donostia. Las oportunidades de formación en estos tiempos de crisis, paradójicamente, han descendido cuando más falta hacen. En los últimos meses, el aumento de la demanda de cursos ha producido un efecto embudo inducido por los más de 41.000 parados que registra el territorio, una difícil coyuntura que coincide en el tiempo con la transición de competencias del INEM al servicio público Lanbide. "Estamos en un momento de cambio que está produciendo un vacío formativo de cursos que hasta ahora funcionaban correctamente", denuncian diversos colectivos sociales consultados por este periódico.
La crisis invita a hacer un mayor esfuerzo en conocimiento. A la espera de que lleguen tiempos mejores, la formación se acaba convirtiendo en un mal menor, una inversión en conocimiento ante un escenario de expedientes de regulación de empleo y despidos laborales que no cesa.
La coyuntura es tan compleja que, de hecho, la población autóctona ha comenzado a desplazar de estos cursos formativos a buena parte del colectivo inmigrante que tradicionalmente venía ocupando esas plazas en los últimos años.
El Gobierno Vasco llevaba más de un año preparando la transferencia a Euskadi de las políticas activas de empleo. La Administración vasca tiene capacidad para regular y, sobre el papel, se ha volcado en el diseño de nuevas fórmulas que alumbren un nuevo modelo productivo basado en la economía del conocimiento.
Pero los primeros pasos que se han dado desde que arrancó el año no están contribuyendo precisamente a ampliar el abanico de oportunidades. Más bien todo lo contrario.
Según observa Joserra Trebiño, delegado episcopal de Cáritas, en la actualidad "hay muchos cursos de formación que han quedado totalmente en stand by, sin renovarse y sin presupuesto". "Nos encontramos en una situación bastante grave porque ya no solo hablamos de falta de empleo sino también de oportunidades de formación", dice.
¿falta de previsión? El Servicio Vasco de Empleo necesitará todavía en torno a medio año para estar plenamente operativo, pero los agentes sociales no acaban de comprender por qué no se ha previsto este vacío que se prolongará unos meses, justo en el momento en el que más necesidades formativas están surgiendo. "Antes de suprimir algo, lo lógico sería tener calculado un relevo para evitar esta situación", sostienen desde empresas que trabajan en el sector de inserción socio laboral. En teoría, con la gestión de las políticas activas se pretende dar formación y lograr que los más de 130.000 parados inscritos en Euskadi dispongan de herramientas para incorporarse de nuevo al mercado laboral.
Se ha apostado de manera decidida, entre otras cuestiones, por las especialidades de alto nivel que, según prevén, serán las que tengan una integración fuerte en el tejido productivo. La mayor virtud de Lanbide es que ofrecerá en la misma ventanilla formación, ofertas de empleo y ayudas sociales como la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).
Una serie de ambiciosos objetivos que, por el momento, contrastan con las impresiones de los propios funcionarios del INEM que se están integrando en la plantilla del Gobierno Vasco, quienes reconocen que en estos primeros compases todavía hay mucha desorientación. "Esta situación no es de recibo. Es como si te dicen que ahora pasan las prestaciones a otra entidad y por ello debes aguardar un mes sin recibir la renta básica. Eso no se puede hacer. Está bien que el sujeto activo sea en este momento Lanbide, pero esta situación no se puede dar porque va en perjuicio de mucha gente", denuncian desde Cáritas.
Durante este periodo de transición se han fusionado en torno a 40 oficinas, 590 trabajadores, y existe para este año un presupuesto de 785 millones de euros. De aquí a dos años se llevará a cabo una nueva fusión con la apertura de más oficinas y la incorporación de 175 nuevos empleados.
Será cuestión de tiempo observar qué respuesta ofrece el nuevo servicio. Por el momento, Trebiño se muestra muy crítico con la gestión actual: "Pienso que los que están en este mundo de la política cobran por eso, por gestionar. Hay técnicos contratados para ello, y no es de recibo que se elimine un servicio sin prever el recambio oportuno".
Por todo ello, urgen una respuesta rápida en la oferta de los cursos, teniendo en cuenta además que hay muchas entidades sociales que imparten esta serie de materias y que se están viendo también afectadas. Una llamada de atención a la Administración vasca, para intentar "limitar este compás de espera el menor tiempo posible".