Marlowe es la última película de Neil Jordan, cineasta irlandés responsable de En compañía de lobos y Entrevista con el vampiro. Liam NeesonLa lista de Schindler, Rob Roy y Love actually, entre otras– se mete en la piel del detective privado Phillip Marlowe, creación del escritor Raymond Chandler y un personaje que en la historia del cine ha sido interpretado por actores tan icónicos como Humphrey Bogart, Robert Mitchum y Eliot Gould. Como no podía ser de otra manera en una película de cine negro, Marlowe también cuenta con una femme fatale a la que da vida Diane KrugerMalditos bastardos y Bienvenidos a Marwen, entre otros–.

Antes de rodar ‘Marlowe’, ¿habían visto alguna de las versiones clásicas?

Liam Neeson (L.N.): Yo sí. Hace muchos años vi la de Bogart, pero yo me quedo con la de Robert Mitchum. Me gustaba cuando era joven porque Mitchum tenía esa cara con la que actuaba, aparentemente, sin hacer esfuerzo. A Robert Mitchum se le subestimaba como actor. Luego está The long goodbye, de Robert Altman, en la que Eliot Gould hace de Marlowe, y en cada escena o está fumando o se enciende un cigarrillo.

Aunque es un ávido lector, no había leído con anterioridad nada de Raymond Chandler. ¿Cómo se preparó para el papel de Marlowe?

L.N.: No me preparé especialmente, no vi las películas de Bogart, ni de Mitchum. La de Altman sí, esa sí la vi. Pero me inspiré, sobre todo, en los libros de Chandler. Cada vez que acababa uno, empezaba otro. Lo único que hice fue enfundarme el sombrero y el traje. No hubo una preparación muy pensada.

Diane Kurger interpreta a Cavendish, una ‘femme fatale’. ¿Qué es lo que opina sobre este arquetipo de mujer que se dio tanto en el cine clásico?

Diane Kruger (D.K.): Siempre había querido interpretar un papel así. Además, me encanta el hecho de que no es la clásica femme fatale, porque no muere, no tiene ningún amante y acaba siendo la que manda. Son personajes muy divertidos.

L.N.: El personaje de Diane tiene un halo de misterio y para determinado público es algo muy importante.

Tras el 'Me Too' ya no se puede hacer una película de cine negro como en los años 40. Aún estando ambientada en el siglo pasado Neil Jordan ha actualizado algunos de los arquetipos como el de la ‘femme fatale’.

D.K.: Eso espero (ríe). No lo sé. Habría que preguntárselo a Neil, no sé si cuando se puso a escribir pensaba en el Me Too o no, la cuestión es que corren tiempos distintos. La cultura ha cambiado, las mujeres tienen papeles más destacados y tienen otros roles en la sociedad. Los escritores se tienen que adaptar a eso.

Ambos han desarrollado sus respectivas carreras en un modelo de industria cinematográfica que ha cambiado. ¿Cómo se sienten?

D.K.: Sé que Liam lo ve de una forma distinta a como lo hago yo. A mí la nueva realidad de las plataformas me encanta. Recuerdo cuando tenía ventipocos años, en el metro de Nueva York, que un chico tenía un móvil grande, de los antiguos, y sin saber que yo estaba a su lado y que le miraba, estaba viendo una película independiente que yo había hecho. Me sentí tan-tan feliz de ver a este chaval viendo mi película en el móvil y riéndose con ella. Me hizo pensar que yo lo que quiero hacer es contar historias para llegar a la gente. Me da igual si lo ven en una pantalla pequeña o en el cine..

Pero hay películas que están pensadas, sobre todo, para cine.

–D.K.: Planificar una noche para salir al cine es muy difícil. A mí me encanta poder estar tumbada en la cama con un vino y ver una serie o una película fenomenal. No tengo la nostalgia sobre cómo era antes.

¿Está de acuerdo con su compañera de reparto?

L.N.: Valoro lo que dice Diane y su experiencia. He visto cosas fenomenales en las plataformas, no las cri y creo que debe ser fenomenal para los escritores que pueden desarrollar arcos en seis u ocho capítulos. Pero hay un pero. Yo soy de la vieja escuela, me encanta el cine en una sala llena de desconocidos viendo una película en una pantalla que es mucho más grande que tú. No reniego de las plataformas, he visto cosas maravillosas, pero me niego a ver una película en un móvil como el chico que contaba Diane (ríe).

D.K.: Tampoco sería mi primera opción (ríe). Yo tengo una televisión enorme en casa y es una maravilla.

¿Cuándo fue la última vez que Diane Kruger fue al cine?

D.K.: Estuve en la inauguración del último festival de Cannes. Y tras la ceremonia se proyectó una película; esa fue la última vez que estuve en cine y, reconozco, que fue una experiencia maravillosa. Es cierto que cuando pienso en películas que me han impresionado han sido en salas de cine. Pero no me gustan para nada los multicines modernos, con muchas salas y en el que se fomenta, sobre todo, el consumo de palomitas y Coca Cola. Entiendo que los niños quieran ir, pero creo que no soy el público de las multisalas.

‘Marlowe’ retrata una época, la del Hollywood clásico, en la que en contraste con ahora, ir al cine era un acontecimiento

D.K.: Hoy en día es diferente, hablamos de un consumo rápido que va y viene en dos segundos.

Por lo tanto los festivales como el Zinemaldia son refugios para el cine en sala como evento.

L.N.: Por eso me gusta venir a estos festivales de cine que pone el foco en las películas. En Donostia tenéis el teatro Victoria Eugenia que es maravilloso, un lugar tan precioso...

D.K.: Crecí en una zona rural y recuerdo a mis abuelos vestirse de forma elegante para ir al cine y también me vestían a mí. No era algo de todos los días, ir al cine era tan especial como celebrar las navidades: un evento.

Por último una pregunta para Liam Neeson. En 2008 protagonizó ‘Venganza’ y desde entonces ha hecho innumerables papeles de hombre-vengador. ¿Cree que se ha convertido en un género cinematográfico propio que vende entradas?

L.N.: Es algo que vino de la nada. A mí siempre me ha gustado la acción. De niño fui boxeador, luchar con espadas... Y pensaba que jamás me iban a ofrecer un papel así. Mi difunta esposa –Natasha Richarson– presentó en 2006 el Shanghai Film Festival una película llamada La condesa rusa y fui a apoyarla. Luc Besson presidía el jurado y fue precisamente a través de él que me llegó el proyecto de Venganza. Él coescribía el guion y le dije, Sé que no estoy en tu lista para esta película pero me encantaría estar. Al final me ofrecieron el papel, pero pensaba que la película iba a pasar directamente a formato doméstico, porque era una película con un concepto muy sencillo; su éxito me sorprendió mucho y también a mi mujer (ríe). Desde entonces me he convertido en un héroe de acción y estoy muy contento.