Todo un homenaje al ‘langostino’ de Ibarra
La localidad guipuzcoana repartió las guindillas de la última temporada en una ambiente de fiesta y celebración
Que Ibarra está orgulloso de sus productos, “como los de aquí no hay ningunos”, queda en evidencia con pasar un rato estos días en sus fiestas de San Bartolomé. Y si encima se pregunta sobre sus famosas piperras, no hay ningún tipo de duda. “Están muy buenas, son las mejores”, aseguran los vecinos.
La mañana de ayer podría considerarse un homenaje por parte del pueblo de Ibarra a estos langostinos. A las 12.00 horas, la parroquia de San Bartolomé fue testigo de cómo vecinos y visitantes se acercaban a degustar las guindillas de la última temporada, fritas, con tomate fresco y acompañadas de un vaso de vino o de agua.
“Somos del pueblo y venimos todos los años, están buenísimas”, aseguraban Leire Aramendi y su hija, Alaia Imaz. “Además el ambiente es estupendo”, añadían.
Mientras la localidad disfrutaba con las piperras fritas, la plaza se llenaba de confeti, bailes y hasta cabezudos con forma de guindilla. Una veneración. “Nos las podemos comer también en casa, que están igual de buenas, pero con este ambiente es otra cosa”, comentaba una familia de Hernani.
La fama de estas guindillas se conoce fuera de Ibarra. “Es la primera vez que venimos porque habíamos oído hablar de ellas”, aseguraban Alazne Larrañaga y Maider Etxeberri, de Villabona. Una fama que hasta atraviesa fronteras: “Me han traído mis amigos y estoy disfrutando”, señalaba el colombiano Ortiz, añadiendo en simpático euskera que están “oso onak”.
“Cosecha complicada”
Aunque podría parecer que durante la jornada de ayer todo el mundo estaba contento, no es del todo cierto. Pedro Zubelzu, uno de los encargados de freir las piperras, aseguraba que la de este año “ha sido una cosecha complicada porque ha habido muchos cambios de temperatura”. No obstante, Zubelzu cree que la calidad no ha decaído, y destaca el “buen” tamaño de la de este año: “El ideal para freír”.
Otro de los que no se sentían del todo cómodos durante la jornada de ayer fue Joseba Izagirre, encargado de repartir cada plato. “Hay mucho jubilado, y esos siempre quieren repetir”, se quejaba en tono jocoso el joven.
Y, ¿cuál es la mejor bebida para acompañar unas buenas piperras fritas? “Un vaso de vino mezclado con agua”, aseguraba Demetrio, mientras que Alazne y Maider se conformaban con el vino, porque “lo ideal es la sidra, pero no nos daban”.
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