Madrid. Ayer se cumplió medio año desde que los cooperantes catalanes Albert Vilalta y Roque Pascual fuesen secuestrados por Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI). Seis largos meses de cautiverio en los que los secuestrados únicamente han aportado una única prueba gráfica de los catalanes retenidos el pasado 10 de marzo cuando fue liberada su compañera Alicia Gámez de Vilalta.

En todo ese tiempo lo único que se sabe de ellos de manera oficial es que se encuentran "bien". Así lo afirmó el pasado viernes la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, después del Consejo de Ministros, cuando fue preguntada sobre el estado de las negociaciones. «El Gobierno sigue trabajando en su liberación y estamos convencidos de que entre todos lo vamos a conseguir. La información que tenemos es que están bien», explicó. Otras fuentes del Ejecutivo han asegurado que el Gobierno trabaja con la "certeza" de que los cooperantes catalanes serán "liberados" sanos y salvos, aunque sin fijar un plazo concreto. Mientras tanto el Ejecutivo sigue trabajando con "prudencia y discreción" han indicado las mismas fuentes.

Dos días después del regreso de Alicia Gámez a Barcelona AQMI emitió un comunicado a través del canal emiratí Al Arabiya, en el que se hacía responsable al Gobierno español de la vida de los cooperntes catalanes y se exigía que se diera cumplimiento a sus demandas, sin detallar en la información. También se aseguraba que se decidió soltar a Gámez después de que se hubiera convertido al islam.

Mientras tanto y a pesar de "la falta de noticias fehacientes", como señaló el pasado miércoles el director de Barcelona Acció Solidaria, Francesc Osan, los familiares de Vilalta y Pascual mantienen la confianza en las gestiones del Gobierno. Precisamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores valora la posibilidad de que los dos cooperantes se encontrarían previsiblemente en un lugar del desierto en el norte de Mali, después de que fueran raptados el 29 de noviembre.

Entre las soluciones para lograr la liberación, el Gobierno no baraja el pago de ningún rescate. Esta postura es compartida con los países de la región del Sahel y el Sahara -Argelia, Libia, Mauritania, Mali, Níger, Burkina Faso y Chad-, que condenaron el pago de dinero a los terroristas a cambio de rehenes en una reunión el pasado 16 de marzo. Las exigencias de AQMI pasarían por la liberación de presos, opción que también rechaza de plano Argelia.

Las autoridades de Mauritania tienen en prisión provisional a varias personas a las que acusa de estar vinculadas al cautiverio de los tres cooperantes catalanes.

La excarcelación de cuatro prisioneros islamistas por parte de Mali permitió poner en libertad al ciudadano francés Pierre Camatte el pasado febrero, lo que llevó a Argelia a convocar al embajador maliense para transmitirle su queja. Y, en abril, también quedaron en libertad un matrimonio de italianos, secuestrados poco después que los españoles.