TEXTO Patricia Sagaseta de Ilurdoz

sabemos de sobra que hacer ejercicio es beneficioso para la salud, pero conforme vamos cumpliendo años parece que nos cuesta un poco más ponernos el chándal y sudar la camiseta. Esto es un gran fallo que debemos remediar especialmente conforme vamos cumpliendo años. La gimnasia fomenta una actitud positiva en la edad avanzada y contribuye a ver las cosas de un modo más optimista ante los problemas y limitaciones asociadas a la tercera edad.

El ejercicio en la persona mayor debe adaptarse a sus propias características, es decir, debe practicarse de acuerdo a las enfermedades y posibilidades de cada uno. Hay que tener cuidado, no obstante, con las posibles contraindicaciones de la actividad física. En este sentido, es recomendable analizar cada caso de manera individual y realizar un examen médico previo, y a pesar de las contraindicaciones que pueda presentar una persona mayor, se puede elaborar un programa específico adaptado para ella.

La gerontogimnasia es una gimnasia suave pero constante y la pueden realizar todos los ancianos, incluso los que usan silla de ruedas ya que no es imprescindible mantenerse de pie. Tiene una función específica, la de introducir los hábitos y actitudes saludables del mundo de la gimnasia en la tercera edad, gracias a ella se mejora la forma física de aquellas personas que presentan algún tipo de deterioro físico o algún problema locomotor.

Es muy beneficioso realizar a diario una pequeña sesión de gerontogimnasia en la que se trabajen todos los grupos musculares, se muevan todas las articulaciones, mejoren el trabajo del aparato cardiorrespiratorio y además ejerciten las funciones cognitivas como son la atención, memoria, esquema corporal, praxias y gnosias entre otras.

Las actividades más recomendadas para la tercera edad son aquellas que, siendo en grupo, permitan una intensidad individual para cada persona que lo practica. Que no tengan un excesivo contacto entre los practicantes por el riesgo de lesiones. El aeróbic para ancianos, la bicicleta, natación para la tercera edad, las caminatas, ejercicios de estiramientos y flexiones son solo algunas de las actividades recomendables para introducir en el día a día.

También es importante establecer rutinas diarias como caminar siempre que se pueda, colaborar en la limpieza y labores del hogar, acudir a la compra a pie y subir y bajar las escaleras en vez de emplear el ascensor. Todo ello ayudará, entre otras cosas, a mejorar la función cerebral y el sueño, disminuyendo los estados de depresión y produciendo sensación de bienestar.

A la hora de realizar los ejercicios podríamos dividirlos en:

Actividades de resistencia cardiorrespiratoria: andar, nadar o bicicleta, al menos 3 veces por semana, a intensidad moderada, de 20 a 40 minutos.

Actividades de fuerza: requieren un calentamiento previo y posterior en profundidad gradual, puesto que trabajaremos grupos de músculos que podrían causarnos lesiones. Debemos realizar movimientos suaves y naturales.

Actividades de coordinación y amplitud de movimiento: al igual que en las de fuerza, necesitan una preparación previa. Realizaremos actividades que mejoren nuestra flexibilidad y agilidad.

En general, se suele recomendar una combinación de 70% de entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria, un 10% de fuerza y el 20% de coordinación y flexibilidad. Y siempre es aconsejable la supervisión de un profesional para no sufrir lesiones.

Tercera edad

17% más de años de vida

El ejercicio proporciona...