donostia - A las 07.15 el despertador saca de su sueño a Egoitz (10 años) seguido de un beso de su madre en la mejilla. “Egoitz, arriba, que hay que ir a la ikas”. Egoitz apretando más los ojos responde: “Cinco minutos más, ama”. Pero el remoloneo y los mimos no tienen nada que hacer frente a la inexorable vuelta al cole. Lógicamente, la legendaria estrategia de los cinco minutitos más no le sirvió de nada a Egoitz que, a las nueve en punto de la mañana, ya enfilaba las escaleras hacia el aula de 6º de Primaria de su ikastola. Al igual que Egoitz, otros 374.848 estudiantes vascos, 127.971 en Gipuzkoa, cumplieron ayer con el ritual del primer día de clase, esperado y odiado a gusto del consumidor.
En los patios se revivieron escenas de nervios, pataletas y caras legañosas, reencuentros, saludos cariñosos... Por delante quedan nueve meses para pegarse con las raíces cuadradas y la tabla periódica, mancharse los dedos con pintura, investigar con las tablets y padecer las noches en vela antes de un examen. Lejos de este día a día, la consejera de Educación, Cristina Uriarte, se ha fijado como objetivo para el curso 2017-2018 “alcanzar un acuerdo por la educación”, un gran pacto por la enseñanza que “estructure y refuerce la estabilidad y la calidad de la educación vasca, a través de la modernización de la educación”. Y parece que la consejera quiere meter quinta en el proceso de negociación de la Ley Vasca de Educación, la tercera y última fase del proyecto estrella del Gobierno Urkullu en materia educativa, el Plan Heziberri 2020. “No tenemos tiempo que perder”, dijo ayer Uriarte durante la inauguración oficial del curso celebrada en el centro Ángel Ganibet de Gasteiz. Tras largo tiempo de cocina lejos del foco de la opinión pública, la consejera puso fecha al inicio oficial de la ronda de contactos con el conjunto de la comunidad educativa. Será este mismo mes.
“A finales de setiembre voy a convocar a los agentes educativos y sociales a las primeras reuniones”, afirmó la titular de Educación quien, además, aclaró la hoja de ruta que pretende seguir antes de aprobar la ley. En una primera fase se van definir cinco ámbitos de trabajo que recogerán de manera general los retos que tiene el sistema educativo vasco: convivencia, lenguas, evaluación e innovación, modernización de la enseñanza y autonomía de los centros. Por cada uno de estos ámbitos se creará un grupo de trabajo que estará integrado por especialistas y agentes educativos, quienes analizarán e intentarán consensuar una serie de prioridades.
Tras el proceso de reflexión y participación de la primera fase, el Departamento de Educación remitirá las conclusiones en forma de borrador de la norma al Consejo Escolar de Euskadi y posteriormente al Parlamento Vasco. Será entonces cuando les llegue el turno a los grupos parlamentarios. “Desarrollaremos grupos de trabajo y grupos de debate. Sobre todo, porque la mejora de la educación es un reto colectivo, un reto de país. Es necesaria la participación de todos”, afirmó la titular de Educación.
cálculo político no tiene cabida La declaración de intenciones a favor del diálogo lanzada ayer por la consejera Uriarte parece harto necesaria en estos momentos, ya que las aguas bajan bastante revueltas en el ámbito educativo. Al menos, por el lado de los sindicatos, que han convocado cinco huelgas antes de Navidad contra los recortes y por la mejora de las condiciones laborales. No solo eso, exigen derogar el Plan Heziberri 2020.
Por de pronto, la consejera ha allanado el camino del diálogo al responder a una de las reivindicaciones que hacían el miércoles las centrales, que se sintieron ninguneadas en las dos primeras fases de Heziberri 2020. Los sindicatos sí estarán en el proceso participativo. No obstante, la consejera envió un mensaje a navegantes, sin especificar a quién iba dirigido: “El cálculo político no tiene, o no debiera tener cabida aquí”, dijo. En este sentido, afirmó que “entre todos y todas debemos aprovechar este curso que arranca para dar impulso a un acuerdo por y para la educación de Euskadi. Nos jugamos mucho... aprovechemos aquello que nos une y trabajemos los asuntos que nos separan”.
Durante su alocución, la consejera habló de acuerdo, de calidad, de adaptación al nuevo paradigma educativo, de modernización... pero no se refirió en ningún momento a la financiación, uno de los puntos clave del pacto educativo para los centros concertados. Siendo esta una cuestión de fricción segura entre redes y partidos, una de las posibilidades que no se descarta es la de aprobar una ley a la catalana, muy básica que toque puntos básicos y sacar fuera del texto la cuestión de la financiación. Sea como fuere, la consejera manifestó que “el acuerdo en educación debe ser una prioridad” para la sociedad y para los colectivos que la representan y que “el acuerdo o es de todos o no es de nadie”.
Uriarte se mostró igual de contundente a la hora de valorar el intenso calendario de movilizaciones y huelgas organizado por los sindicatos (Steilas, ELA y LAB). Mostró su “respeto” por las convocatorias pero defendió que “no están justificadas desde una razón objetiva”. Acusó a los sindicatos de enviar unos “mensajes alarmistas” que están bastante “lejos de la realidad”. En este sentido dijo que “si hablamos de las condiciones laborales, estas son bastante mejores que las del resto del Estado” y afirmó que “lo mismo ocurre” en otras reivindicaciones como las que hacen referencia a las sustituciones. No obstante, reiteró que “a pesar de todo, nosotros tenemos la mano tendida para trabajar pero desde un punto de vista realista” y “sin engaños”.
Más estudiantes. El curso 2017-2018 ha arrancado con 127.971 estudiantes, un 0,48% más que el pasado año, aunque se reduce un 0,58% (57 niños menos) el número de inscritos de entre 0 y 2 años y en un 3,32% (678 menos) los que tienen de 3 a 5 años.
Equilibrio por redes. Sin contar a los menores de 2 años, el 51,3% del total del alumnado, 60.637, cursarán sus estudios en centros públicos y el 48,7%, 57.643, en la enseñanza privada.
Modelo D, mayoritario. En cuanto a los modelos lingüísticos, el que más estudiantes tiene es el D (euskera), concretamente el 81,3% del alumnado; seguido del B (euskera y español), un 9,8%, y el A (español), un 8,9%. Estos porcentajes por tipo de modelo son prácticamente similares a los del curso anterior, aunque se aprecia que en las primeras etapas (de 3 a 5 años), la apuesta por el modelo D se consolida (95,2% del total).
55 millones en becas. Se van a destinar 55 millones de euros a la concesión de becas y la consejera de Educación asegura que “todas las familias que tengan derecho a beca, la recibirán, puesto que adquirimos el compromiso de incrementar esa cifra si fuera necesario”. El pasado curso fueron becados 125.750 estudiantes de niveles no universitarios en Euskadi, y se concedieron un total de 188.809 becas.
Más profesorado. Por otro lado, este inicio de curso se han incorporado a las aulas de la CAV los 734 profesores de Infantil y Primaria que han obtenido plaza en la OPE de 2017. Y el Departamento de Educación convocará OPE todos los años durante esta legislatura, aunque los límites de las plazas los seguirá marcando el Gobierno español.