DONOSTIA. El número de personas diagnosticadas anualmente de VIH en Euskadi no ha bajado en los últimos veinte años, por lo que la asociación antisida Harribeltza cree que se ha llegado "al límite" en el trabajo de prevención realizado hasta ahora y hay que afrontar "nuevas vías".

Este colectivo ha hecho hoy balance de la evolución de esta enfermedad en el País Vasco entre 1998 y 2015, dos décadas en las que se han diagnosticado 2.969 casos, según han explicado sus portavoces, Joseba Errekalde y Elias Arizmendi.

Desde entonces, se han producido ligeras variaciones anuales, con cifras que han oscilado entre los 140 casos de 2000 y los picos de 200 y 207 diagnosticados en 2008 y 2009.

Los hombres siguen siendo los más afectados, aunque han pasado del 70,4 % en 1997 al 78,1 % en 2015, mientras que el porcentaje de mujeres ha bajado del 29,6 % al 21,9 %, según los datos de Osakidetza facilitados por Harribeltza, asociación con sede en Oiartzun, que en 2007 recibió el premio "Gipuzkoa Derechos Humanos" de la Diputación Foral.

La edad media de las personas diagnosticadas de VIH apenas ha cambiado -de 37,24 a 38,19 años-, pero lo que ha variado sustancialmente es la vía de transmisión, que es la sexual, con un 51 % de hombres que tienen sexo con hombres contabilizados en 2015, cuando en 1998 era del 13 %.

En las relaciones heterosexuales ha descendido del 48,1 % al 38,4, mientras que ha dejado casi de tener incidencia entre quienes se drogan, con una disminución de afectados del 32,1 al 6 %.

Errekalde ha dicho que en un colectivo que fue tan "castigado" como el de los homosexuales se ha perdido el "respeto a la enfermedad".

"Hay un antes y un después de los retrovirales. Con éstos la cara del sida no es la misma y hace que pierdas el miedo porque ya no mata como mataba antes. Pero sigue matando", ha advertido.

Errekalde ha señalado que es preciso combatir esta situación mediante modos diferentes de prevención y con diagnósticos a tiempo, ya que éstos se siguen produciendo demasiado tarde en una enfermedad "silenciosa" que manifiesta sus primeros síntomas años después del contagio.

Ha señalado que existen dos "herramientas" que deben tenerse en cuenta para el futuro: los "autotest" y la profilaxis "pre-exposición".

Ha indicado que los primeros se expenden ya en países como Reino Unido y Francia y pueden conseguirse por internet, aunque ha alertado de que "luego hay que saber muy bien qué hacer con ese diagnóstico y a dónde acudir".

La profilaxis "pre-exposición", que es una pastilla por cada relación en las que se vaya a correr riesgo, es aún "controvertida".

"Son medicamentos hospitalarios, hay que ver los estudios sobre ellos, dónde se implantan y quiénes los facilita, pero hay mucha gente que los ve muy favorablemente", ha señalado.

Harribeltza cerrará su campaña de concienciación, que organiza cada verano, el próximo domingo con un concierto que tendrá lugar en la iglesia de San Esteban de Oiartzun protagonizado por la flautista Claudi Arimany, el solista de la banda municipal de Bilbao Juan Jesús Silguero, el pianista José Rodríguez y la joven fagot Lorea Gurruchaga.