tampoco ayudan. “Hace años venían a pasar el día, pero ahora tienen un Ikea en Baiona y los mismos negocios en Hendaia. Ya no hacen vida aquí porque al final los precios del textil son similares en uno u otro lado”, comenta.
“Por un céntimo hacen lo que sea”
La ley del silencio parece reinar entre los establecimientos de venta de tabaco de Behobia con respecto a este tema. La mayoría de los negocios se reservan sus precios y no quieren hacer ningún tipo de declaración.
En el exterior, y a pesar de que las ventas ya no son como las de otro tiempo, las imágenes de compradores con bolsas llenas de cajetillas de tabaco y bebidas alcohólicas dirigiéndose a sus automóviles con matrícula francesa se repiten cada día. “El francés por un céntimo hace lo que sea”, asegura tajante Díaz.
El cliente galo tiene su propia particularidad. “Antes de las 12.00 horas no se acerca, es a esa hora cuando sale de trabajar y tiene un ratillo para venirse”, explica. Asimismo, pide marcas que aquí no tienen tanto tirón, como el Philip Morris. “Es un cliente diferente, que consume tabaco que no es estatal”, añade la encargada del estanco.
La diferencia entre comprar un cartón de tabaco en los 400 metros de distancia que separan los estancos de Behobia del estanco de Béhobie varía hasta los 25 euros. Una cifra que aumentará a partir del 1 de marzo. Una cajetilla de Marlboro, la marca más consumida en el Estado francés, ascenderá el jueves de los 7,30 euros actuales hasta los ocho en Iparralde. En Irun, en cambio, puede adquirirse por 4,95 euros. Philip Morris pasará a costar 1,10 euros más, de los 6,9 a los ocho, cuando en territorio guipuzcoano está disponible por 4,10 euros. Camel y Winston, otras de las más demandadas por los galos y con un precio de 4,45 y 4,60, respectivamente (en Gipuzkoa), pasarán también a costar ocho euros, con un incremento de 0,8 y un euro.
El tabaco de liar tampoco se quedará atrás y la mayor parte de las marcas superarán los 8,50 euros por cada sobre de 30 gramos.
Todos ellos, además, contarán con los mencionados aumentos los próximos dos años. “Las diferencias van a ser muy grandes y quizás empecemos de nuevo a notar mayor presencia”, asegura una de las estanqueras.
“Recuerdo que antes se oía desde el interior de las tiendas la gran cantidad de gente que había. Parecían zuecos de caballos que se dirigían a comprar. Ojalá que ese ambiente se vuelva a sentir”, concluye reflexiva Díaz.
Aumentos hasta 2020. Con el objetivo de acabar con el tabaquismo, la Estrategia Nacional de la Sanidad Pública (2018-2022) del Gobierno francés lleva aparejados una serie de incrementos en el precio del tabaco. El primero se dio el pasado año con un aumento de 0,35 céntimos, que continuará con el de este jueves, que supondrá un incremento de entre 0,7 céntimos y un euro en cada cajetilla. En 2019 habrá dos nuevas subidas de 50 céntimos cada una (una en abril y la otra en noviembre), y en 2020 se dará la última de 40 céntimos.
Iparralde
MarlboroDe 7,30 a 8 euros
Philip MorrisDe 6,90 a 8 euros
CamelDe 7,20 a 8 euros
WinstonDe 7 a 8 euros
Gipuzkoa
Marlboro4,95 euros
Philip Morris4,10 euros
Camel4,45 euros
Winston4,60 euros