Cada vez son más los supermercados que se dedican a vender exclusivamente productos ecológicos y es que su consumo está aumentando. Pero, ¿hasta qué punto se trata de una moda o de verdad somos más conscientes de lo que comemos? La nutricionista donostiarra Nerea Segura apunta que, “como en todo, hay mucho postureo” y hay gente que solo compra este tipo de productos “porque están de moda”. Pero considera que “realmente nos deberíamos de concienciar”, y “no solo por nuestra salud, sino por una cuestión medioambiental”. A su juicio, “hemos llegado a una situación de mala alimentación por comodidad”.
Carlos Martín es el propietario de Orlegi Bio en Irun y asegura que la concienciación en estos últimos años ha venido de la mano de la salud. Lleva diez años regentando su negocio y apunta que “cada vez acude más gente con alergias alimenticias”, por lo que se ha producido una “concienciación por enfermedad”. En su opinión, “se nota la gente que come sano” y es que “tiene mejor piel, los ojos más brillantes y hasta están de mejor humor”.
En esta misma línea se pronuncia Elena Zubeldia, que regenta la tienda Ekodenda Ulia Herboristeria en el barrio de Gros de Donostia. Señala que los productos ecológicos “al final son más ricos en sus propios principios activos”. Es decir, “si una zanahoria normal es rica en metacaroteno, si es ecológica, es más rica todavía”. Asegura que, después de los doce años que el negocio lleva abierto, cada vez acude más gente joven. Y aunque quiere creer que esto “no es solo una moda”, subraya que en esta sociedad tenemos “más oferta de todo, por lo que también hay más comercios de producto ecológico y la gente los consume más”.
supermercados De hecho, a partir de hoy, Donostia contará con una nueva tienda de venta de productos ecológicos. Se trata de un establecimiento de la cadena de supermercados ecológicos Veritas. Esta cadena lleva 15 años en marcha y hoy en día cuenta con 46 tiendas en todo el Estado. Patricia Anguera, su portavoz, señala que en estos años su filosofía ha sido “acercar la mejor alimentación posible al máximo número de personas”. Y aunque disponen de medio centenar de tiendas, su premisa es intentar contar con el mayor número de proveedores locales. Por lo que, por ejemplo, los huevos que se vayan a consumir en el supermercado de Donostia no son los mismos que comprarán en una tienda de Barcelona.
También tiene este formato Izarbide Supermerkatua, que lleva tan solo un año en la capital guipuzcoana. Su dueño, Jokin Aizpurua, era consumidor habitual de este tipo de productos y decidió apostar por abrir un supermercado en el que se “garantiza que se venden productos que no son transgénicos” y en el que tienen “un trato cercano con los productores de la zona”. Además una de las razones por las que se lanzó a emprender un negocio de este tipo es porque cree que “no había oferta suficiente”. Señala que el concepto de supermercado también es un poco diferente al tradicional, en donde “todo es oscurantismo”. Aquí, la tienda es “totalmente abierta, con pasillos muy anchos y con mucha luz natural”, para que “si alguien pasa por fuera, vea que no hay trampa ni cartón”.
Por otro lado, apunta que cuando alguien entra a la tienda por primera vez “lo que más le sorprende son los precios”, ya que hace años “era prohibitivo” consumir productos ecológicos, pero hoy en día “se va mitigando” y el coste, sobre todo, de las frutas y las verduras “se ha normalizado”. Carlos Martín de Orlegi Bio apunta también que “por narices” al principio son caros “por la forma de producirlos”, pero “sí que es verdad que cada vez están más igualados”.
consumo Para que un producto tenga el sello de ecológico es indispensable que no se usen semillas transgénicas, que el suelo en el que se cultive pase un proceso de conversión, que los acuíferos estén controlados para que no estén contaminados y no se usen fertilizantes artificiales.
Desde el sindicato agrario ENBA, Xabier Iraola señala que tanto el consumo como la producción están incrementándose “poco a poco”. En Euskal Herria quienes están entrando en este tipo de producción son gente joven y la mayoría se dedica al sector hortícola, ya que “es el que menos inversión requiere”. Pero también tienen socios que se dedican al sector de los lácteos, el ovino y también al txakoli.
El propietario de Orlegi Bio se muestra de acuerdo en que el consumo “va a ir cada vez a más”, ya que aquí contamos con un 14% y en países como Alemania, Francia u Holanda, este tipo de consumo puede llegar al 50%. La nutricionista Nerea Segura defiende que se consuma este tipo de alimentos “no solo por el producto, sino por todo lo que conlleva”, a la hora de reducir la huella medioambiental.