Gipuzkoa y la CAV no tienen ni tendrán, casi con toda seguridad, problemas de abastecimiento que puedan afectar al suministro de agua dulce en los próximos diez años. Así lo afirman los expertos en la gestión de aguas y en esa línea incide el nuevo Plan Hidrológico del Cantábrico Oriental 2015-2021 que entró en vigor la semana pasada. Ahí se definen la estrategia y las acciones a llevar a cabo en la gestión de los recursos hídricos de las cuencas vascas y su principal objetivo será la recuperación medioambiental de los ríos y la reducción de los riesgos de inundaciones, que absorberán las principales inversiones.

Su consecuencia directa será una gran mejora de la calidad medioambiental de nuestras masas de agua. Un ejemplo: "En el futuro vamos a ver muchos más peces e invertebrados en nuestros ríos", afirma Iñaki Arrate, el responsable de planificación de la Agencia Vasca del Agua, Ura. Y la otra es que el riesgo de inundación, alto en esta demarcación, "aunque no se puede eliminar, se va a reducir de forma considerable", añade. En los próximos seis años se incidirá especialmente en los servicios de alerta a la población y se dedicarán apartados muy importantes a mejorar todo lo relacionado con la Protección Civil.

"La situación de nuestros ríos en cuanto a calidad de las aguas no tiene nada que ver con lo que había hace quince años, pero aún queda mucho trabajo por hacer", aseguran desde Ura, y ahí centra buena parte de sus esfuerzos el nuevo plan hidrológico, "ya que no hay problemas de abastecimiento ni en Gipuzkoa ni en la CAV, si se comparan con Levante. El único foco que tiene previstas medidas urgentes es la cuenca del río Oka, en Bizkaia, donde sí existen problemas para compatibilizar las demandas de agua con los caudales ecológicos mínimos para mantener los ecosistemas del río", incide Arrate.

RECUPERAR TODOS LOS RÍOS PARA 2027 De hecho, en lo referente a la recuperación de los ríos, el nuevo plan contempla que las diferentes administraciones inviertan 86,2 millones de euros hasta 2021 y otros 54,7 más hasta 2027, fecha para la que se prevé que el 100% de las masas de agua de la demarcación tengan un buen estado medioambiental. En la actualidad de las 158 existentes, 54 tienen una calidad insuficiente.

El otro gran objetivo es el de la seguridad ante fenómenos extremos. "En materia de inundabilidad en Gipuzkoa se va hacer un esfuerzo muy grande a nivel de planificación: unos 60 millones de euros que, a diferencia del resto de actuaciones en las que participan varias administraciones, serán prácticamente asumidos por Ura", asegura Arrate. "Lo primero" es finalizar el encauzamiento del Urumea en Hernani, Astigarraga y el barrio donostiarra de Martutene y luego se contemplan más acciones en Azpeitia (río Urola), Tolosa y Villabona-Zizurkil (río Oria). "Se trata de actuaciones muy potentes para tratar de reducir el efecto de las avenidas en los núcleos urbanos a través de encauzamientos", apunta Arrate.

El responsable de Ura asegura que "en el pasado se ha construido de una forma poco segura, en zonas sometidas a un riesgo de inundación elevado; y a partir de ahora, en función del grado de inundabilidad, se va a limitar el uso del suelo". De hecho, en paralelo al Plan Hidrológico, será publicado en las próximas semanas el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación, que recoge de forma específica lo que se va a hacer en los próximos seis años en materia de prevención de inundaciones.

"El problema explica Arrate es que tenemos ríos muy cortitos que en cuanto llueve van muy rápido y no tenemos tiempo de respuesta; además, tenemos las vegas ocupadas, de modo que tampoco se dan las condiciones adecuadas para el desarrollo de la fauna piscícola y los invertebrados y peces, ni vegetación, y ese es un problema de difícil solución que ahora se pretende minimizar o contener con el nuevo plan. Una vez que tienes carreteras, pueblos y trenes, poco puedes hacer más que cuidar lo que aún está bien", concluye.