Miles de personas despiden al líder opositor asesinado Boris Nemtsov
El veto de Moscú a una eurodiputada letona provoca un incidente diplomático entre el Kremlin y el Parlamento europeo
moscú - Miles de rusos dieron ayer el último adiós a Boris Nemtsov, el político opositor asesinado a escasos metros del Kremlin, cuya muerte ha profundizado aún más el aislamiento internacional de Rusia. “Boris era un hombre libre”, fue la frase más repetida por las personalidades y ciudadanos que asistieron a la multitudinaria capilla ardiente instalada en memoria del dirigente liberal ruso. El Museo Sajarov, uno de los tradicionales bastiones de la oposición rusa, fue lugar de peregrinación durante toda la mañana para los moscovitas que tuvieron que esperar en largas filas para rendir tributo al ex viceprimer ministro tiroteado el pasado viernes.
Desde la céntrica estación de metro Kurskaya hasta el lugar de las exequias, los asistentes debían recorrer entre estrictas medidas de seguridad varios centenares de metros antes de velar el cadáver de Nemtsov.
Como es tradicional, los rusos portaban grandes ramos de flores, en su mayoría rosas y claveles, y velas, pero también fotos del opositor y chapas, en su mayoría con lemas contra la guerra en la vecina Ucrania. “Es evidente que lo mataron por sus ideas políticas. En particular, por oponerse a la guerra en Ucrania. Nemtsov era un luchador por la libertad. No tenía miedo a estar en minoría. En Rusia quedan pocos como él”, dijo Ilia, pintor de 40 años.
En opinión de Igor, un retirado coronel del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), el asesinado político “era uno de los hombres más honestos de Rusia”.
“Espero que su asesinato abra los ojos de la gente sobre lo que está ocurriendo en nuestro país”, dijo.
El féretro, junto al que surgía una montaña de flores, fue custodiado por los familiares del opositor, colegas de la oposición extraparlamentaria y políticos venidos de diversos países. “Mi padre está en el paraíso”, dijo Anton, hijo del opositor, poco antes del cierre de la capilla ardiente. Acompañado por el sonido de un violín tocado por un niño, y ya en el calle por vítores y aplausos de los reunidos, el féretro fue trasladado a hombros del cortejo que lo llevó hasta el cementerio de Troekurovskoye. Allí fue enterrado en la intimidad, rodeado de sus familiares, colegas políticos y algunas personalidades, rusas y extranjeras.
Acudieron a los actos fúnebres el ex primer ministro y dirigente opositor Mijail Kasianov; Naina Yeltsina, viuda del primer presidente ruso, Boris Yeltsin, que fue el padrino político del asesinado, y Nadezhda Tolokonnikova, líder de Pussy Riot.
En representación del Gobierno ruso estuvieron presentes los viceprimeros ministros Serguei Prijodko y Arkadi Dvorkovich; mientras el presidente, Vladimir Putin, quien tachó de “traidores” a aquellos que, como Nemtsov, no defienden a la minoría rusoparlante del Este de Ucrania, envió una corona de flores.
Entre las personalidades extranjeras que viajaron a Moscú estuvieron el ex primer ministro conservador británico John Major y el ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Linas Linkevicius.
No pudieron llegar a tiempo ni el presidente del Senado polaco, Bogdan Borusewicz, ni la eurodiputada letona Sandra Kalniete, ya que vieron denegadas sus solicitudes de visado, lo que desató una protesta del presidente de Polonia y del jefe del Parlamento Europeo.
El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, aseguró ayer que pedirá “en los más firmes términos” a las autoridades de Rusia explicaciones tras vetar la entrada a una eurodiputada que iba a asistir al funeral del líder opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado el viernes en Moscú. “Me dirigiré a las autoridades rusas en los más firmes términos y pediré una explicación oficial”, indicó Schulz en un comunicado.
“afrenta a la relación ue-rusia” Para el presidente de la Eurocámara, el rechazo “repetido y arbitrario” de la entrada en territorio ruso de parlamentarios electos, como “atestigua” en su opinión el caso de la eurodiputada letona Sandra Kalniete, “es una alta afrenta a las relaciones UE-Rusia y al funcionamiento de instituciones democráticas”.
En su opinión, las restricciones de viaje impuestas por Rusia a “europeos seleccionados” se ejecutan “sin el más leve elemento de argumentación o advertencia de su aplicación o sobre quién se aplican”. “Esto contrasta claramente con la manera en que se han aplicado las restricciones de viaje de la UE a ciudadanos rusos”, consideró.
Según Schulz, el caso de Kalniete es “doblemente grave” y añadió: “En tiempos en que pedimos templanza y buena voluntad, la Administración rusa sigue presionando todos los botones que van en la dirección opuesta a rebajar la tensión”, en referencia al empeoramiento de las relaciones entre Bruselas y Moscú por el papel de Rusia en la crisis ucraniana.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien se reunió con Nemtsov en 2009 durante su única visita oficial a Rusia, aseguró ayer que el asesinato es “una indicación” de que la situación en Rusia, desde el punto de vista de las libertades fundamentales, “está mucho peor que hace cinco o seis años”.
Los correligionarios de Nemtsov acusan al Kremlin no de apretar el gatillo ni de encargar el asesinato, pero sí de crear el caldo de cultivo para el crimen al plantar la “semilla del odio” contra los que critican la anexión de Crimea y se oponen a la injerencia en Ucrania.
Las autoridades rusas han prometido que encontrarán a los asesinos, pero han advertido contra cualquier intento de aprovechar este crimen con fines políticos, es decir, para lanzar nuevas diatribas contra el Kremlin.
El Comité de Instrucción no informó ayer de ningún avance en sus pesquisas y reiteró que aún baraja varias versiones, entre las que figura el conflicto ucraniano, ya que “no es un secreto que entre ambos bandos hay figuras bastantes radicales que no se subordinan a ningún poder”, dijo su portavoz, Vladimir Markin. “El asesinato pudo ser una provocación para la desestabilización de la situación en el país. También se estudia la pista islámico-extremista”, agregó el funcionario, quien tampoco descartó las actividades económicas de Nemtsov u otros motivos personales.
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