El EVE estudia autorizar sondeos exploratorios previos al ‘fracking’
El Ejecutivo valora explorar esa vía siempre que las pruebas de inspección garanticen “seguridad y rentabilidad”
Gasteiz - Lo de Pasaia en 2012 fue la oficialización del fin de la dependencia al carbón. La gran central térmica gestionada por Iberdrola echaba la persiana tras cinco décadas de vida y Euskadi dejaba atrás un santo y seña de la revolución industrial original para embarcarse definitivamente, a manos llenas, en la apuesta por las renovables y, sobre todo, por el gas. Esa es la fuente que sustenta la estrategia energética vasca del siglo XXI. Sin embargo, en los últimos tiempos, la hoja de ruta diseñada por el Gobierno Vasco se ha visto empañada por el interés en experimentar con una técnica de extracción que ha despertado demasiados interrogantes: el fracking.
A estas alturas, con la polémica generada, hasta el más neófito en la materia sabe que se trata de sacar gas pizarra o esquisto atrapado en materiales arcillosos entre los 400 y 5.000 metros de profundidad y que esa es la principal diferencia respecto al gas convencional, que se encuentra en bolsas subterráneas. Para extraerlo, es necesario perforar un pozo en forma de ele, primero verticalmente, hasta llegar a la capa de pizarra y luego de forma horizontal, realizando pequeñas explosiones controladas que provocan fracturas en las rocas. Es entonces cuando se inyectan miles de metros cúbicos de agua, arena y aditivos químicos a altísima presión para favorecer todavía más esa ruptura y así liberar el gas. La reacción es la evidente: este sube a la superficie, junto al agua y los residuos químicos, y ya arriba se procede a su separación y se recupera el hidrocarburo.
precauciones Suena complejo. Y lo es. Por algo las empresas del sector que iniciaron esta revolución silenciosa hace una década al otro lado del océano han tenido que reiterar su juramento de extremar las precauciones. Y, aun así, no ha sido suficiente para aplacar los recelos que suscita el riesgo de contaminación de acuíferos o de filtraciones de gas metano a esos mismos acuíferos o a las aguas residuales y de acentuación de movimientos sísmicos.
Son los peligros de los que hablan también aquí los detractores de la fracturación hidráulica y que les llevaron a movilizarse hasta recoger las firmas suficientes -100.000, aunque fueron más- para poner en marcha una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) con la que forzar al Parlamento a paralizar ad eternum los planes previstos y declarar Euskadi un territorio libre de fracking.
Una propuesta que todos los grupos políticos aceptaron debatir y que ahora se encuentra en suspenso porque, antes de proseguir con la tramitación, el PNV propuso -con la abstención del PSE, la negativa de Bildu y la ausencia del PP- convocar primero a expertos para que hablen sobre esta materia. Desde el mandato de los socialistas en el Gobierno de Patxi López y ahora con los jeltzales, la apuesta por el gas como alternativa energética y el deseo de probar métodos no convencionales, siempre que los técnicos lo recomienden y la protección medioambiental lo permita, ha sido clara.
Lo dicen fuentes del Ente Vasco de la Energía (EVE), sociedad pública dependiente del Gobierno Vasco y accionista a su vez al 100% de la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, nacida para promover la exploración y explotación de hidrocarburos. El camino marcado es ese, siempre que las pruebas de inspección “garanticen seguridad y rentabilidad”.
Y, según estas mismas fuentes, el trabajo realizado por los técnicos bajo las órdenes institucionales, desde “la buena fe y con absoluta profesionalidad e independencia”, ha demostrado que “no existen riesgos que temer” en la primera fase, que será la que determinaría si merece la pena proceder con la segunda.
Cierto es, no obstante, que las pretensiones iniciales del Gobierno Vasco, cuando se llegaron a presentar ante el Ministerio de Industria 16 solicitudes de autorización para perforar sondeos exploratorios, han ido relajándose. El escenario ahora es el que contó la semana pasada la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia. En lo que respecta al País Vasco -el área que maneja Shesa traspasa nuestras fronteras-, sigue la tramitación ambiental para realizar dos: en Enara-1 y Enara-2, dentro del municipio de Gasteiz, en la zona del acuífero de Subijana, delimitada por el Plan de Ordenación de Recursos Naturales de los Montes de Vitoria.
Tras años de estudios, el EVE anunció que había llegado a la conclusión de que podía haber un rico yacimiento de gas no convencional en el subsuelo de Araba. Las prisas, no obstante, son relativas. Aunque desde el EVE reconocen que la apuesta por el fracking es inequívoca en lo que se refiere a la exploración para conocer el subsuelo, se encuentra a la espera de las evaluaciones técnicas y de impacto medioambiental cuyos plazos dilatan el proceso.
Más en Actualidad
-
Musk luce un moratón en el ojo en su despedida y lo atribuye a un puñetazo de su hijo
-
El detenido por el atropello en Liverpool comparece por primera vez ante el juez
-
Alerta sanitaria por la presencia de cannabis en algunos paquetes de gominolas
-
Una exempleada de Diddy testifica que el rapero la agredió sexualmente en múltiples ocasiones