Un Zinemaldia con mucho sabor: de la alfombra roja al paladar
El Festival Internacional de Cine convierte cada septiembre a Donostia en un escaparate mundial donde las estrellas brillan tanto en la pasarela como en la mesa, fusionando estrenos, pintxos y alta cocina en una experiencia única
En la capital guipuzcoana, septiembre significa mucho más que el final del verano. Con la llegada del Zinemaldia, cada año, la ciudad se transforma en un hervidero de cine, glamour y cultura. No obstante y, además de las alfombras rojas y los estrenos, existe otro gran protagonista que cada edición cobra más fuerza, la gastronomía.
Aparte de los eventos oficiales dentro del festival que aúnan esa conexión entre cocina y cine, a su alrededor toda la hostelería donostiarra vibra con la intensidad de un festival que no solo rebosa pantallas, sino también mesas. Generando un impacto directo y visible en bares, restaurantes y en la imagen internacional de la ciudad, ha llegado el momento de coger las mejores palomitas y disfrutar del mayor referente vasco cinematográfico de todos los tiempos.
Cine que se degusta con cena
Organizada en colaboración con Basque Culinary Center, Culinary Zinema es una de las secciones más emblemáticas del Zinemaldia. Su objetivo es celebrar la gastronomía a través del cine, combinando proyecciones de películas con cenas temáticas inspiradas en el estilo culinario de los filmes.
Este evento permite experimentar en la mesa lo que se ha visto en la pantalla, lo que convierte a la sala de cine en la antesala de un festín. En esta edición de 2025, la sección reúne cinco producciones culinarias que competirán por el Premio Culinary Zinema, que asciende a los 10.000 euros.
Cada una con su cena temática asociada, a excepción de la segunda, entre las producciones de su variada y sorprendente programación encontramos el thriller tailandés Morte cucina, del director Pen-Ek Ratanaruang, que juega con el suspense en torno a la cocina. Esta estará acompañada de un menú preparado por el restaurante Kitchen 154, de la mano de los chefs Álex Zurdo, Txitxo Fernández y Gabryella Ismeria.
Por otro lado, el francés Nan Feix aporta Mam, un largometraje de ficción sobre un cocinero texano enamorado de la cocina vietnamita. Este filme no contará con cena temática.
En el apartado documental, destaca Uno de los nuestros: Legado Joan Roca, un homenaje al chef Joan Roca, con testimonios de chefs que suman más de 70 estrellas Michelin. Cuenta con un menú preparado a cuatro manos por el propio Joan Roca y Dani García, recreando el homenaje de la pantalla en la vida real.
Tetsu, Txispa, Hoshi también forma parte de este apartado y consiste en el retrato del chef japonés Tetsuro Maeda y su restaurante Txispa en el valle de Atxondo. El menú será servido por el propio Tetsuro Maeda, combinando cocina nipona y productos locales vascos. Por último, queda Jota Urondo, un cocinero impertinente, sobre el chef argentino Javier Urondo y su espacio de resistencia en Buenos Aires. La cena estará a cargo del propio Javier Urondo y su equipo, reflejando historia, sabor y sueños de libertad.
Microcortos para saborear lo local
Si Culinary Zinema pone el foco en el gran cine gastronómico, el concurso Eusko Label apuesta por la frescura de los microcortos rodados con móvil y con una duración máxima de tres minutos. Esta sección competitiva del Zinemaldia incluye una selección de los trabajos presentados a dicho concurso, cuyo objetivo consiste en divulgar y apoyar el producto de proximidad a través del cine, así como para potenciar y dar a conocer todo lo relativo a la sostenibilidad en el mundo agrario, ganadero y pesquero.
Organizado por el festival y HAZI, una empresa pública adscrita al Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca de Gobierno vasco, todos los cortos seleccionados optan a dos premios Eusko Label: un primer galardón de 6.000 euros para el mejor cortometraje y un segundo premio de 4.000 euros, que son decididos por un jurado constituido a tal efecto y elegido por el Festival y el Gobierno vasco. Los dos cortos ganadores se proyectarán en el marco del Zinemaldia.
Hostelería donostiarra en ebullición
Más allá de los eventos oficiales, el Zinemaldia tiene un impacto directo en la hostelería de Donostia y de Gipuzkoa. Los bares y restaurantes se llenan y las reservas se disparan, muchas veces con semanas de antelación, sobre todo en los más conocidos (Arzak, Akelarre...). La ciudad recibe durante estos días a miles de visitantes entre cineastas, prensa, turistas culturales y público local.
Por eso, muchos establecimientos amplían cartas con explicaciones en varios idiomas y preparan menús cerrados o degustaciones especiales en el contexto del festival, todavía más en cenas tras las proyecciones. Esto hace que Donostia se convierta en un escenario global donde cada copa de txakoli y cada plato de merluza a la koxkera forman parte de la experiencia del Zinemaldia.
La llegada de estrellas del cine y profesionales de la industria refuerza a Donostia como destino de turismo gastronómico de élite. Hoy en día, cada foto de un actor o actriz internacional degustando pintxos o cada comentario en redes sociales sobre una cena en un restaurante emblemático multiplican la visibilidad mediática de la capital guipuzcoana. Por eso, esta sinergia entre cine, turismo y gastronomía contribuye a mantener viva la leyenda de Donostia como capital cultural y culinaria.
¡Momentos ‘foodie’ para la memoria
La historia del Zinemaldia está salpicada de anécdotas foodie que forman parte de la memoria colectiva. Es habitual que intérpretes de fama mundial visiten restaurantes y bares populares de la Parte Vieja. Algunos ejemplos del pasado son Julia Roberts, Brad Pitt, Meryl Streep , Robert De Niro, Penélope Cruz y Javier Bardem, entre otros.
El año pasado, durante la edición de 2024, Andrew Garfield cenó en el legendario Arzak. Además, Cate Blanchett celebró su Premio Donostia en Akelarre, un restaurante con vistas espectaculares y cocina de alta gama. De hecho, Javier Bardem y Penélope Cruz también se acercaron a degustar
Sin olvidarnos de Úrsula Corberó, que optó por un ambiente más relajado en el Museo del Whisky, un lugar también frecuentado por figuras del festival.
Aparte de los restaurantes emblemáticos que reciben a las estrellas como Mugaritz o la barra de Gandarias, también existen algunos lugares clásicos de encuentro. Entre ellos, destaca el bar Txepetxa, cuyas paredes están llenas de fotografías de famosos o el bar Okendo, también muy frecuentado por artistas, en parte por su cercanía al Hotel María Cristina y al Teatro Victoria Eugenia.
Como dato curioso, ha habido ocasiones en las que estrellas han optado por planes espontáneos o cotidianos. Un ejemplo que recuperamos es cuando Frances McDormand fue pillada mientras elegía los mejores melocotones en una frutería de las inmediaciones del Kursaal.
Tras esta ruta gastronómica en el contexto del Zinemaldia 2025, confirmamos que el alma culinaria de Donostia es el eje central de su identidad. Ya sea a través de secciones oficiales que unen proyecciones y mesas o propuestas frescas que acercan el producto local al lenguaje audiovisual, el festival demuestra que el cine puede oler y degustarse. Entre estrellas de cine y estrellas Michelin, estrenos y pintxos, la ciudad entera vibra como referente internacional del turismo gastronómico y cinematográfico.