las primas June y Clara no daban abasto ayer abriendo regalos. La lista de pedidos era larga y los Reyes Magos no defraudaron.
Los nervios por los regalos empezaron temprano. De hecho, ya desde el día anterior reinaba la excitación entre los más pequeños. Clara, de ocho años, no dudó en acercarse a ver la cabalgata con amigos y familiares pese a la lluvia y al volver a casa, los nervios fueron todavía a más. “Estaba como loca. No sé si ella ha dormido algo, pero nosotros muy poco. Se ha despertado a las cuatro y a las cinco. A las seis nos ha dicho que quería levantarse ya y a las siete me he metido con ella en la cama para intentar que durmiera un poco”, contaba Ana, su ama. “Estaba un poco disgustada porque ayer -por el viernes- no había podido dejar la carta a los reyes y estaba preocupada por si no le traían lo que quería. Pero la dejamos al lado de los tres vasos de leche y se la han llevado. Nos hemos debido portar muy bien porque nos han traído todo lo que hemos pedido y más”, señaló la progenitora, quien añadía: “Tenemos de todo. Las muñecas LOL Surprisse, un disfraz de corsaria, el instituto de moda de Pin y Pon, varias cositas para el cole, ropa...”.
Así, una vez aparcados los nervios, llegó la hora de la excitación por estrenar los nuevos juguetes.
Con más tranquilidad vivió la jornada la pequeña June, de apenas dos años. “Fuimos a ver la cabalgata y alucinó. Tenía los ojos como platos con todos los colores, con las luces, con los caramelos...”, recordaba su padre Patxi.
En su casa, la noche también fue movida, pero más que por los nervios de los Reyes porque la niña tenía algo de fiebre, por lo que la apertura de regalos por la mañana se demoró algo más de lo esperado. “Ha amanecido a las diez y media y es cuando ha visto que tenía un montón de regalos en casa”, relató.
Sin edad ni capacidad todavía para elegir los juguetes a través del catálogo, los magos de Oriente hicieron una selección personalizada para ella. “Le han traído una pizarra magnética con animales, un balón, un cuento...”, pero en casa de June el regaló que más triunfó fue un carrito de limpieza. “En casa siempre juega con la escoba, que es tres veces más grande que ella y los Reyes le han traído una de su tamaño. Le ha encantado y nos ha dejado claro que todos los papeles que se abrían había que tirarlos a su cubo para que los recogiera ella”, contaba divertido su padre, que no podía evitar la risa al admitir: “Solo tiene dos años, pero ya nos ha demostrado que abrir regalos le encanta”.
También muchos nervios pasaron en la casa de Nahia (9 años), Jone (7) y Mikel (2), a los que les costó mucho dormir y ya para las nueve de la mañana demandaban abrir regalos. También temprano se sumaba a ellos su prima Nora (4). Juntos disfrutaron de una fiesta de regalos de la que el pequeño Mikel fue consciente “por primera vez”, cuenta su aita, Ruben.
En el salón les esperaban paquetes de todos los tamaños y colores, con un juego de mesa de detectives, un kit de costura y hasta un pequeño piano entre otras muchas cosas. “Cuando han llegado al salón han alucinado”, reconocía Ruben.