Donostia. En Gipuzkoa hay muchos vehículos. Tres por cada cuatro personas adultas. El territorio tenía al cierre del pasado año un parque móvil de 454.466 vehículos de todo tipo, entre los que destacan 314.097 coches, 63.056 camiones, más de 75.000 motocicletas y ciclomotores y 906 autobuses. Todos ellos pagan entre mayo y junio el impuesto de circulación, pero su importe puede duplicarse o triplicarse en función del tipo de vehículo y la localidad en la que vivamos. Un ejemplo: un turismo del segmento medio, de los más vendidos en el territorio, como el Seat León diésel de 110 caballos (CV) en la franja entre 12 y 14 CV fiscales, costaría 66 euros anuales en Gaztelu, casi 144 en Donostia y 154 en Zumarraga.

El popularmente conocido como impuesto de circulación se llama en realidad Impuesto de Tracción Mecánica de Vehículos (ITMV). Se trata de un tributo municipal que gestionan los propios ayuntamientos, que son los encargados de fijar la tasa cada año dentro de unos límites establecidos por ley. Se creó hace más de 30 años y genera a las arcas de los ayuntamientos de todo el Estado (unos 8.000) unos ingresos de más de 2.000 millones de euros, según señala la Asociación Europea de Automovilistas (AEA).

En Gipuzkoa las diferencias también son grandes. En los dos extremos se encuentran Gaztelu y Lasarte-Oria. La primera es una localidad de 160 habitantes con 58 vehículos registrados. El Ayuntamiento cobra una media de 55 euros teniendo en cuenta el conjunto de las 25 diferentes categorías, incluidos coches (6 tipos), autobuses (3), camiones (4), tractores (3), remolques (3) y ciclomotores y motocicletas (6). Mientras que Lasarte-Oria cobra una tasa media de 124 euros. Le siguen de cerca Bergara, Arrasate, Aretxabaleta y Zumarraga.

Aunque es cierto que unos guipuzcoanos pagan más del doble que otros, las diferencias son más escandalosas si se llevan al conjunto del Estado, donde el propietario de un mismo vehículo puede llegar a pagar seis veces más en una ciudad que en otra.

Hace unos meses se suscitó debate en relación a este tributo en Eibar, cuando el grupo municipal del PNV criticó al Ayuntamiento liderado por el PSE por ser la segunda ciudad más cara del Estado en la franja de los coches utilitarios, como pueden ser un Opel Corsa o un Seat Ibiza, vehículos de los más vendidos en el territorio y que habitualmente están integrados en la franja de menos de doce caballos fiscales. Pero Eibar no es una excepción en Gipuzkoa, donde hay 20 municipios con una tasa más cara.

De hecho, más de la mitad de los 89 municipios de Gipuzkoa cobran tasas superiores a las de ayuntamientos como Bilbao o Madrid. Los propietarios de estos utilitarios pagan 84,51 euros en Donostia; en Gasteiz, un 11,5% menos: 74,78 euros; en Bilbao, un 19,2% menos: 65,28; en Barcelona un 24,2% menos: 64,08; en Madrid, un 30,2% menos que en la capital guipuzcoana (59 euros); y 17,04 euros en Melilla, cinco veces menos que en Donostia.

Nada que ver con Oñati, que es la más cara en esta franja, al cobrar 91,54 euros. Le siguen con 89 euros Arrasate, Oiartzun y Aretxabaleta; con 88 Bergara y con 87 Hondarribia, mientras la mayoría de capitales de provincia españolas se sitúan en la franja entre los 55 y los 65 euros.

El grupo municipal del PNV, que sí calificó de "normales" otras tasas aplicadas a los autobuses, también lamentó que Eibar tuviese una tasa más cara que todas las capitales de provincia del Estado en el caso de los turismos de gama media-alta, entre 14 y 15,99 caballos fiscales, y solicitó una revisión de este impuesto, aunque hay más municipios de Gipuzkoa que le superan también en dicha franja.

A modo de ejemplo, Lasarte-Oria es el municipio más caro para los coches más potentes, los de más de 20 CV fiscales, con una tasa de 379, 65 euros frente a los 345 de Donostia. Los autobuses y camiones de más de cuatro toneladas, por su parte, donde más pagan es en Usurbil: 374,02 euros, un 8,5% más que en Donostia (342). Y las camionetas pequeñas tienen el mayor canon en Oñati: 201,89 euros, un 5,9% más que en Donostia (190).